El destino de Monómeros Colombo Venezolanos S.A., una empresa fundamental para el sector agroindustrial de Colombia, está en el centro de una controversia de alto calibre.
Según un informe de Colombia Risk Analysis, denominado Secuelas políticas y económicas de la venta de Monómeros, la venta de la compañía por parte del gobierno de Nicolás Maduro podría afectar gravemente la economía colombiana, generando alzas en los precios de los alimentos y aumentando la inflación.
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Monómeros, que abastece entre el 27% y 50% de los fertilizantes en Colombia, ha sido catalogada en el informe como un caso de “capital corrosivo”, es decir, una transacción que debilita la gobernabilidad y transparencia institucional.
“Las operaciones de la empresa han estado marcadas por la opacidad y el continuo involucramiento del régimen venezolano”, señala el informe.
Una historia de dependencia y controversia
La historia de Monómeros se remonta a 2006, cuando el gobierno venezolano, a través de Pequiven (subsidiaria de PDVSA), adquirió la totalidad de la compañía. Desde entonces, la empresa ha sido objeto de diversas controversias, incluyendo sanciones internacionales y acusaciones de corrupción.
En 2022, el gobierno de Gustavo Petro devolvió el control de Monómeros a Venezuela tras el restablecimiento de relaciones bilaterales, con la expectativa de asegurar el suministro de fertilizantes y reducir costos para los agricultores colombianos.
Sin embargo, la reciente decisión de Maduro de vender la empresa a un comprador privado ha generado tensión entre ambos gobiernos.
En noviembre de 2024, el presidente Petro manifestó su oposición a la privatización de Monómeros, argumentando que “probablemente aumentaría los precios de los productos agrícolas y pondría en peligro la soberanía alimentaria de Colombia”.
La decisión del gobierno venezolano de vender la empresa sin consultar a Colombia ha sido vista como un “desplante” en la Casa de Nariño.
Rodrigo Ramírez, representante colombiano en la junta directiva de Monómeros, renunció tras conocer la noticia, denunciando que el proceso se llevó a cabo sin la participación del gobierno colombiano. Poco después, una nueva junta directiva fue nombrada en Caracas, eliminando por completo la representación colombiana en la empresa.
El informe advierte que esta situación no solo compromete la estabilidad del mercado de fertilizantes en Colombia, sino que también evidencia una falta de control y regulación por parte del Estado colombiano en sectores estratégicos.
“Monómeros es un caso de cómo la dependencia de actores externos puede convertirse en una herramienta de presión política y económica”, indica el documento.
¿Qué sigue para Monómeros y Colombia?
El futuro de Monómeros es incierto. Expertos advierten que la venta de la empresa podría generar dificultades en el acceso a fertilizantes, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria del país.
Además, el informe señala que la falta de transparencia en la transacción podría derivar en nuevas denuncias de corrupción y posibles sanciones internacionales.
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Por su parte, el gobierno colombiano podría tomar medidas para intentar retomar el control de la empresa o al menos garantizar el acceso estable a los insumos agrícolas. La intervención por parte de Supersociedades ya está en marcha, aunque hasta ahora las acciones del gobierno han sido limitadas.
Lo que sí es claro es que la incertidumbre en torno a Monómeros no solo afecta la economía colombiana, sino que también refleja las tensiones políticas en la relación con Venezuela.