Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe da cuenta que la economía argentina caería 3,6% a cierre de 2024.
La perspectivas económicas para Argentina no son nada alentadoras. Dejan mal parado al mandato de Javier Milei, que decidió emprender una drástica política de austeridad que ha levantado fuertes voces de protesta en las calles del país suramericano.
La realidad de la economía argentina no es buena este año. Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revela que este país será el único del continente que no crecerá.
El documento titulado “Estudio Económico de América Latina y El Caribe” da cuenta que la economía argentina caería al 3,6% en 2024, mientras que los demás países tendrían crecimientos entre el 0,2% y 5%. Para dar ejemplos: Colombia tendría un repunte de 1,3% en su Producto Interno Bruto anual (PIB); Ecuador mejoraría 1,8%; Brasil tendría un 2,3%, Perú lo haría en 2,6%, Paraguay un 3,8%; y Venezuela alcanzaría 5%.
Milei desde el principio de su gobierno ha defendido la tesis que el hueco fiscal del país fue el detonante de la alta inflación y la devaluación del peso frente al dólar. Su tesis es que recortar el gasto público y llevar el déficit en cero será parte de la solución económica.
Para contexto, el déficit fiscal de ese nación superó los 400.000 millones de dólares en 2023, lo que representó 88,4% del PIB, según datos de Statista. En palabras sencillas, el país gastó más plata de la que recaudó.
Y en ese sentido Milei ha hecho la tarea. El Ministerio de Economía argentino informó que en agosto, el Gobierno registró un superávit financiero por 3.531 millones argentinos, producto de un superávit primario de 899.660 millones, “en línea con el promedio de los primeros siete meses del año y consistente con el sendero de gasto considerado sostenible, y de un pago de intereses de deuda pública neto de los intra-sector público por 896.130 millones”.
Según el Ministerio se acumuló un superávit de 0,4% de PIB en los primeros ocho meses del año (superávit primario de aproximadamente 1,5% del PIB).
De hecho, el mes pasado el presidente argentino presentó ante el Congreso el Presupuesto Nacional para 2025, que un fuerte recorte de 60.000 millones de dólares a las provincias. La idea del mandatario es reducir a 25 puntos del PIB el gasto público. Y de esa forma consolidar el déficit cero.
Rodrigo Martín, doctor en Economía y docente de la Universidad Católica de La Plata, dijo que el plan de Milei es enfriar la economía y mantener una regla fiscal. “Si bien eso tiene lógica desde el punto de vista económico, también tiene un costo social muy alto, que es el que estamos viendo estos primeros 10 meses de Gobierno”.
El experto defendió que Argentina no tiene un crecimiento económico sostenido hace 10 años. El actual rezago en Argentina no obedece a la difícil coyuntura económica del mundo, sino que se trata de un problema propio que obedece al incumplimiento de reglas y de programas durante años de gobierno.
Añadió que parte de las políticas de Milei eran necesarias para tratar de controlar la inflación, que se ubica en 263,4% anual a corte de julio. No obstante, Martín cree que el gobierno debe buscar el consenso social, escuchar a las familias vulnerables y apostar por un plan de crecimiento.
Rodolfo Colalongo, docente argentino e investigador de la Universidad Externado de Colombia, se mostró más crítico. Dijo de manera contundente que la realidad de argentina es castastrófica: “índices de pobreza por las nubes, problemas con las provincias, disminución del presupuesto en educación universitaria y una perspectiva de que esto siga igual o se profundice”.
En su concepto los métodos de Javier Milei no están dando los resultados que el Gobierno esperaba. Argumentó que se la administración se preocupó más por reducir el déficit que por la senda de crecimiento del país.
“El gobierno no se dio cuenta que su política de reducción drástica del gasto público impactaba de manera negativa la actividad económica. Eso es justamente lo que está sucediendo”, explicó el docente argentino.
La cuestión, según Colalongo, es que esta situación perjudica todos los índices de desarrollo social del país, como la pobreza y la desigualdad. De hecho, Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec) reveló recientemente que la pobreza en dicho país alcanzó el 52,9% para el primer semestre de 2024, lo que significó un incremento de 11 puntos porcentuales frente a los mismos meses del año pasado.
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