Cientos de personas que trabajan tercerizadas en el Hospital General de Medellín (HGM) llevan tres meses de pagos atrasados y ya no aguantan las afugias económicas. Aunque los retrasos en los salarios fueron pan de cada día en la pasada administración, ahora muchos están más que indignados al conocer que desde la actual Alcaldía de Medellín le han girado al hospital $26.500 millones en lo que va de este año, para que salde las finanzas que están en cuidados intensivos tras la gerencia de Mario Fernando Córdoba, consentido político de Daniel Quintero. Y, como dijo Federico Gutiérrez el pago a trabajadores era una prioridad.
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La alerta la lanzó la Asociación Sindical de Empleados Públicos del Hospital General de Medellín, Asohgm, desde donde aseguran que a Sintravid, la asociación sindical que tiene contratados a enfermeros, auxiliares administrativos, ingenieros, fisioterapeutas y demás contratistas del hospital ya le han girado aproximadamente unos $20.000 millones este año para que cumplan sus obligaciones, pero los trabajadores siguen sin ver un peso.
El 12 de enero, cuando apenas aterrizaba en La Alpujarra, Gutiérrez anunció un giro de $11.000 millones exclusivamente para pagarles los salarios pendientes a los empleados y a los proveedores. Para esa fecha, la deuda salarial era de $9.400 millones. Tres meses después, la Alcaldía le adicionó al mismo contrato $5.500 millones que debían ejecutarse antes de 13 de mayo.
Hace un par de semanas, el 9 de abril, ya con la nueva gerente Claudia Helena Arenas posesionada por el alcalde, la administración distrital volvió a firmar un nuevo convenio para “fortalecer la gestión financiera y de prestación de servicios de salud del Hospital General”, que no es otra cosa que cumplir las obligaciones con el personal misional. Lo que no se entiende es por qué dos semanas después de ese desembolso los trabajadores, que no han dejado de cumplir con sus funciones, siguen endeudados y con el agua al cuello.
“Nosotros preguntamos por los salarios y lo que nos dicen es que no tienen plata, que el hospital no les ha pagado, pero el hospital dice que sí. Necesitamos que nos ayuden porque la situación está muy dura. Emocional y psicológicamente estamos muy mal, la gente no está pagando los servicios, tiene los hijos sin comer, tenemos que pedir plata prestada y nadie sabe cuándo nos van a pagar”, dice una de las trabajadoras que lleva más de cinco años trabajando en el hospital y no recibe pago desde enero.
Además, asegura que no pueden protestar públicamente ni exigir mejores condiciones porque los despiden. En lo que va de este año aseguran que han despedido a casi 400 personas, la mayoría de ellas sin razón alguna.
A comienzos de este año, todavía con Mario Fernando Córdoba en la dirección del hospital, en EL COLOMBIANO denunciamos los casos de un par de médicos que fueron despedidos al parecer por las quejas que habían hecho en grupos de WhatsApp de la organización tercerizadora, porque además de que les debían salarios, no tenían insumos para trabajar. Esa es la razón por la cual las denuncias de lo que sufren los trabajadores vinculados a través de Sintravid se hacen desde el sindicato directo del hospital, porque estos sí están vinculados directamente y tienen protección laboral.
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No es la primera vez que esta asociación sindical se atrasa con los pagos de los trabajadores. En diciembre protestaron porque también les debían tres meses. En enero les pagaron lo que les adeudaban en ese momento y ahora volvieron a estar en las mismas. De hecho, en la pasada administración fueron varias las veces en las que pusieron cestas para recoger mercados para los trabajadores que no habían recibido sueldo.
El pasado 12 de abril, por el grupo de WhatsAp de los trabajadores asociados a Sintravid, una de las administradoras escribió que la razón por la cual estaban colgados en los pagos era porque tenían cobros pendientes del hospital. “Rogamos nos den una espera, a más tardar la próxima semana, para gestionar el pago”, escribieron. Ya han pasado dos semanas desde entonces y nada ha ocurrido.
Otra de las alertas que hacen desde Asohgm tiene que ver con la presencia de Javier Humberto Vásquez Calle en la junta directiva de Sintravid. El problema, denuncian desde el sindicato, es que Vásquez trabaja en el hospital como médico auditor, de manera que tiene acceso a información privilegiada tanto de la entidad como de los trabajadores y los pacientes. Vásquez hace parte del equipo de David Alberto Bustamante, el líder de auditoría médica del hospital y mano derecha del exdirector Mario Fernando Córdoba, con quien dicen que hizo varios viajes con recursos públicos, con argumento misional, mientras las finanzas del hospital agonizaban.
Trabajadores del hospital además se quejan de que no entienden la razón por la cual desde el hospital le renovaron el contrato a esta empresa cuando no solo ha incumplido con los pagos, sino que tiene antecedentes de cambiar con cierta frecuencia su razón social porque no tienen los recursos para cumplir con sus obligaciones. De hecho, en el Secop, con el último NIT con el que la asociación aparece registrada solo aparecen dos contratos desde el 2020, uno con el Hospital Padre Clemente Giraldo, de Granada, y otro con el Hospital San Juan de Dios, de Rionegro.
Fuentes le confirmaron a este diario que la Contraloría General de la Nación ha estado durante esta semana recopilando información en el hospital que permitan determinar si en los últimos años en la entidad se llevaron actos de corrupción. Por esto, los trabajadores les piden a las autoridades que también investiguen hacia dónde fueron direccionados los recursos que el hospital le ha girado a Sintravid, y se preguntan si acaso los utilizaron para cumplir sus obligaciones en otros hospitales donde también tienen convenios vigentes, como el Hospital Mental de Antioquia, el Hospital Santa Margarita de Copacabana y el Hospital San Juan de Dios de Yarumal.
Preguntamos en el Hospital General las razones de por qué el dinero que se le ha girado desde la Alcaldía no ha terminado en manos de estos cientos de trabajadores que, si bien están tercerizados, son determinantes para el funcionamiento de la entidad, pero al cierre del artículo no recibimos respuesta.
El pasado 27 de marzo, el alcalde Gutiérrez, presidente de la junta directiva del hospital, nombró a Claudia Helena Arenas Pajón como su nueva directora. Arenas tiene 20 años de experiencia en el sector salud: en el Hospital Pablo Tobón Uribe fue jefe del departamento comercial, y en la pasada administración de Gutiérrez fue secretaria de Salud e hizo parte de la junta directiva de Metrosalud, el Hospital Infantil Concejo de Medellín y el Hospital General. Entre sus funciones, Gutiérrez la encargó de “recuperar la confianza y trabajar con transparencia absoluta y austeridad. Salvar al hospital y siempre pensar en los usuarios”. Todos tienen puesta la confianza en que así sea.