A diferencia de las economías grandes y de las emergentes, entre ellas Colombia, que luchan por bajar el encarecimiento de los precios, en China tocaron terreno negativo.
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El índice de precios al consumo de la potencia asiática registró una bajada de 0,3% en julio, en la primera contracción desde hace más de dos años, según los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas.
Si bien esto aún no se considera técnicamente como una deflación, pues para ello el índice de precios debería ser negativo por un período sostenido, sí lanza señales de alerta de que China pueda caer en esta situación.
Aunque esta reducción de precios puede parecer beneficiosa para el poder adquisitivo, a largo plazo es una amenaza macroeconómica porque los consumidores tienden a retrasar las compras a la espera de caídas mayores en el precio.
Además, ante la falta de demanda, las empresas se ven obligadas a recortar la producción y acordar nuevos descuentos para liquidar sus existencias, al tiempo que congelan la contratación o realizan despidos.
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Efecto en Colombia
A pesar de ser en la otra orilla del mundo, la situación es de la mayor relevancia para Colombia, que hoy tiene en China uno de sus mayores socios comerciales.
En junio de este año ese país fue el segundo hacia el que más se exportó, pesando un 7% en las ventas externas.
Mientras que en el consolidado del primer semestre los despachos sumaron US$1.207,2 millones, e incluso ya mostraban una reducción del 35% versus el comportamiento previo a la pandemia.
Ahora, con las campanas de deflación, la dinámica podría empeorar.
“Esto puede llevar a una crisis de la economía. Lo que implica que China registre esta situación es que está consumiendo menos y esto para un país como Colombia, que depende de la demanda para vender, significa menores exportaciones”, dijo a EL COLOMBIANO, Javier Díaz, presidente de Analdex.
Según él, “para salir de este círculo vicioso se requiere una fuerte intervención de la autoridad monetaria de darle liquidez a la economía, para que con dinero barato el consumidor se decida a comprar hoy y no espere a que el precio baje más para comprar”.
Una experiencia parecida
China experimentó un breve periodo de deflación a finales de 2020 y principios de 2021, debido principalmente al hundimiento del precio de la carne de cerdo, la más consumida del país.
Esta vez, muchos analistas temen un periodo más largo, en un momento en que los principales motores de crecimiento de China no andan bien y el desempleo juvenil se sitúa en un récord superior al 20%.
Por su parte, el índice de precios a la producción se contrajo de nuevo en julio (-4,4%) por décimo mes consecutivo, según los datos oficiales.
Este índice, que mide el costo de las mercancías que salen de las fábricas y da una idea de la salud de la economía, ya estaba disminuyendo un 5,4% en junio.
China registró el mes pasado la mayor caída en sus exportaciones desde comienzos de 2020, según los datos oficiales publicados el martes.
Las ventas de productos chinos al exterior disminuyeron un 14,5% interanual en julio, en el tercer mes consecutivo de contracción.