Reactivación económica, discusiones sobre el Presupuesto General de la Nacional para 2025, prohibiciones a la exportación de carbón a Israel, extensos debates sobre la explotación de hidrocarburos, amenazas de atentados a la rama judicial y hasta propuestas confidenciales para cambiar el modelo económico del país de cara a un eventual proceso de paz colman la agenda diaria del sector privado y, en particular, de los empresarios.
La lista, que puede ser más extensa, hace parte del contexto actual en el que deben navegar quienes mueven los negocios, generan empleo y dinamizan el desarrollo nacional, y quienes reconocen que muchas de estas situaciones solo se hacen perder tiempo y oportunidades.
Para Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), parte de este temario se pondrá sobre la mesa en próximo Congreso Empresarial Colombiano (CEC), que se realizará en Medellín, del 4 al 6 de septiembre, coincidiendo con los 80 años de la agremiación.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Mac Master expuso sus apreciaciones sobre el liderazgo que requiere el país, así como las inquietudes del empresariado y las tareas urgentes que hay que emprender.
¿Cuál será el foco del Congreso Empresarial Colombiano 2024?
“Vamos a tratar de dar las grandes discusiones en las cuales estamos envueltos hoy en día, identificando no solamente las cosas que nos preocupan, sino también tratando de ver cuáles deben ser los próximos pasos y hacia dónde se tiene que mover Colombia en el futuro cercano y en el mediano plazo. Vamos a querer tocar los temas económicos, así como los temas institucionales que tienen que ver con democracia y las cortes. Vamos a tocar los temas relacionados con inteligencia artificial y hablaremos de sostenibilidad, de equidad y terminaremos con los alcaldes de las ciudades capitales para dar la discusión sobre el desarrollo del territorio”.
¿Pero, cuáles serán los mensajes centrales del CEC?
“Lo primero es que tenemos que tomarnos la situación actual con mucha seriedad, porque son demasiadas las cosas que están pasando y tenemos que debatirlas con cuidado. También es cierto que Colombia tiene muchas cosas para futuro que tenemos que mantener, cuidar y fortalecer, porque por muy compleja que sea la situación actual, pues es mucho lo que hemos construido y eso no deberíamos ni siquiera ponerlo en duda. Además, tenemos que abogar por el fortalecimiento de las instituciones, entendiendo que la independencia de poderes es vital, que las Cortes requieren que las rodeemos y entendiendo que la autoridad y su presencia en el territorio nacional son la base de que nosotros logremos construir un escenario de paz”.
¿Qué tanto este torbellino de coyunturas de diversos tipos está distrayendo el desarrollo empresarial de largo plazo?
“Muchísimo. Yo creo que lo que ha pasado en estos de estos años, ha sido realmente una pérdida de tiempo muy grande, que además nos está rezagando con respecto a otras economías. Nos está rezagando también con respecto a nuestros propios temas y a nuestros propios objetivos. Parecería que hubiéramos abandonado muchos de los objetivos de largo plazo del país y muchos de los objetivos de desarrollo regional, por estar básicamente en la discusión de quienes quieren estar en el poder y quieren mantenerse en el poder, basados en algunos principios ideológicos que en algunos casos están alejados de la realidad. Creo que tenemos que volver a lo básico y volver a atender las cosas importantes, como la superación de la pobreza, equidad, control del territorio, seguridad y democracia, que deben ser parte de los objetivos primordiales y fundamentales nuestros. Entonces, yo sí creo que hay que hacer un ejercicio muchísimo más enfático en ellos”.
¿En cuanto a tareas, entonces, qué sería lo más inmediato?
“Tenemos temas de productividad, asuntos relacionados con la transición y la transformación digital. También aspectos relacionados con la selección de sectores que sean parte de la estrategia nuestra de internacionalización. Tenemos ejercicios que tienen que ver con la formación de capital humano. Hay trabajo por hacer en sostenibilidad y equidad. Son muchas cosas por hacer y tenemos que hacerlas unidos y con disciplina, y sobre todo, respondiendo a un plan estratégico de desarrollo para nuestro país, que además tiene que basarse en algunos principios fundamentales, como la estabilidad de las reglas, y en el hecho de que el Estado sea confiable y un buen socio para el sector privado, y que por lo tanto tenga la capacidad de generar condiciones habilitantes para que Colombia sea un buen destino para las inversiones. De manera que en realidad es una tarea que no es simple ni sencilla, y no es fácilmente convertible en una formulita de dos más igual a cuatro. Esto es la decisión nacional de hacia dónde va Colombia”.
