Hace 20 años era muy común que los padres guiaran a sus hijos para que estudiaran ingeniería de sistemas o de telecomunicaciones, bajo la promesa de que esas carreras sí daban plata, entonces muchos de los profesionales no pudieron ubicarse laboralmente. Hoy, cuando ese juramento se está haciendo realidad para cientos de ingenieros en Medellín, no hay suficientes profesionales para atender la demanda de empresas tecnológicas que están llegando a la ciudad a buscar colaboradores.
La capital antioqueña atrajo la mirada de empresas como el gigante chino Alibaba y la argentina Mercado Libre, pero a parte de esos importantes exponentes de la industria, desde 2012, 405 empresas de 33 países se han instalado en Medellín para hacer de esta ciudad su domicilio o para desde aquí proveer talento humano a sus países de origen. Solo desde 2020 lo han hecho 65.
Todas llegan entusiasmadas con las transformaciones que Medellín ha vivido en los últimos años. Ruta N, la Cuarta Revolución Industrial y el Valle del Software se han convertido en excusa para traer a estas montañas convocatorias de profesionales especializados en todas las tecnologías disponibles: desarrollo de aplicaciones, servicios en la nube, administración de plataformas híbridas, metodologías ágiles y arquitecturas modernas, bigdata, entre otras.
Pero se han encontrado con un muro difícil de escalar: no hay suficiente talento humano con el cual llenar sus plazas. Entonces, la mayoría ha acudido a una fórmula confiable, atraer talento que ya está ocupado, por lo cual cada empresa, tanto local como foránea, ha tenido que mejorar sus mecanismos de retención de empleados, aumentando salarios, y dando otros beneficios como trabajo remoto, pólizas de salud, capacitación, en fin, se pusieron creativos para que los trabajadores no renuncien, y aún así la volatilidad del mercado laboral está al orden del día.
Este no es un problema exclusivo de Medellín, desde 2018 Fedesoft alertó de la enorme brecha que había entre la demanda de profesionales en el sector digital y la escasa oferta, para esa época ya estimaba que en Colombia faltaban entre 75.000 y 80.000 profesionales en tecnología, y pronosticó que para 2025 serían 200.000 los faltantes.
Cifras más recientes establecen que actualmente el déficit de profesionales STEM (de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) en la sumatoria de Bogotá, Cali y Medellín está por el orden de los 95.000, mientras que en México faltan 33.443 y en Brasil se necesitan otros 11.929, como se lee en el informe Talento TI, competitividad STEM en América Latina.
Ruta N ha conectado a 13.829 personas con un puesto de trabajo de calidad, que implica una remuneración mínima promedio de $3,2 millones mensuales.
Lo que atrae a tecnológicas
Frank Licea es cofundador de Austin Software, empresa norteamericana que busca expandir sus equipos de ingeniería en Colombia con el objetivo de que integren equipos en Silicon Valley. Según su experiencia, Medellín es atractiva por cuatro motivos principales: tiene una base de subcontratación de tecnología muy interesante, cuenta con una sólida industria de tecnología financiera, está en una zona horaria que se superpone con la de sus equipos en Estados Unidos y cuenta con el apoyo de Ruta N para llevar a cabo sus proyectos.
En su portafolio, detalló, Austin Software acompaña a varios unicornios (emergentes valoradas en más de US$1.000 millones) ubicados en Silicon Valley y ellos “están dispuestos a pagar lo que sea necesario para contratar al mejor talento humano en tecnología”. Actualmente la compañía tiene más de 1.000 puestos disponibles en la región y quiere llenar la mayor parte en la ciudad.
Ahora el tema salarial no es una ventaja competitiva de Colombia, que en otrora aprovechaba la debilidad del peso frente al dólar como mano de obra barata. Con el tiempo, como explicó Licea, los salarios se han ido igualando con los demás países que compiten con talento, como México y Brasil, pero eso no ha sido una barrera para querer estar en el país y menos en Medellín. Incluso prevén crecer su demanda.
Red Hat es una de las compañías de tecnología de más rápido crecimiento en la región, y se dedica a acompañar la transformación digital que están emprendiendo las compañías, para lo cual requieren de profesionales y en Medellín cuentan con un programa de entrenamiento masivo en los Centros del Valle del Software.
De acuerdo con Mauricio Álvarez, director comercial para Medellín de Red Hat, la empresa viene trabajando con sus socios de negocios, clientes y entidades gubernamentales para cerrar la brecha a través de un ecosistema que permite crear las capacidades necesarias no solo para entrenar el talento humano, sino también para que este talento forme parte de la cadena productiva y se integre a la vida laboral de manera ágil.
“Medellín ha sido una ciudad que se ha caracterizado por su espíritu innovador, y de pujanza, que ha hecho que se tenga un ecosistema auspiciado desde hace ya muchos años por los gobiernos locales”, dijo Álvarez, con lo cual muchas empresas decidieron asentarse en la ciudad para desarrollar las capacidades que requieren para prestar servicios a nivel mundial, esto ha creado un círculo virtuoso que ha facilitado la entrada de más compañías de base tecnológica, entre ellas Red Hat.
