En un encuentro de fabricantes que tuvieron fabricantes de calzado —tenis, chanclas, sandalias, mocasines, tacones y un largo etcétera— de Brasil con comerciantes, empresas y tiendas de Colombia, que se realizó en Bogotá hace poco más de un mes, me enteré de que el país de la samba y del “jogo bonito” es toda una potencia en esa materia.
Las cifras son impresionantes. Brasil produce en promedio 825 millones de pares de zapatos al año, y los mayores consumidores del producto son los locales, llevándose el 86 por ciento del producto, el otro 14 por ciento va a 160 países de todos los continentes.
Carla Giordani, encargada de los mercados internacionales de Abicalçados (el mayor gremio de esa industria en Brasil) contó que este es un negocio que lleva más de sesenta años creciendo en el país vecino y que las primeras exportaciones datan de 1972, cuando se abrieron al mercado de Estados Unidos.
Los zapatos brasileros llevan décadas en las tiendas colombianas bajo marcas como las de Arturo Calle, Bata, Spring Step, donde se pueden vender en dos modalidades: como marca propia o como un producto importado.
Como resultado del encuentro comercial entre fabricantes de calzado de Brasil y compradores de Colombia —también hubo representantes de Ecuador, República Dominicana y Perú— se alcanzaron ventas por casi 6 millones y medio de dólares. Y, según informaron desde el evento, “se esperan, con altas expectativas, nuevos negocios a 6 meses”.
Las 34 marcas brasileñas participantes —365 Soft, Actvitta, Adrun, Arezzo, Beira Rio, BR Sport, By Cool, Coca-cola Shoes, Diversão, Giulia Domna, Gricci y Dizza, Itweens, Calçados Jotape, Kids e Baby Shoes, Luiza Barcelos, Modare Ultraconforto, Moleca, Molekinha, Molekinho, Nesk, Novope, Pampili, Pé com Pé, Petite Jolie, PG4 Galleria, Polo Go, Scatamacchia, Schutz, Smidt Shoes, Solis, Tropical Brasil, Vitz Shoes, Vizzano, y Wiki— reportaron la venta de 353.100 pares de zapatos, durante la jornada, con una amplia oferta de diseño, innovación y tecnología.
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Sabrine Do Santos es coordinadora de negocios internacionales de la marca brasilera Petit Jolie. Dice:
—Nosotros estamos ubicados al sur de Brasil, que es un polo del calzado desde 1950, cuando empezamos con esta idea de la producción de calzado y de ahí salimos para el mundo. Allí tenemos muchas fábricas de calzado; somos una referencia tanto en tecnología como en estilo e innovación, exportamos profesionales para países como China. Nuestra Fábrica está en Campo Bon.
Petit Jolie es una marca que tiene 15 años de historia y pertenece al grupo Aniger, que tiene más de 32 años de experiencia en producción y exportación de calzado para empresas de todo el mundo: Nike, Adidas, Puma, New Balance, Under Armour.
—Tenemos 7.000 empleados y tenemos una producción diaria de unos 10.000 pares de zapatos. En Petit Jolie somos pioneros en modelos de carteras inyectadas en PVC, tenemos tecnologías para hacer estas texturas que son una revolución en el mundo. En Colombia estamos en las tiendas de Mussi donde hacemos colaboración de marca.
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Bernardo Dizmang representa a Calzado Beira Rio, la empresa de zapatos más grande del mundo por fuera de Asia. Se trata de una caza matriz que cobija a ocho marcas, su importante es tal que en la subdivisión que cubre el producto de lujo para mujeres tienen como imagen a la supermodelo Alessandra Ambrosio
—El mercado brasilero es de 210 millones de personas y representa nuestras ventas en un 80 por ciento, el otro 20 por ciento es de exportación; vas a encontrar nuestras marcas en Europa, Estados Unidos, Oriente Medio, África, Centroamérica y Latinoamérica. En Colombia tenemos dos formas de trabajo: distribución al por mayor y hacemos ventas directas a clientes que están acostumbrados a hacer importaciones. Estamos con marcas como Arturo Calle, Calzatodo, Spring Step... Esto último quiero resaltarlo, porque para los clientes colombianos es muy importante tener un producto que lleve su nombre
—¿Dónde están ubicados?
—Yo vengo de la parte del sur de Brasil, que es la zona más especializadas en el calzado para mujer. En el sur de Brasil hay una industria muy fuerte de calzado porque allí llegaron muchos migrantes alemanes e italianos, los alemanes llevaron este tipo de zapatos. Se trata de un negocio que creció mucho con los años. No hay una industria por fuera de Asia como nosotros. Tenemos 12 plantas de fábrica de las que somos completamente los dueños, no es un proceso tercerizado. Generamos más de 20.000 empleos entre directo e indirectos.
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Fue toda una sorpresa pensar que en el vecindario de la región hay una industria tan poderosa que no se puede equiparar en su ramo con ningún otro país del continente. No es gratuito que las marcas deportivas más grandes del planeta busque a Brasil para hacer producción de tenis que terminan vendiéndose hasta por 500 dólares. Por otro lado está la industria de cuero, que tiene una base fuerte en el sur del país amazónico y que hace las delicias de los sibaritas italianos, donde venden a manos llenas.
Quizá vale la pena revisar algunos de los zapatos que usted, amable lector, tiene en su armario, quizá se lleve una sorpresa y fueron ellos allí no más, en Brasil.
