Desde que comenzó la escalada en el precio de la gasolina en Colombia, el combustible se ha encarecido cerca de $6.000, haciendo que algunos actores del transporte público, como los taxistas, hayan visto una disminución de sus ingresos o hayan tenido que incrementar sus tiempos de trabajo para subsanar el déficit.
Precisamente, esto fue lo que motivó las protestas de taxistas en diferentes ciudades del país, quienes salieron a lacas calles a exigir una tarifa diferencial. Y aunque en principio el Gobierno se mostró reacio, finalmente terminó accediendo pero ya no a un precio diferencial, como se había anunciado anteriormente, sino a un pago mensual de entre $90.000 y $100.000 en compensación por el aumento que ha tenido el combustible.
Sin embargo, esta noticia ha sido bastante controversial, pues mientras para unos es razonable por tratarse de un transporte público de pasajeros, otros consideran que será difícil el seguimiento y control para evitar posibles abusos y reventa de gasolina, además de los costos fiscales que presionarán aún más la caja de la Nación.
Cabe recordar que esta alza generalizada en el precio de la gasolina obedece a la insostenibilidad financiera del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc), que cerró 2022 con un déficit de $36 billones. Las apuestas del Gobierno se mantienen en subir el precio del combustible hasta que alcance precios internacionales, es decir, unos $16.000.
¿Cómo funcionará?
La primera etapa de esta compensación, según explicó el viceministro de Transporte, Carlos Eduardo Enríquez, comenzará con la entrega de un pago a los conductores al final de cada mes, el cual se hará a partir de septiembre.
Eso sí, fue enfático en que aplicará únicamente para los taxistas que hayan realizado el proceso de actualización de datos en el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), además de que deben tener al día tanto la revisión técnico mecánica, como el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat).
El viceministro también manifestó que esta iniciativa inicialmente irá hasta noviembre, aunque su duración dependerá de las decisiones que tome el Ministerio de Hacienda en el futuro.
Y recalcó que no se trata de un subsidio permanente, sino de una respuesta temporal, lo que sigue dejando en el tablero la incertidumbre sobre cuánto tiempo se mantendrá esta compensación y si será sostenible a largo plazo.
¿Cómo se harán los pagos?
Para implementar esta medida, el Ministerio de Transporte reiteró que utilizará la plataforma única del sistema de transporte, conocida como Runt, para recopilar los detalles de operación de cada taxi.
En cuanto a aquellos vehículos que tienen dos o más conductores, Enríquez señaló que el propietario debe actualizar la información en el Runt para incluirlos a todos.
“El bono se dividirá entre ellos, ya que se entiende que están cubriendo diferentes turnos para operar el taxi (...) La instrucción del presidente Petro es que el bono se entregue directamente al conductor. Por lo tanto, la actualización en el Runt debe reflejar a todos los que comparten la operación de un mismo vehículo”, explicó el funcionario.
¿Por qué no va la tarifa especial?
Una de las preguntas que se ha hecho la gente es por qué finalmente se harán pagos a los taxistas en lugar de congelar las tarifas, como se había anunciado inicialmente.
Al respecto, Enríquez dijo que entre las razones está la gran diferencia de consumo que existe entre ciudades como Bogotá y municipios de la costa o del Sur del país.
“Entramos a analizar cómo logramos tener un control máximo sobre este subsidio. De ahí que la respuesta inmediata por parte de los ministerios de Hacienda, Minas y Transporte, es que es prácticamente imposible tener una tarifa diferencial y hacer un control en todas las estaciones de servicio. Por eso se cambió la estrategia en el camino y sobre las horas andando, y se decidió que no sea esa tarifa diferencial, sino una compensación a la gasolina por los incrementos que se están dando mes a mes”, indicó.
Los costos de la Nación
Según las estimaciones, esta compensación mensualmente le costará al Estado alrededor de $25.000 millones, una cifra que estará sujeta a los ajustes que se vayan realizando en el precio de la gasolina.
“Son 230.000 taxis en el país, de estos 40.000 son de gas, lo que significa que no entrarían dentro de la medida, entonces hablamos de 190.000 taxistas que podrían acogerse al programa. Tendríamos que revisar cuántos se acogen, pero haciendo un cálculo inicial con el MinHacienda, esa cifra oscila entre $23.000 y $25.000 millones mensuales”, anotó el viceministro de Transporte.
Los cálculos del MinHacienda arrojan que, en promedio, un conductor de taxi consume 4,64 galones al día. Sin embargo, se está buscando una mayor precisión frente a esto, pues los gremios de taxistas dicen consumir cinco galones al día.
Luego de ese proceso, se reglamentará ese consumo, el cual será multiplicado por el congelamiento del galón y al final de mes se hará una suma para saber cuánto sería exactamente el bono de compensación.
