En el marco del Congreso Cafetero número 89, Roberto Vélez, presidente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), dio a conocer que para este año el sector caficultor aportaría al Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia un 1%, cifra que no se observaba desde el año 2002.
Por el lado de las exportaciones, estas cerrarían este año con un valor de $3.400 millones, lo que representaría más del 9% del valor de las exportaciones totales colombianas, cifra que tampoco se daba desde el año 2000. Esto, a pesar de que la cosecha cafetera tuvo una disminución de más de 7% por culpa del invierno.
“Tras la peor crisis que el mundo moderno ha tenido que soportar, paradójicamente para la caficultura este año será recordado como uno de los mejores en materia de precios de café de las últimas décadas. Las sequías y consecuentes heladas que se presentaron en Brasil produjeron una merma en su cosecha, lo que afectó el flujo normal de café en los mercados internacionales y llevó a la cotización del mercado de la bolsa de Nueva York a niveles que superan los 2 dólares por libra”, anotó Veléz.
Y destacó que si a esto se le suma la devaluación del peso y el alto diferencial de calidad que le reconoce el mercado al café colombiano, el resultado es una carga de café que ya superó los niveles de $2.200.000. “Con ese precio el valor de la cosecha este año cerrará alrededor de los 11 o 12 billones de pesos, 23% más que en el 2020, lo que contribuye al crecimiento económico del país, sobre todo en más de 600 municipios cafeteros y 23 departamentos, donde se cultiva el grano”, dijo Vélez.
Más allá de un tema social
En su presentación, Vélez también resaltó que el café va más allá de un contribución al tejido social.
“Aquellos que creyeron que el café era solamente un tema social, que la importancia de la caficultura solo tenía que ver con ese tejido social, pero que económicamente había que meter al café en el cajón del olvido porque no era un motor de la economía, pues se equivocaron”, apuntó el dirigente gremial.
Sin embargo, el presidente de la FNC también expresó este buen momento por el que atraviesa el sector no puede considerarse una bonanza cafetera. Y resaltó que no todo es color de rosa, pues los caficultores han tenido que asumir los altos costos de la mano de obra, transporte, fertilizantes, agroquímicos, herramientas y equipos para el café.
“Comercializar una cosecha con valor por encima de $11 billones y conseguir exportaciones de 12 millones de sacos puso a prueba la capacidad logística y financiera de toda la cadena. El sector cafetero también pudo ponerse al día de los represamientos de café que se presentaron por los paros y bloqueos de carreteras. Nuestro miedo era que con esta situación habría un cambio en las formulaciones por parte de la industria y que se iban a incluir granos de otros orígenes, sacando al café colombiano, pero no. Nos dijeron que este es insustituible”, puntualizó Vélez.