Dentro del Reino Fungi existen más de 150.000 especies registradas de organismos fascinantes, algunos de ellos, los llamados líquenes, “organismos complejos formados por la unión íntima –simbiosis– de un hongo y, al menos, un organismo fotosintético: un alga verde (clorofícea) o una cianobacteria”, explican en el proyecto de ciencia ciudadana española, Liquencity.
Es decir, un hongo + un alga = un liquen, una estructura completamente diferente a cualquiera de los dos componentes que conforman la ecuación por separado, tanto, que los líquenes pueden vivir en casi todos los ecosistemas terrestres, desde el trópico hasta los polos, cubriendo aproximadamente el 8% de la superficie terrestre.
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En Colombia, por ejemplo, se estima que existen 3.600 especies, pero de esas, solo se han registrado 2.827, según la última actualización del Catálogo de Hongos de Colombia, al que agregaron las 28 especies nuevas que acaban de ser descubiertas en la Amazonía gracias a los estudios y a las colecciones biológicas que, de esta zona, salvaguarda el Instituto SINCHI.
Pues a mediados del año 2011, esa organización les extendió una invitación a distintos especialistas para que, en conjunto, revisaran la colección del Herbario Amazónico Colombiano, como una forma de avanzar en su curaduría, así que muy pronto botánicos del grupo de flora del Instituto SINCHI y de la Universidad Distrital, al lado del profesor Robert Lucking del Herbario de Berlín, iniciaron un arduo estudio sobre los ejemplares de líquenes allí presentes, encontrándose con que muchos de ellos, 28, no habían sido descritos antes para la ciencia, y con que otros 157 no habían sido descritos a nivel nacional, lo cual significa que aunque ya se sabía que existía en otras partes del mundo, no se sabía que también estaba presente en este país.
Según el biólogo del Instituto SINCHI, Wilson Ricardo Álvaro, que hizo parte de esta investigación al lado de Lucking, Bibiana Moncada, Nórida Lucía Marín, Sonia Sua Tunjano y Dairon Cárdenas López, “en la Amazonia los líquenes desempeñan un papel fundamental, debido a su capacidad única de interactuar con el ambiente y las comunidades bióticas circundantes”.
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Algunas de esas razones tienen que ver, primero, con que son bioindicadores naturales de la salud de los ecosistemas, y específicamente, de la calidad del aire, incluso más que los desarrollados por la humanidad, pues son muy sensibles a la contaminación atmosférica. Segundo, son pioneros en la colonización de rocas, o sea, son capaces de descomponer cierto tipo de rocas y de esa forma contribuir a la formación del suelo, mismo suelo al que le ayudan a mantener su humedad y prevenir que erosione.
Y tercero, y no por eso menos interesante, “los líquenes les proporcionan un refugio a muchos microrganismo y pequeños invertebrados, y en muchos casos son usados por algunos animales como material para la construcción de sus nidos debido a que, como tienen cualidades antibacteriales y antisépticas, mantienen protegidas a las crías de cualquier enfermedad”, anota Álvaro.
El registro de estas nuevas especies se dio gracias a la publicación del artículo Lichens from the Colombian Amazon: 666 taxa including 28 new species and 157 new country records document an extraordinary diversity, en la revista The Bryologist (número 126), y los académicos que estuvieron a su cargo esperan poder continuar estudiando los nuevos hallazgos, sus estados de conservación y sus posibles aplicaciones o usos.
Tipos de líquenes
* Crustosos: son los que crecen fuertemente pegados al sustrato y es casi imposible sacarlos de allí.
* Foliosos: en este tipo de líquenes existen estructuras laminadas que aumentan la superficie que capta luz.
* Fruticulosos: estos han desarrollado estructuras alargas parecidas a ramas.
* Gelatinosos: cuando están expuestos a una gran humedad, su textura se vuelve carnosa y flexible, blanda y en muchos casos, incluso, se vuelven translúcidos.
* FIlamentosos: “forman una red de hilos o filamentos, de grosor muy fino y habitualmente enmarañados”, explican en Ecología Verde.
* Escamosos: los bordes de estos no están pegados al sustrato y forman un tapete de escamas muy próximas entre sí.