Puede leer: Director de Fedesarrollo dice que gasolina a precio diferencial para taxistas incentivará la reventa ilegal
El monto, según señaló, será progresivo. Es decir, como se mencionó anteriormente, puede aproximarse a $100.000, pero el siguiente mes podría aumentar en línea con los incrementos que tenga el combustible en el país.
Además, la idea del Gobierno es que el dinero salga del FEPC, pues afirman que el sector que más está aportando a disminuir su déficit es el de los taxistas.
Taxistas inconformes
Pero este mecanismo no convenció mucho a la mancha amarilla: unos aseguran que no fue el acuerdo al que habían llegado con el Gobierno, y otros dicen que este pago no compensa el incremento que han tenido en sus gastos desde que el combustible empezó a subir.
“Esperamos que si la alternativa va a ser la compensación, que esta responda a la realidad de lo que hoy está pagando de más cada conductor por la gasolina. Recordemos que a hoy en Medellín y el Valle de Aburrá, un conductor de taxi está pagando $20.000 diarios de más por tanqueada, teniendo en cuenta que cada día consume alrededor de cinco galones”, manifestó Fabián Quintero Valencia, presidente de Tax Individual.
Por su parte, José Estevez, líder del gremio de taxistas del sur del Valle de Aburrá, opinó que “es un descaro. Hemos tenido un incremento de más de $20.000 diarios en gasolina. Esa compensación no cubre ni una semana. Eso es como para calmar los ánimos. Son pañitos de agua tibia”.
Y es que tal parece que este anuncio agitó aún más los ánimos entre taxistas y Gobierno, pues algunos consideran que fue una “imposición”.
“No recibimos la medida de buena manera, porque en lugar de esto ser como se había acordado con el Gobierno, con mesas que serían trabajadas en el lapso de 20 días y de ahí se deliberaba los aportes del taxismo, de los ministerios y así llegar a un punto medio, resulta que no. Nos pasan un comunicado de imposición”, expresó Uriel Alarcón, representante gremial del sector taxista de Bogotá.
Entérese: ¿Las mañanas son el mejor momento del día para tanquear el carro o la moto?
Los riesgos
Una de las grandes dudas frente a esta iniciativa tiene que ver con el seguimiento y control para evitar abusos y reventa de gasolina que distorsionen el mercado.
Por ejemplo, para Julio César Vera, presidente de la Fundación Xua Energy, si bien con el Runt se puede controlar un poco que este beneficio se utilice en la debida forma, se debe garantizar que no se puedan presentar vulneraciones o falsedades sobre dicha información.
“El reto también es determinar cuánto irá aumentando lo que se les compensará mensual, porque tenemos taxistas en un municipio pequeño o mediano que pueden consumir entre tres y cinco galones diarios de gasolina, y otros en Bogotá que pueden consumir entre ocho y nueve”, comentó.
Y recalcó que otro de los problemas de fondo es que una vez se otorgue este beneficio, teniendo en cuenta que es por vía administrativa, cualquier sector económico, por igualdad y con argumentación similar a los taxistas, tendrá derecho a pedir que se le otorgue el mismo. De esta manera, dijo, “puede ser peor el remedio que la enfermedad”.
En cuanto a los controles que se harán desde el Gobierno para evitar la mala utilización del subsidio, el viceministro de Transporte afirmó que habrá “sanciones ejemplares y expulsión del programa si quieren hacer trampa o buscar la forma en la cual puedan acceder a estos recursos sin ser conductores”.
¿Y la transición energética?
Otra tuerca floja en esta discusión es si esta decisión del Gobierno va en contra vía de sus esfuerzos por disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
De hecho, el país se acaba de unir a la alianza ‘Más Allá del Petróleo y el Gas’ (Boga, por sus siglas en inglés), una cooperación internacional que busca la reducción gradual de la dependencia de los hidrocarburos a través de fuentes renovables.
En este sentido, para Vera, si se mantienen los subsidios a los combustibles fósiles no será posible masificar la transición energética en el sector transporte.
“La mejor medida es que los combustibles líquidos tengan su precio asociado a su costo de oportunidad, es decir, con referencia al mercado internacional. Lo cual no solo racionaliza y hace más eficiente su consumo desde el punto de vista energético, sino además establece incentivos a los usuarios, independiente del sector económico, a usar vehículos más eficientes en tecnología y analizar como alternativa real el uso de combustibles de bajas o cero emisiones, como la energía eléctrica, el gas natural, los biocombustibles y en un futuro el hidrógeno”, señaló el experto.
Así las cosas, parece que todavía hay más preguntas que respuestas. La iniciativa del Gobierno evitó que los taxistas participaran de las protestas de los demás conductores, pero para algunos estaría sentando un mal precedente, además de que se prestaría para trampas o arbitrajes.