¿En estos días, cuáles son esas quejas más recurrentes que recibe de los empresarios?
“La gente está muy preocupada con la incertidumbre, con la estabilidad jurídica, con no saber a veces qué planes tiene el Gobierno respecto del sector productivo, y si es verdad o no que lo quiere apoyar o si es verdad que lo considera importante y por lo tanto lo va a incentivar y le va a generar mecanismos para el crecimiento. Es como una sensación de desconcierto ante un gobierno que no ha sido totalmente claro en su intención de apoyar al sector productivo colombiano”.
¿Se siente que se está desgastando o destruyendo el tejido empresarial?
“No. El tejido empresarial que está al frente de Colombia va a seguir ahí, quizá lo que no ha podido es avanzar demasiado durante estos años y pues a mí me parece que sobre todo lo que hay es un desperdicio de oportunidades, de voluntades, de trabajo y de capacidades que están ahí latentes, y que estarán siempre. En la medida en que uno se encuentre con gobiernos que sean capaces de sacarle el mejor jugo a ella, pues seguramente van a ser mucho más exitosas en el ejercicio de producir el desarrollo. Más que desgaste, lo que ha habido es como una cautela y diría que la sensación que hay es de que estamos perdiendo un poco el tiempo”.
¿Cuál es la radiografía o el papel del empresariado antioqueño frente al momento justamente que está viviendo el país?
“Tenemos que fortalecerlo, destacarlo y hacer un reconocimiento a todo lo que ha hecho durante la historia, y a todo lo que ha significado durante la historia colombiana y del desarrollo económico de nuestro país. Lo que ha hecho el empresariado, en particular el antioqueño que ha sido donde nace la Andi, ha sido clave y por eso hay que ratificar que la mayoría de las soluciones que requiere nuestro país pasan por el concurso del sector empresarial de forma decidida y clara. Entonces, hay que reivindicar eso de forma contundente y enfática, no dejando caer ni en estigmatización ni en polarizaciones que solo le hacen daño a Colombia, a los ciudadanos y que sin duda alguna han sido parte de la agenda política de los últimos años”.
¿Al margen de los intereses gremiales que usted debe defender, cuáles son hoy esos asuntos cruciales que cualquier colombiano debería tener presente frente al futuro del país?
“Por un lado, yo diría que el control del territorio nacional. Colombia y el Estado no pueden perder el control del territorio. Es fundamental que la autoridad se fortalezca, que se le dé juego y se le dé espacio a las Fuerzas Militares y a la Policía para poder ejercer la función constitucional que tienen. Es muy importante hacer un ejercicio de lucha contra la corrupción y de visibilización de los casos que estamos viviendo cada vez más frecuentes y preocupantes. Es muy importante mantener las instituciones. Es muy importante que toda la ciudadanía reconozca la importancia de los poderes públicos y la independencia entre ellos. Pero esos son temas que usualmente, en condiciones normales, los gremios defendemos, pero que hoy en día sí queremos que la sociedad funcione bien y funcione, además, como dice nuestra Constitución, y tenemos que unir el esfuerzo de todos los colombianos para poder defenderlos”.
¿De la larga lista de iniciativas legislativas que tiene el Gobierno, cuáles ve lesivas y cuáles ve con mejores ojos para el empresariado?
“El martes estuve conversando con el controlador General de la República y le estuve diciendo que lo más importante no es llevar a cabo o no reformas. Colombia sin duda alguna es un país joven, que requiere ajustarse las clavijas para lograr que el destino sea el mejor posible. Pero, parte de la tarea es hacer esos cambios y esos ajustes teniendo en cuenta muchas cosas. Entonces, por ejemplo, si uno va a hacer una reforma a la salud o una tributaria o la pensional debe tener en cuenta realmente cuáles son las consecuencias de adoptar una u otra reforma, una u otra decisión. Esto para decir que no podemos olvidarnos, por ejemplo, de evaluar cada decisión y cada artículo de cada una de las reformas a la luz, no solamente del impacto sobre el sector que está siendo reformado, sino del impacto sobre la sociedad o del impacto sobre las finanzas públicas”.
