Ecopetrol reconoció la crisis y anunció que, tras una reunión del Puesto de Mando Unificado (PMU), están en camino 100 mil barriles de combustible, confirmando así la advertencia de Terpel.
El presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa Barragán, se pronunció sobre la crisis de desabastecimiento de combustible Jet-A1, que está afectando a la aviación en Colombia.
En medio de la contingencia, Roa explicó que los distribuidores mayoristas no anticiparon correctamente la creciente demanda, lo que ha generado esta situación.
Según el presidente de Ecopetrol, “en los últimos meses ha habido un aumento en la demanda de Jet-A1, pero ninguno de los distribuidores mayoristas expresó la necesidad de importar más combustible para cumplir con sus compromisos con las aerolíneas”.
Roa señaló que la demanda de Jet-A1 ha crecido en 3.000 barriles por día y se espera que en los próximos meses aumente en otros 2.500 barriles diarios.
Actualmente, Ecopetrol tiene la capacidad de producir 37.000 barriles al día entre sus refinerías de Cartagena (13.000 barriles) y Barrancabermeja (24.000 barriles), pero la demanda proyectada superará esa producción, obligando a la petrolera a recurrir a importaciones para cubrir el déficit.
En declaraciones a Blu Radio, Roa explicó que Ecopetrol había advertido a las grandes distribuidoras de combustible, como Chevron y Terpel, desde junio de 2024 sobre la necesidad de importar más Jet-A1.
“Les enviamos correos y mantuvimos conversaciones con ellos. Terpel, por ejemplo, inicialmente nos dijo que sí requerían importaciones, pero luego nos informaron que no las necesitaban. Por eso no iniciamos el proceso de importación”, aseguró Roa.
Además, señaló que Ecopetrol solo importa combustible cuando los distribuidores mayoristas lo solicitan y que, históricamente, estos mayoristas suelen pedir cantidades mayores de las que finalmente utilizan y venden a aerolíneas y aeropuertos.
Roa también mencionó que desde diciembre de 2022 no se ha importado un solo barril de Jet-A1, ya que entre octubre y diciembre de ese año se importaron 450.000 barriles.
De hecho, en los últimos meses de 2023 y principios de 2024, se exportaron entre 3.000 y 3.400 barriles diarios debido a excedentes de producción.
“En junio advertimos que no tendríamos la capacidad de cubrir toda la demanda, incluso antes de la emergencia del 16 de agosto, pero los distribuidores no nos solicitaron la importación”, afirmó el presidente de Ecopetrol.
Roa también aclaró que es responsabilidad de las empresas distribuidoras de combustible informar al Gobierno Nacional sobre la necesidad de importar más energéticos, como Jet-A1, gasolina o diésel.
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“Ecopetrol cumple con sus obligaciones hasta los distribuidores mayoristas, y es su responsabilidad asegurarse de que haya suficiente combustible para sus clientes”, enfatizó Roa, quien añadió que la petrolera ha cumplido con su obligación contractual, manteniendo un suministro mínimo del 97%.
Por su parte, Terpel se ha limitado a decir que está evaluando la situación de desabastecimiento de Jet-A1 junto con Ecopetrol y el Ministerio de Minas y Energía, y que informarán cuando haya novedades.
En su última carta, Terpel informó que se normalizó el consumo diario a partir los pedidos realizados para agosto. “Podemos transitar hacia la normalización del suministro en los aeropuertos del país”, escribió en una carta Liliana Tovar Silva, vicepresidente de aviación y marinos de la Organización Terpel.
Además, la empresa indicó que Ecopetrol había anunciado las medidas operativas y técnicas que buscaban normalizar la situación de inventarios de combustibles de aviación en los distintos aeropuertos, “dando prioridad a los combustibles de aviación sobre los demás”.
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Las principales medidas eran incremento en producción, aumento en la cantidad y frecuencia de los despachos de las dos refinerías y anticipación de las entregas programadas de producto.
