Colombia pasó de ser uno de los países cuyas importaciones de ropa crecían a doble dígito año tras año —en 2022 aumentaron 16,4%—, a mostrar un saldo en rojo.
Así lo demuestran las cifras del Dane, según las cuales las compras de prendas y accesorios de vestir al exterior pasaron de totalizar en mayo de 2022 US$71,1 millones a US$50,8 millones en el mismo mes de 2023, lo que significó una caída de 28,5%. De manera similar, las importaciones de hilados y tejidos cayeron 28,8%.
¿El arancel ha dado resultados?
Desde el 1° de enero de este año entró en vigencia el decreto que establece un arancel del 40% a los productos procedentes de los países con los que Colombia no tiene acuerdos comerciales vigentes; una decisión que causó un sabor agridulce en la industria nacional y extranjera.
Según un estudio realizado por Mall & Retail, famosas marcas de ropa con presencia en el país dejaron de importar grandes cantidades de textiles en los primeros cinco meses del año.
Una de ellas fue Koaj, que presentó una reducción del 57,4% en sus importaciones de ropa y confecciones. A esta le siguió Falabella con una caída del 55,1%, mientras que Zara ocupó el tercer lugar con una disminución de 38%.
“Estas cifras demuestran, por un lado, que hay disminución del consumo de moda de Colombia, como consecuencia de la desaceleración económica que vive nuestro país. Y por otro lado, por el incremento de los costos arancelarios”, apuntó el informe.
Y si bien el arancel del 40% busca precisamente reactivar la producción y la mano de obra local, esto parece aún no dar resultados.
Guillermo Criado, vocero de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines (CCCyA), explicó que más allá del aumento del arancel al sector lo han venido impactando diferentes factores.
“Las ventas de diciembre de 2022 no fueron tan buenas como las de la temporada de 2021. Como resultado, el sector comenzó 2023 con altos niveles de inventario y una demanda baja. Esto se debe a varias causas, como tasas de interés altas, una disminución en el consumo de los hogares, una alta inflación, una tasa de cambio incierta y la incertidumbre política. Todo esto ha desalentado las importaciones, y además la producción nacional”, señaló Criado.
Y recalcó que, hasta ahora, la producción textil colombiana no ha visto el impacto positivo de los aranceles; sin embargo, esperan que eso cambie.
Producción local
Las exportaciones de ropa colombiana tampoco han tenido su mejor época. Los datos anuales a mayo dan cuenta que, si bien no cayeron, sí tuvieron un crecimiento muy leve.
De acuerdo con Cristian Halaby, presidente de la Mesa de la Productividad y el Empleo, la producción local no está muy bien y a las empresas les ha tocado recortar mano de obra debido a la caída de sus ventas.
“Hay empresas que han recortado entre el 10% y el 20% de las nóminas. Y ese personal lo está absorbiendo la informalidad”, dijo.
En este sentido, desde la Cámara, Criado ha enfatizado en la importancia de promover programas de formación con el Sena , los centros de reindustrializacion Zasca, y hasta en las cárceles, para capacitar a los trabajadores del sector y así mejorar su habilidad y conocimiento en la producción de prendas de vestir.
“Para impulsar las exportaciones se están llevando a cabo campañas de promoción a nivel nacional con Innpulsa, e internacional con Procolombia, y así dar a conocer la calidad y el diseño de los textiles y confecciones colombianas. También se están buscando alianzas estratégicas con empresas y mercados externos, con el fin de facilitar el ingreso de nuestros productos. Es necesario que las empresas del sector sean más agresivas en su estrategia exportadora y que busquen mejores oportunidades”, puntualizó el vocero de la CCCyA.
Por el momento, añadió, recomienda a los comerciantes y empresas del país que se preparen y anticipen a la demanda del segundo semestre del año, pues esta temporada podría ser mejor.
