El corazón de un colibrí late más de mil veces por minuto. No existe un tamaño estándar de los colibríes: miden entre 9,5 y 15 centímetros (poco menos que un lapicero). La variedad de los colores de estas aves es, casi siempre, lo que más llama la atención, son plumas en tonos neón que contrastan con otros más oscuros.
Cuando un colibrí se posa en un balcón, para algunos es la mejor visita que llega a casa. El espacio se llena de alegría y belleza. Sin embargo, esto no siempre es posible, todo depende de la vegetación alrededor, a esto se le denomina conectividad. Es decir, que el apartamento, por ejemplo, esté ubicado cerca a un parque, un bosque o una zona rural para que el ave use la zona como movilidad.
Entonces, ¿qué hacer para atraerlos a lugares que no tienen estas condiciones ambientales? El biólogo y divulgador científico del Parque Explora Luis Buitrago explica que lo primero es usar en estos espacios plantas nativas que les permitan encontrar alimentación y vegetación de manera natural para que no pierdan ese instinto de polinizar de la flora local.
Dice que las plantas que más les llaman la atención son por lo general las de colores rojo, fucsia y anaranjado, y en forma de campana. En este grupo entran las bailarinas (de la familia onagraceae), heliconias, aves del paraíso, platanillos, camarones (Pachystachys lutea, Jacobinia carnea), Aloe vera (sábila), las verbenas (Stachytarpheta cayennensis).
“Ellos requieren de una alta tasa energética, de consumo de alimentos para su metabolismo, entonces las flores tienen tres tipos de azúcares que son glucosa, fructosa y sacarosa, y las proporciones de cada una varían dependiendo de las flores”, explica el ornitólogo Ramón David Ruiz.
Después de tener las flores
Mientras tenga la posibilidad de sembrar en su balcón o terraza un jardín con esta gama de plantas, eso sería lo ideal para atraer a estas aves a este espacio de la casa. Pero, según Ruiz, se puede ir un poco más allá: brindarles en un bebedero de agua con azúcar, esto les aporta glucosa. La proporción es la siguiente: por cada porción de azúcar, cuatro de agua. Por ejemplo, una copita de azúcar por cuatro de agua.
“Lo ideal es hacer la mezcla y luego hervirla para que se disuelva mucho mejor el azúcar, dejar que se enfríe y ahí sí brindarla en el bebedero que existen de varios materiales, de plástico y de vidrio”, dice el ornitólogo.
Agrega que en este proceso lo más importante es el aseo del recipiente para evitar la acumulación de hongos y bacterias que se puedan transmitir a los colibríes, por lo que recomendó que lo ideal es lavarlo con cepillo todos los días y en lo posible con agua tibia.
Otra recomendación que hace Ruiz es que si convive con animales de compañía como gatos o perros no se debería instalar un cebadero o comedero porque se lo estaría poniendo a la mascota. Y el tercer consejo es no ubicarlo al lado de una ventana porque las aves podrían eventualmente estrellarse.
Ruiz señala que hay quienes no están de acuerdo con la instalación de los comederos porque de alguna manera se les está cambiando su comportamiento, están dejando de ir a buscar su alimento al bosque para hacerlo en estos lugares. “Hay que ser responsables con la tendencia de estos cebaderos, si no se pueden cumplir las condiciones (aseo, ubicación en ventanas y tener mascotas) es mejor no instalarlos”.
Lo más comunes
En las zonas urbanas del Valle de Aburrá hay tres tipos de colibríes que recurren con más frecuencia a los cebaderos y es común verlos en parques y zonas verdes. “Son lo que se denomina especies generalistas, es decir, son las que tienen una mayor capacidad de adaptación a los entornos de las personas”.
1- Anthracothorax nigricollis (Mango Pechinegro):
Es de aproximadamente 10.2 centímetros de tamaño y un peso de 7.2 gramos. Su pico largo y negro es ligeramente curvo. Ambos sexos tienen cola de color vinácea con plumas verde azulado en el área central y puntas negras. En la hembra las puntas de la cola son blancas. El macho tiene la parte superior de color verde claro brillante. Los jóvenes muestran unos puntos grises en su cabeza y alas, y alrededor de sus ojos un tono chocolate.
2- Saucerottia saucerrottei (Amazilia Coliazul):
Mide en promedio 8.9 centímetros de longitud y pesa 4.5 gramos. La cabeza es verde brillante y el dorso se torna bronceado hasta hacerse bronce o cobrizo, en contraste con el azul oscuro de las plumas de la cola. El vientre es verde, bajo la cola las coberteras son negro azulado con bordes blancos en los machos y grises con bordes blancos en las hembras.
3- Amazilia tzacatl (Colibrí Colirrufo):
El tamaño es de 8 a 11 centímetros. Tiene el pico corto y recto de color rojizo con negro. El macho pesa 5.5 granos, tiene el dorso color verde, y la garganta y el pecho color verde dorado iridiscente. La hembra pesa 5.2 gramos, es similar al macho, pero tiene barras grises en las plumas de la garganta y el abdomen color blanco.