¿Y el ejemplo emblemático de esto es...?
“Ha sido para nosotros muy sorprendente la forma cómo se ha dado la discusión relacionada con la reforma de salud, en donde básicamente no se ha tenido en cuenta en ningún momento cuál es el impacto fiscal de las diferentes alternativas. Eso es extrañísimo, por no decir que además irresponsable. Pasa lo mismo con la reforma pensional, por eso al CEC vamos a llevar varias de las evaluaciones que hemos hecho sobre algunas de las reformas que hasta ahora han sido planteadas o que han sido incluso aprobadas y le vamos a mostrar al país la evaluación en términos, por ejemplo, de su capacidad de generar empleo o no, de su capacidad de generar más productos, de la capacidad que tendrán de generar más o menos impuestos o de la capacidad que tienen de afectar las finanzas públicas. Realmente es un ejercicio que hay que hacer con seriedad y que Colombia no puede abandonar y que realmente ha sido como el gran lunar negro del debate legislativo durante estos últimos 2 años”.
¿En un país tan presidencialista, cómo lograr que el clima de negocios no esté al vaivén de las declaraciones políticas de la ideología de turno o los mensajes en redes sociales como X?
“Uno debería tener siempre líderes que fueran capaces de orientar por el buen camino a toda la comunidad, que se encargará no tanto de polarizar y no tanto de generar debates internos en el país o inclusive hasta eventualmente luchas de odios y luchas de clases que no le convienen a nadie. Quizás también estamos en el momento de reflexionar acerca de si no tenemos un país demasiado presidencialista, en donde tenemos autoridades en muchísimos niveles que pueden ejercer liderazgos importantes como es el caso de gobernadores y alcaldes. También, por supuesto, el tema de fortalecer el legislativo de ser muy estricto con esa instancia y eventualmente generar mecanismos de pesos y contrapesos que permitan evitar la corrupción en el trámite de leyes. Y pasa lo mismo con la justicia, hay que fortalecerla. Y quizás una de las enseñanzas que nos podremos llevar de todo lo que está sucediendo, justamente es la necesidad de tener que concentrar mucho menos el liderazgo en cabeza de los presidentes de la República y de repente debemos tener un país un poco más colegiado y un país un poco más participativo, porque cuando uno se equivoca o cuando el líder se equivoca, terminamos todos pagando los platos rotos”.
¿Qué atributos debe tener la persona que suceda al presidente Petro en 2026?
“Una persona que tiene que buscar, primero que todo, congregar a los colombianos. Necesitamos líderes que sean capaces de entender que son los líderes de 52 millones de personas, que hay que oír a todo el mundo, trabajar con todo el mundo y que debe tener la capacidad de crear metas de largo plazo, metas comunes que sean verdaderamente los sueños de la sociedad, materializados en políticas públicas que nos permitan avanzar y superar la polarización y la ideologización. Además, líderes que tengan una base técnica muy fuerte, y una base de sensibilidad social para poder atender a todos los vulnerables. Hay muchas cosas por hacer y esas cosas, casi todas, son imposibles si ese líder no tiene la capacidad de congregar y de convocar. Necesitamos dar un paso adelante. Son demasiados los años de confrontación que hemos tenido como para tener en este momento que seguir profundizándola y seguir ahondando en las heridas que ya tenemos. A Colombia no hay necesidad de infringirle nuevas heridas. Colombia ya tiene demasiadas heridas para tratar de construir heridas nuevas”.
¿En tiempos en los que estamos esperando el paquete de reactivación económica, cuál es la expectativa de lo que viene?
