“Tengo el honor de poner en conocimiento que hoy ha empezado a funcionar el Banco de la República, el que ha emitido billetes provisionales sobre esqueletos de la Casa de la Moneda de Medellín que llevan esta leyenda: ‘Banco de la República — Billete provisional’. Conforme a lo estatuido en el artículo 17 de la Ley 25 del año en curso, tales billetes tienen curso legal, y, de consiguiente, deben ser recibidos en el pago de toda renta o deuda nacional, departamental y municipal, lo cual comunico a ustedes para su conocimiento. Hay completa calma y todos los Bancos de esta ciudad funcionan normalmente”.
Puede leer: ¿Está circulando un lote de billetes de cien mil falsos? Le enseñamos cómo identificarlo
De esta manera el Ministerio de Hacienda anunciaba el 23 de julio de 1923 la entrada en operación del banco central del país, que arrancó como una sociedad anónima con un capital original de $10 millones oro, de los cuales un 50% lo aportó el Gobierno y la diferencia los bancos comerciales nacionales, extranjeros y algunos particulares.
La creación del Banco de la República se constituye en un elemento fundamental en la organización económica e institucional del país. Con el paso de los años, la institución ha experimentado cambios importantes que han buscado adecuarla a una economía en permanente proceso de crecimiento y actualización.
Orígenes y misión
Juan José Echavarría, quien hasta enero de 2021 fue el gerente del Emisor, recordó que su creación se atribuye a la Misión Kemmerer, y no se llamó Banco Central, como en la mayoría de países, pues en 1905 se había creado otro Banco Central que podía emitir billetes y fracasó.
“Entre las facultades que se le asignaron a la nueva entidad estaban la emisión de moneda legal, ser prestamista de última instancia, administrar las reservas internacionales del país, y actuar como banquero del Gobierno. Durante 100 años ha desempeñado un papel fundamental en la economía y hoy es la entidad que mayor confianza genera entre los colombianos”, anotó.
Podría interesarle: Aunque viene bajando, la inflación en Colombia sigue entre las más altas del mundo
Sobre la Misión Kemmerer, en julio de 1923 este diario daba cuenta de la visita a Medellín de los doctores Edwin Kemmerer y Howard Jefferson. “Hasta El Limón (estación del ferrocarril) fueron a encontrarlos el gobernador, Vicente Villa; el doctor Germán Uribe y otros distinguidos caballeros. Los señores Kemmerer y Jefferson vienen a estudiar de cerca la situación económica de Antioquia y para ello conversarán tanto con los banqueros como con los industriales y con todas aquellas personas que puedan suministrar datos en relación con el objeto que se busca”.
Para la época existía, de manera semejante a lo que hay en la actualidad, un inventario del medio circulante, según EL COLOMBIANO se contabilizaban 24,4 millones de pesos en monedas de oro colombiano, 9,7 millones en monedas de plata, 2 millones en monedas de níquel, así como $210.818 en billetes de antiguas ediciones con valor en oro y 10,1 millones en billetes representativos de oro.
Otro dato de ese momento es que existían 73 bancos nacionales y extranjeros “todos los cuales tienen el carácter de bancos de depósito y de descuento; algunos de ellos tienen sección hipotecaria”, se lee en la edición de este periódico del 10 de julio de 1923, en el cual se detalló que el capital pagado de esas entidades era de $25,9 millones y sus reservas sumaban $7,08 millones.
Hoy la emisión de esos medios de pago es una de las tareas que la entidad ejerce, en forma exclusiva e indelegable, pues a su cargo está la impresión, acuñación, cambio, destrucción y puesta en circulación de especies monetarias.
Lea también: Banco de la República dice que inflación en Colombia está en un nivel excesivamente alto frente a países de la región
Al cierre de junio de este año gracias a esa labor estaban en circulación en el país 3.558,8 millones de billetes con un valor de $119,6 billones, y 16.059,4 millones de monedas, de las diversas denominaciones, por $3,4 billones.
Modificaciones recientes
Echavarría explicó que la Constitución de 1991 creó el nuevo “Banco Central” independiente, con las características que hoy conocemos. La junta es nombrada por varios presidentes (pues cada presidente solo puede nombrar 2 de los 5 codirectores), y es la junta la que nombra al gerente de la entidad cada cuatro años.
En otros países el gerente del Emisor es nombrado por el presidente (algunas veces con ratificación del Congreso). Y en Colombia cada seis meses el Banco presenta un reporte de su labor al Congreso de la República. La Constitución también determinó que el Banco se encargaría de buena parte de la actividad cultural del país en áreas relacionadas con las colecciones de artes plásticas, documental, numismática, filatélica, arqueológica y etnográfica.
