Guillermo Herrera, presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), recalcó la importancia de aumentar los subsidios para la adquisición de vivienda. Y desde su perspectiva, ese sería el instrumento para darle aire a este renglón productivo y a la economía en general.
Basta con dar una mirada al panorama presente para entender que la construcción la está pasado mal en 2023. Y en gran parte, esto se debe a la caída que se ha visto en la venta de vivienda nueva. Con corte a agosto, las cifras de Coordenada Urbana muestran una disminución anual de 49,7% en las unidades vendidas.
El empleo generado por la actividad edificadora ya comienza a verse impactado por ese mal desempeño. Y según el más reciente reporte entregado por el Dane, en agosto se perdieron 51.000 puestos en este sector. De manera que hay un reto para estimular la demanda y así jalar a todos los demás sectores económicos.
Un coctel amargo
La construcción arrastra un pesado lastre que le está mermando dinámica, siendo el costo de vida un inhibidor muy fuerte, pues desde 2021 los precios al consumidor se salieron del margen razonable y tienen a las familias en una situación financiera apretada. En esas condiciones, merma la posibilidad de comprar casa.
Adicionalmente, el presidente de Camacol mencionó el golpe que ha significado el incremento en las tasas de interés; un remedio que pese a ser doloroso, según los expertos, es necesario para combatir la desbordada inflación.
Además, recordó que el Gobierno Nacional inició un ajuste en la política para asignar los subsidios de vivienda y eso generó otro obstáculo para la comercialización.
“Acá queremos señalar que se han hecho esfuerzos muy importantes para poner al día el programa, teniendo en cuenta que, en lo corrido de 2023, muchos hogares cuya vivienda ya estaba terminada y lista para entregar, no habían podido recibirla, efectivamente, por la dinámica de desembolso de los subsidios de Mi Casa Ya”, señaló Herrera.
Con relación a la política de vivienda, también comentó que “por ahora, el Gobierno ha anunciado que se asignarán 200.000 subsidios. Esto quiere decir que hay más de $10,5 billones presupuestados para subsidios entre 2023 y 2026”.
Y recomendó a los hogares “estar pendientes para obtener los beneficios del programa, que incluye un subsidio a la cuota inicial y un subsidio a la tasa de interés que puede ser de 4 o 5 puntos sobre la tasa pactada”.
La clave para reactivarse
Las métricas muestran que la Vivienda de Interés Social (VIS) ha sufrido una contracción anual casi del 57%, una realidad que se alinea con la afectación en el poder adquisitivo que están sufriendo los hogares con ingresos medios.
Por ello, a juicio de Herrera, “el Gobierno Nacional debe permitir expandir los ritmos de actividad. Lo anterior será posible si los subsidios se destinan no solo para agotar el inventario existente, sino para impulsar nuevas obras”.
En ese sentido, añadió que “el sector vivienda se soporta en un modelo denominado modelo de preventa, que ha sido muy exitoso desde la recuperación de la crisis de finales de los 90. Antes de la preventa se construía para vender, lo cual generaba riesgos sistémicos ante caídas de la demanda, producto de la acumulación de inventarios. Ahora el modelo se sustenta en vender para construir”.
“En este modelo —dijo— la demanda es el determinante de la actividad por definición. Los niveles de ventas históricamente altos registrados entre el 2020 y el 2022, sustentados en la VIS, han soportado los ritmos de construcción y la generación de empleo que son altos y hoy mantienen en pie la actividad del sector”.
Más allá de los auxilios dirigidos a los potenciales propietarios, Herrera resaltó que también hacen falta señales para recuperar la confianza de los consumidores, quienes en medio de una atmósfera como la actual, están aplazando decisiones de compra, especialmente si tienen que acudir a créditos.
“En la medida en que la inflación se siga desacelerando tendremos buenas noticias desde el punto de vista de las tasas de interés hipotecarias. El hecho de que podamos volver a tasas del orden del 11% y 12% permitirá que más hogares puedan lograr el cierre financiero y que se reduzcan sustancialmente los pagos de cuotas de crédito”, expuso.
Según la Superfinanciera, con corte a junio, la cartera en crédito de vivienda totalizó $108,8 billones y tuvo una disminución año a año de 1,43%, confirmando lo que diversos centros de pensamiento vienen reportando: los hogares no están invirtiendo en bienes durables y hay menor disposición a comprar vivienda.
Así las cosas, el presidente de Camacol afirmó que “el 2024 será un año de transición. La estrategia contracíclica será determinante para poder impulsar el rebote en los indicadores sectoriales de manera que podamos recuperar niveles altos de ventas en un plazo corto”.
La más reciente Encuesta de Opinión del Consumidor de Fedesarrollo mostró que en agosto el índice de disposición a comprar vivienda disminuyó y se ubicó en terreno negativo (-45,2%).
