La Cámara Colombiana del Acero (Camacero), reaccionó a la imposición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre nuevos aranceles de 25 % a las importaciones de acero y de 25 % adicional al aluminio y aseguró que “esta medida, que afectará indiscriminadamente a todos los países y se extenderá a productos transformados, representa un desafío sin precedentes para la industria siderúrgica global y colombiana”.
Vale destacar que aunque las exportaciones colombianas de acero a EE. UU. representa solo 0,3% de la participación total de las importaciones estadounidenses en este sector, la implementación impactará la competitividad de las empresas.
“La nueva política arancelaria, que elevaría la tasa efectiva a 35% para el aluminio, afectaría significativamente a empresas que dependen de este comercio. A diferencia de los aranceles implementados en 2018, que se centraban principalmente en el acero en bruto y el aluminio primario, las nuevas medidas incluyen productos transformados como extrusiones y placas, fundamentales para sectores clave como el automotriz y la construcción”, señaló la cámara.
Hasta noviembre de 2024, las exportaciones del sector siderúrgico colombiano a ese país alcanzaron un volumen de 7.559 toneladas, con un valor FOB de US$26,35 millones. El gremio también señaló que las empresas que exportan aproximadamente US$500 millones en productos de aluminio transformado a Estados Unidos, podrían enfrentar desafíos significativos para mantener su competitividad.
Además del impacto económico inmediato, Camacero alertó sobre las implicaciones de esta medida en el libre comercio y en la estabilidad de los mercados, y aseguran que la imposición de aranceles de esta magnitud representa una clara intervención estatal en el sistema de precios, distorsionando la oferta y la demanda de estos insumos a nivel global.
“Al restringir el acceso de productos extranjeros mediante barreras arancelarias, se genera una ventaja artificial para la industria estadounidense en detrimento de la eficiencia del mercado. Históricamente, este tipo de proteccionismo ha demostrado ser contraproducente, ya que eleva los costos de insumos esenciales, afecta la competitividad de las industrias que dependen de ellos y genera incertidumbre en el comercio internacional”, añadió la cámara.
Otro efecto que señalan es que esta alza se traducirá en precios más altos para los consumidores finales, alimentando las presiones inflacionarias. A su vez, estas medidas suelen provocar represalias comerciales de otros países, afectando las cadenas de suministro y reduciendo el comercio global. Pero los países externos no son los únicos afectados, para Estados Unidos significará el encarecimiento de materias primas afectará industrias clave y aumentará los costos para los consumidores, lo que va en contra de las promesas de Trump de reducir el costo de vida.
David Barros Cuadrado, director ejecutivo de la cámara, dijo que es prioritario establecer diálogos bilaterales con Estados Unidos para buscar excepciones o cuotas preferenciales dentro del Tratado de Libre Comercio vigente. Paralelamente, la industria colombiana debe acelerar su diversificación hacia mercados alternativos en América Latina y Europa, fortaleciendo su capacidad de adaptación a este nuevo contexto comercial.
“Asimismo, es esencial fomentar la innovación y la eficiencia productiva para optimizar costos y mejorar la calidad de nuestros productos. Desde Camacero, instamos al gobierno colombiano a explorar mecanismos de compensación que permitan amortiguar el impacto en las empresas más afectadas”, añadió Barros.