La Universidad de Antioquia adelanta el estudio de dos especies de delfines que habitan en el Golfo de Urabá, una existencia poco reconocida.
“Hasta el momento sabemos que hay una población residente del delfín gris en El Roto - Turbo- gracias a los trabajos de Jessica Patiño, estudiante de Biología de la Universidad. Durante las salidas piloto en campo tuvimos avistamientos del delfín hocico de botella, más o menos 35 individuos que estaban pescando al frente de este municipio”, explicó María Camila Rosso Londoño, estudiante del Doctorado Interinstitucional en Ciencias del Mar, quien busca estudiar cómo están distribuidos estos mamíferos marinos en el golfo, informó el portal de la Universidad.
Entre otros aspectos, se quiere saber además si la distribución varía de acuerdo con alguna época climática, si se relaciona con algún parámetro ambiental o presa específica, y qué amenazas de origen humano tienen estas especies en el entorno.
El delfín gris, se recordó, es una especie estuarina o costera y “si en el golfo de Urabá existe una población residente, eso indica que las condiciones son adecuadas para que vivan acá. El delfín hocico de botella es más cosmopolita, hay un morfotipo costero y otro oceánico; el que está en el golfo es costero y no sabemos todavía si son residentes, parte de la investigación trata de determinar esto”, dijo Rosso Londoño.
El delfín gris tiene una distribución restringida, solo desde Centroamérica hasta el sur de Brasil, mientras que el hocico de botella nada en casi todas las aguas del mundo.
Para saber cuántos delfines hay en el golfo, María Camila Rosso trabaja con la Armada Nacional, dado que en una de las embarcaciones de guardacostas se pueden realizar los recorridos por todo el golfo en zig zag.
¿Qué significa estudiar estos cetáceos en Urabá? La comunidad urabaense, comentó la investigadora, se beneficiará al conocer mejor los mamíferos acuáticos y las autoridades ambientales tendrán un mapa de sensibilidad y amenaza de extinción, una herramienta valiosa para la gestión ambiental: “depende de los resultados, sería muy interesante tener una opción o alternativa de turismo responsable para el avistamiento de estos animales, así muchas personas se verían beneficiadas también”.
Los delfines tienen la capacidad de bioacomular y biomagnificar metales pesados y otros contaminantes persistentes, por eso autores los consideran “centinelas” del ambiente marino. Al investigar sobre ellos se pueden encontrar señales sobre los niveles de contaminación en el golfo donde se desarrollan actividades como el dragado que llevan a la columna de agua muchos contaminantes.
“En el mundo se han registrado muchos casos de colisión de embarcaciones con estos animales, también el ruido submarino les afecta porque ellos tienen un sistema que actúa como un sonar para detectar a sus presas, entonces, si hay interferencia de ruido todos los comportamientos de alimentación, reproducción y comunicación se pueden ver afectados”, dice Rosso Londoño.
Los delfines son poco conocidos en el golfo y, dado el desarrollo portuario y de infraestructura por el que atraviesa esta región, es importante brindar elementos para promover el desarrollo sostenible.
Y para ello primero hay que conocerlos, identificar las áreas de incidencia y cómo las usan; cómo se alimentan, reproducen y desplazan: “como los delfines son animales carnívoros que están en el tope de la cadena trófica, a través de su conservación se protegen las presas y otros miembros de la red trófica. Por esta razón son denominados especies sombrilla”.