Qué dice Petro
El presidente Gustavo Petro también se refirió al desabastecimiento de combustibles para aviones, aclarando que este problema no está relacionado con los apagones de Reficar.
Petro explicó que, aunque Reficar, una planta nueva, ha sufrido apagones debido a un mal diseño del fusible principal, la refinería está operando normalmente y no debería haber problemas de suministro.
Además, indicó que el arreglo de ese fusible costó 35 millones de dólares y provocó pérdidas por 80 millones de dólares en el último apagón.
Petro también criticó el hecho de que Terpel no haya entregado el combustible necesario a las aerolíneas, a pesar de haber recibido la cantidad suficiente, y anunció que este caso será investigado por las superintendencias.
“La demanda de combustible para aviones ha aumentado en Colombia debido al incremento del turismo extranjero y la reactivación económica nacional”, explicó Petro, quien también señaló que se realizarán importaciones temporales de combustible en los próximos meses hasta que las plantas de combustibles sostenibles para aviones entren en funcionamiento en enero próximo.
Un resumen de toda esta crisis
Terpel había advertido el pasado 21 de agosto sobre un posible desabastecimiento de combustible, lo que encendió las alarmas en la industria aeronáutica, luego de que la Refinería de Cartagena sufriera el 16 de agosto un apagón eléctrico, lo que limitaría la entrega del combustible para aviones en un 95%
Por su parte, Ecopetrol reconoció la crisis y anunció que, tras una reunión del Puesto de Mando Unificado (PMU), están en camino 100 mil barriles de combustible, confirmando así la advertencia de Terpel.
La Aeronáutica Civil emitió un comunicado alertando que las aerolíneas podrían verse obligadas a cancelar vuelos si la situación afectaba sus operaciones. Por eso, Avianca y Latam anunciaron la cancelación de más de 100 vuelos debido a la falta de combustible.
Ante de esto, ya la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata) le había pedido al Gobierno nacional que tomara medidas urgentes para evitar que la crisis se agrave.
En medio de la tensión, el presidente Gustavo Petro no se quedó callado y declaró que “La oferta de combustibles es plena. No hay razón para desabastecimiento”. Poco después, la Aeronáutica Civil desmintió cualquier cancelación masiva de vuelos y aseguró que las operaciones continuarán con normalidad.
Finalmente, tanto Avianca como Latam confirmaron que sus vuelos seguirán operando como de costumbre, calmando un poco la situación en los aeropuertos del país.
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¿Tiene razón el gobierno cuando dice que no pasó nada con los combustibles?
Entonces, quedan preguntas abiertas: ¿Si hoy la refinería produce 13.000 barriles al día, cómo va a pasar a producir 5.000 más? ¿El suministro se recompone de manera automática o algunos vuelos van a sufrir algunos días? El problema no era tan grande, porque se pudo solucionar a tiempo, o al menos ese es el anuncio del Gobierno, pero tampoco era tan leve como lo quiso hacer ver el Presidente.
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En primer lugar, la carta de Terpel, que se filtró a la opinión pública, fechada el 16 de agosto indicaba que los niveles de producción de Ecopetrol estaban en el 95% frente a lo que prometió entregar y que en los próximos 10 días –es decir, a partir de ayer 26 de agosto–, no se contaría con la totalidad del producto necesario. Ese 5%, por más que pueda parecer una cifra menor, significa muchos vuelos cancelados.
En segundo lugar, ese déficit se produjo por una falla eléctrica en la refinería de Cartagena que produce dicho hidrocarburo. ¿Cuál es la causa de la falla técnica en la refinería de Cartagena? ¿Cómo se está manejando la refinería y Ecopetrol? ¿por qué no hay suficientes inventarios de combustible JET A1 para surtir las operaciones aéreas? ¿Por qué el gobierno no tomó oportunamente medidas de contención?
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