Una de las primeras cosas que aprende un niño cuando inicia clases en el sistema educativo de Colombia es que el pájaro del escudo nacional es un cóndor. Un cóndor de los andes, suelen explicar los profesores mientras en el aula, con los ojos bien abiertos, un reguero de muchachitos memoriza las alas extendidas del animal al lado de la palabra libertad. Tal vez por eso, la campaña BioEscuderos se ha tornado tan llamativa.
Se trata de una iniciativa de Niky Carrera Levy y Mauricio Ossa, una pareja de publicistas y fotógrafos que desde 2015 se han dedicado a trabajar por la conservación de las aves y sus territorios a través de Birds Colombia, desde donde crean estrategias de comunicación con el fin de resaltar la importancia de protegerlas y la problemática a las que se ven enfrentadas muchísimas de ellas.
En esta oportunidad “nos juntamos con un buen amigo, Andrés Norato, que es el director creativo de la agencia June & July, y creamos esta campaña de BioEscuderos, en la que le pedimos permiso al cóndor andino, que está ubicado encima del escudo de Colombia, para poner en su lugar a otras aves representativas”, explica Mauricio, que es el director de Birds Colombia.
Eligieron a otras 32 aves, una por departamento, para mostrar la biodiversidad, la sensibilidad y la problemática de muchas de las 1.954 especies que viven en Colombia, puesto que muchas de ellas se encuentran en algún peligro de extinción, como le sucede, precisamente, al cóndor.
La campaña consistió en hacer 32 versiones del escudo, los cuales luego fueron bordados en la bandera y enviados a diferentes territorios con el fin de que, desde el 9 de mayo, Día Internacional de las Aves, las personas que recibieron las banderas hicieran un eco en las calles y trasladaran la conversación a las redes con el hashtag #SoyBioEscudero
Según Niky, quien además dirige Guardián de las aves, lo que esperan en esta oportunidad es que despertarles a las personas que viven dentro y fuera del país un sentimiento de orgulloso, que es lo mínimo que se puede sentir al ser las raíces del país de las aves:
“Es importante que todos sepamos que tenemos un territorio que alberga el 20 % de las aves del planeta; que en Birds Colombia contamos 18 especies en peligro crítico de extinción por diferentes razones, por pérdida de hábitat o por acciones humanas, y que solo compartiendo este tipo de información vamos a lograr causar un gran impacto. Eso es lo que queremos con estas banderas, que con esta información todos se sientan involucrados y un poco responsables de tomar acciones en pro de la conservación de las aves en el país”.
Si no recibió una bandera en su buzón, pero quiere sumarse a la iniciativa puede ingresar a www.bioescuderos.com en donde encontrará el mapa del país. Una vez allí puede ubicarse en el departamento que desee y descargar el archivo correspondiente, que podrá usarlo para mandar a hacer una camiseta, una gorra o una bandera y así empezar a multiplicar la información.
Con BioEscuderos no se ha desplazado a ninguna especie. Muchos se han preguntado: “¿Cómo así que van a cambiar los símbolos patrios?”, pero eso no está pasando, solo e está haciendo pedagogía sobre la biodiversidad colombiana con los símbolos patrios.
“Cuando hacemos educación con los niños —cuenta Niky—, iniciamos con una pregunta: ‘¿Qué tenemos en común los humanos y las aves?’, porque cuando los niños son conscientes de que, por ejemplo, necesitamos del oxígeno para poder vivir en esta casa que también es la casa de las aves, hacen una analogía tan profunda que es ahí cuando empiezan a entender la importancia de los bosques nativos, de los bosques primarios y de la importancia de recuperar esos bosques que se han perdido, así que la invitación es a que nos asesoremos, a que preguntemos, a que no creamos en fake news. En campañas como estas siempre hay biólogos y científicos detrás dedicados a beneficiar a las especies, a la ciencia y a hacer ciencia ciudadana”, finaliza la directora de Guardián de las aves.
PARA SABER MÁS
¿Por qué es importante conservar y visibilizar las aves que habitan en el territorio colombiano?
Porque Colombia ya cuenta con una especie extinta y nadie quiere que esa historia se repita. Se trata del Podiceps andinus, también conocido como el zambullidor bogotano, que habitaba en el altiplano cundiboyacense y que fue visto por última vez en 1977, cuenta Niky. Fue una especie extinta por la cacería, por la deforestación, por la pérdida de su hábitat (necesitaba humedales para vivir) y por la introducción de trucha arcoíris, ya que fue vista por última vez en el Lago de Tota.
Es decir, si no se toman medidas urgentes, Colombia podría pasar de ser el país de las aves, a ser el país de la extinción, “por eso es importante que todos entendamos lo que implica cuidar y proteger los ecosistemas y asesorarnos antes de tomar acciones respecto a las aves independiente de los contextos. Hay mucha desinformación y también es un deber aprender sobre ello para poder proteger y velar por la conservación las demás especies con responsabilidad”.