“Luego de la crisis de 1999 el Banco adoptó un esquema de manejo conocido como inflación objetivo que ha sido muy útil para el país y que siguen muchos países del mundo: el instrumento de manejo es la tasa de interés a un día (la cual determina la junta en sus reuniones mensuales), la tasa de cambio flota, y se trata de explicar permanentemente las acciones del Emisor con el fin de mover las expectativas de los mercados en la dirección deseada”, agregó Echavarría.
A su turno, José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda, sostiene que el modelo del Banco de la República es un ejemplo para el país, en el sentido de cómo lograr exitosamente una institución que representa la independencia respecto del Gobierno.
Quizás le interese: Lanzan moneda conmemorativa de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo
“Todas y cada una de las actuaciones de la junta directiva y del Emisor han sido basadas en la independencia, y eso es algo que llega desde la Constitución de 1991. Incluso, a pesar de que hay miembros como el ministro de Hacienda que preside la junta, normalmente siempre sabe distinguir entre su rol de Gobierno y su rol de independiente, y lo digo por convicción y actuación personal. Yo sabía que cuando actuaba en la junta lo hacía de manera independiente y con una cachucha distinta a la del ministro de Hacienda”, dijo.
Insistió en que el Emisor ha sido una demostración de cómo se logra aun en la independencia una articulación de política pública, es decir que exista una conversación de la política pública monetaria, cambiaria y crediticia por un lado, y por el otro la fiscal.
De su paso por la junta, Restrepo resalta ese escenario que hasta en su manera de actuar y protocolos son muy particulares. “Cuando uno llega como ministro de Hacienda a la junta es casi como llegara al Vaticano, porque se siguen unos procedimientos, lógicas y caminos muy especiales, a tal punto que la intervención de cada codirector o del ministro de Hacienda está absolutamente definida, así como los asientos que les corresponde, la manera de hablar y el momento de su participación. Son varias formas que le dan un sello particular a la independencia del Banco”, precisó.
Contacto permanente
Como ciudadanos de a pie de manera inconsciente todos los días nos relacionamos o estamos en contacto con el Banco de la República. La cercanía es tal que se podría afirmar que permanentemente lo tocamos, y habrá quienes aseguren que la relación es de dependencia total.
Y es que justamente esta institución centenaria que parece distante siempre está a disposición nuestra, por ejemplo, cada que se utiliza una moneda o billete.
Ana Fernanda Maiguashca, excodirectora de la entidad, afirma que “un colombiano, a menos que esté muy varado, siempre tiene al Banco de la República en el bolsillo, pues una de sus tareas es estar siempre a la mano de todos”.
Y si tener un billete o moneda en el bolsillo obedece en parte a la tarea del Emisor, el que ese peso rinda al momento de comprar el mercado, por ejemplo, también será porque esté ejecutando bien otra de sus funciones: mantener una tasa de inflación baja y estable, y alcanzar el máximo nivel sostenible del producto y del empleo.
Encuentre también: Banco de la República podría empezar a bajar tasas de interés en septiembre: MinHacienda
Para lograr esos propósitos, el Banco de la República sigue un esquema de inflación objetivo en un régimen de tipo de cambio flexible. Bajo este esquema, las acciones de política monetaria están encaminadas a que la inflación se sitúe en la meta fijada en el horizonte de política.
Dicha meta esta fijada por la junta directiva en 3% anual (con un margen admisible de desviación de un punto porcentual, o sea mínimo 2% o máximo 4%). Esta meta se refiere a la inflación de precios al consumidor, que se mide estadísticamente como la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
En la actualidad, con una cifra anualizada del IPC de 12,13%, algunos cuestionamientos se dirigen hacia el Emisor, con el ánimo de atribuirle alguna responsabilidad sobre el hecho de que la plata no le esté alcanzando a las familias para cubrir sus necesidades básicas.
A su favor, en las minutas de la más reciente reunión de junta, los codirectores señalaron que, a pesar de la reciente reducción de la inflación (de 12,36% en mayo a 12,13% en junio, esta continúa en un nivel excesivamente alto, que contrasta con lo observado en países avanzados y en las economías comparables de América Latina, en las cuales la inflación se ha reducido de manera sustancial. Por lo pronto esta es una tarea en ejecución y el resultado está por verse.
Hoy, tras 100 años de labores el Banco de la República se ha consolidado como un referente de confianza, transparencia y sostenibilidad a través de sus servicios de banca central y de su gestión cultural.
La institución considerada el banco de los bancos que un día como hoy inició con un capital de $10 millones contabilizó al cierre del año anterior, en esa cuenta, $12.711 millones y su patrimonio superó los $142,1 billones.
Se constituye como una entidad mixta, con participación del Gobierno, bancos privados nacionales y extranjeros.