“Que haya medidas que tengan que ver con eso. Por ejemplo, suena muy raro que se trate de vender la idea de que la reducción de impuestos corporativos a partir del año 2025 o 2026 vaya a ser parte de la reactivación económica, cuando claramente la reactivación tiene que ser hoy y tiene que hacerse con urgencia. De hecho, por eso llevamos más de un año pidiendo que la reactivación económica ocurra en los sectores en los que se ha observado la recesión. Por ejemplo, en el caso del sector construcción o el sector de infraestructura, que deberían haber sido los sectores que nos hubieran mantenido la economía funcionando, pero por decisiones políticas o de políticas públicas equivocadas, hemos tenido una afectación inmensa, no solamente de esos sectores y de su capacidad de producir empleo, sino también de los sectores que se encuentran encadenados a los mismos. En el caso de la industria, hay más de 32 sectores que se acercan o se relacionan con la construcción y la infraestructura que se han visto inmensamente afectados. Entonces uno lo que esperaría es que hubiera medidas verdaderamente urgentes, inmediatas y eficaces en lograr concentrarse en eso. Lo que no podemos aceptar es que se disfrace de reactivación otras medidas más bien estructurales que eventualmente se quisieran incluir dentro del paquete de la reactivación. De manera que son muchísimas las cosas por hacer, en el Consejo Gremial hicimos un listado muy grande que entregamos, y ahí están contenidas una cantidad de sugerencias, de solicitudes y de ideas que pudieran ser aplicadas en forma inmediata”.
¿Y ya que no ha sido posible consolidar el llamado Acuerdo Nacional del gobierno, la Andi ha contemplado un gran pacto privado para garantizar la reactivación?, ¿lo ve posible?, ¿cómo sería?
“Es muy difícil hacer un gran pacto privado sin la participación del Gobierno Nacional, pues este es un actor primordial en términos de corregir algunas de las razones por las cuales hoy tenemos la economía afectada, entonces nosotros tenemos que insistir en que el Gobierno Nacional sea parte de este”.
¿En qué debe trabajar la Andi en los próximos años para fortalecerse como gremio y como actor social relevante?
“La Andi es el sitio en donde los empresarios se unen para aportarle al país, de manera que cuando uno puede identificar realmente hacia dónde va la sociedad y qué es lo que la sociedad quisiera tener y hacia dónde la comunidad debería trabajar en forma colectiva, ahí están los intereses de la Andi. Este es el lugar donde el estamento de la gente que produce se une para aportarle al país”.
Usted cumple 11 años en octubre liderando la Andi, ¿cuál es su balance personal de ese periodo?
“Ha sido una oportunidad realmente valiosísima de poder aportarle a Colombia, poder trabajar con los empresarios, de hacer cosas nuevas. Hemos hecho una cantidad de cosas y la Andi se ha metido en una cantidad de espacios de los que han aparecido, digamos con la evolución de la historia y somos, hoy en día, líderes en inclusión social, en transformación digital y en sostenibilidad. Además, de alguna forma la Andi ha tomado la decisión de entrar en algunas de las discusiones nacionales en forma franca, objetiva y, sobre todo, en una forma bien intencionada. Yo diría que eso es parte de lo que yo he venido logrando. Todo esto soportado en la base de todos mis antecesores, que habían, por supuesto, construido unos cimientos muy fuertes para esta organización”.
¿Qué decirle al ciudadano de a pie frente al papel del gran empresariado en la sociedad colombiana?
“Hay que decirle varias cosas y para nosotros también es una muy buena pregunta porque es la forma de cómo hace uno para compaginar realmente y sintonizar los intereses del sector productivo y que ofrece servicios con los principios que rigen los sueños de la sociedad. Nosotros tenemos que mostrarle a la sociedad que somos valiosos para ello y eso lo hacemos solamente con la legitimidad que da el trabajo honesto y consistente. También, por supuesto, es un llamado desde este sector para ser cada vez más conscientes de que tenemos un papel importante y una función que cumplir en la sociedad y que la misma sociedad lo reconozca. Así lo dicen las encuestas y al final, sin duda alguna, es como parte de la columna vertebral del desarrollo y tenemos que sentirlo así”.
Al cumplir 80 años la Andi, ¿cuál sería ese regalo que quiere recibir del Gobierno o cuál sería el mejor regalo que el Gobierno le pudiera dar?
“La Andi no le pide regalos al Gobierno, por el contrario, más bien la Asociación lo que quiere es poder aportarle al país. Entonces, lo único que queremos es tener la oportunidad de ser muy útiles y ser capaces de aportar en términos del desarrollo en donde nosotros sí que somos el eje de la sociedad que es capaz de dinamizarla, de potenciarla y de llevarla a un nuevo estado. De manera que no le pediría nada al Gobierno. Por el contrario, lo que sería más bien es decirle a la sociedad que aquí estamos y que estamos listos para seguir aportando”.
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