Obviamente, la llegada de inversión extranjera a la ciudad y de industrias TI interesadas en el talento digital de la ciudad no se da por sí misma, desde la Agencia de Cooperación Internacional de Medellín (ACI) se hacen esfuerzos por llamar su atención. En reuniones con empresarios, gremios en el mundo y embajadas en Colombia promueven factores como el talento humano, los costos, la calidad de vida, y la transformación que ha experimentado a lo largo de las décadas gracias a la articulación entre el sector público, privado y académico, así como algunos incentivos tributarios (Ver Radiografía).
Medellín cuenta con un Centro para la Cuarta Revolución Industrial, red afiliada al Foro Económico Mundial y que tiene sedes en San Francisco, Tokio, Mumbai y Beijing y a la que se sumó como foco de generación de conocimiento entorno a las tecnologías emergentes para América Latina. Además, es la única ciudad colombiana catalogada como hub de Innovación según el Innovation Cities Global Index.
Formar más profesionales
Lo que es común escuchar entre los empresarios del sector es que a ellos les corresponde gran parte de la formación del talento humano que consiguen en Colombia, que en general es de rápido aprendizaje y muy inquieto, pero que sale de las universidades sin el bagaje necesario para enfrentar los retos digitales de hoy.
Alfredo González, gerente general de TCS en Colombia, una firma del Grupo Tata (un gigante de la India), explicó que su plan en Medellín para reclutar y mantener el personal está en la capacitación, en la formación de jóvenes que se vuelven profesionales en la compañía.
No la han tenido fácil, actualmente emplean a personas en Bogotá y Medellín para la prestación de sus servicios de consultoría e ciberseguridad, nube, inteligencia artificial y servicios de software, entre otros, y ha presenciado e incluso participado en una “guerra” por el talento de la ciudad.
“La verdad es que los competidores nos han quitado a gente muy talentosa, y nosotros les hemos hecho lo mismo, porque así está el mercado hoy”, dijo González. Su compañía va a los barrios de Medellín a buscar jóvenes interesados en tecnología para incluirlos en su plan de formación que intenta asemejarse a una carrera profesional. “Soñamos con que un día se nos dé permiso de educación formal porque estamos formando en lo que tiene que saber un ingeniero hoy en día”.
Y si esa situación es así para las multinacionales que pueden llegar a pagar en dólares y con condiciones laborales especiales, cuánto más no lo será para las empresas locales.
Tanto es así que Auteco emprendió un proyecto con la Universidad de Antioquia para ayudar a jóvenes vulnerables de los programas de ingeniería de sistemas para que no desertaran, cuentan allí con apoyo económico para que la falta de recursos no sea impedimento para convertirse en ingenieros y entrar rápidamente al mercado laboral.
Sin embargo, desde la ACI explicaron que junto con Procolombia, Ruta N, la Gobernación de Antioquia y las demás instituciones que conforman la Mesa de Inversión Extranjera buscan que las empresas que lleguen al territorio traigan ofertas que permitan sumar generando una sana competencia y “no desangrando o acabando con las empresas locales o con el mercado laboral”.
Lo cierto es que de acuerdo con un reciente estudio de remuneración para Colombia, realizado por la consultora Michael Page, en la industria TI se ha identificado un incremento en salarios entre 10 % y 18 % en comparación con 2020.
Iván Castaño, director ejecutivo de Ruta N, reconoce que “la demanda acelerada que trajo la pandemia de talentos de tecnología ha aumentado la fuga de talento, que se encuentra en un promedio de 12 a 15 meses según la posición, salario económico y salario emocional”.
Sin embargo, Eleonora Betancur, directora de la ACI, aseguró que las empresas no llegan a competir con el mercado local sino a exportar servicios a otros países y atender otros países, “respetando la libre competencia y el libre mercado”.
Parte de la responsabilidad de esta crisis, que podría ser contraproducente para Medellín, está sobre los hombros del sistema educativo, eso lo sabe Diego Botía Valderrama, jefe del programa de Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Antioquia. Ya desde el alma mater se han aumentado los cupos para esa carrera, especialmente en la modalidad virtual que pasó recientemente de 150 a 190 por semestre, los que se suman a los 70 que son admitidos para la modalidad presencial. “En cada periodo se presentan entre 1.000 y 1.700 aspirantes, quisiéramos recibir a más, pero financieramente es imposible”.
Una de las apuestas para reducir la brecha es la capacitación. El programa de Misión TIC, una política de gobierno que busca formar a 100.000 desarrolladores en el país, entregó 4.000 cupos a la Universidad de Antioquia y otros 4.000 a la UPB, para que avancen en ese sentido.
Otro de los grandes problemas para que quienes ya egresaron ocupen las nuevas vacantes es el segundo idioma. Ruta N dice que el 94 % de las vacantes solicitadas requieren dominio del inglés, y es un hecho que la mayoría de los profesionales en Medellín no egresan con esta competencia.
El trabajo tendrá que seguir yendo por el camino de complementar la oferta de ingenieros, para no retroceder en lo que la ciudad viene avanzando en la última década y que empieza a dar resultados