En menos de una semana, una cascada de nombramientos y movidas de personal está sacudiendo los cimientos de la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín (EDU), a escasos nueve días del cambio de gobierno.
La entidad, que tras dos décadas de trabajo se convirtió en la punta de lanza de la Alcaldía de Medellín para apalancar sus obras y proyectos de infraestructura más ambiciosos, teniendo a cargo hoy misiones tan importantes como la gestión predial del metro ligero de la 80, está enfrascada en una batalla interna que tiene a gran parte de sus funcionarios de larga data en la zozobra.
Lea también: La mala hora de la EDU de Medellín
En medio del espinoso proceso de empalme —que ha generado duros choques entre la entrante administración de Federico Gutiérrez y los últimos alfiles del exalcalde Daniel Quintero que aún no saltan del barco del gobierno distrital— la renuncia intempestiva del gerente de esa entidad, Raúl Morales, detonó de puertas para adentro una crisis que ha encendido las alarmas ante una posible estrategia de politización.
La alerta más reciente vino por cuenta de por lo menos ocho nombramientos que, en una carrera contra el reloj, permitieron que contratistas lograran colarse en la planta de personal de la entidad, en una decisión avalada por una gerente que apenas empezó a ejercer sus funciones esta semana.
Movidas de última hora
Aunque desde 2020 la EDU ha estado en la palestra pública por cuenta de varios manejos administrativos y contractuales cuestionados, la más reciente controversia se remonta a la semana pasada, cuando el gerente Raúl Eduardo Morales Vallejo renunció a su puesto.
Le puede interesar: “El panorama es desolador: déficit y desfinanciación en Alcaldía suman $3,2 billones”: Federico Gutiérrez
Tras formalizarse el pasado martes, la entidad quedó a cargo de una funcionaria identificada como Margarita Contreras, que si bien aterrizó en la EDU en marzo de 2021, entre noviembre de 2022 y marzo de 2023 pronto se convirtió en una de las funcionarias más cercanas a la gerencia, durante el breve periodo de María Antonia Sánchez.
Pese a su fugaz periodo, esta última terminó volviéndose célebre en la entidad por cuenta de un estricto plan de austeridad en el que, argumentando afugias financieras, le quitó el tinto a los empleados, retiró el papel higiénico de los baños, obligó a apagar el aire acondicionado del edificio para ahorrar energía y hasta redujo a lo estrictamente legal los periodos vacacionales. No obstante, por esos meses, la entidad empezó a aumentar su planta de cargos, en donde funcionarias como la recién posesionada Contreras se afianzaron en el poder.
De esta manera, según advierten fuentes al interior del Distrito que pidieron la reserva de su identidad, tras su salida en marzo, Sánchez habría seguido teniendo ojos y manos en la EDU, entrando incluso en tensión con el saliente gerente Morales.
Luego de asumir la gerencia esta semana, faltando dos semanas para el cambio de gobierno, Contreras inició una feria de nombramientos cuyas dimensiones ni siquiera se conocen con certeza en los pasillos de la misma entidad.
Siga leyendo: El gabinete de Quintero se movió como un torniquete: van casi 113 cambios
La emisora Caracol Radio reveló ocho de esos nombramientos, que fueron efectuados este miércoles y que abrieron la puerta para que contratistas de la entidad se vincularan a la planta de cargos de la EDU, con contratos cuyos plazos oscilan entre los seis meses y los dos años. Además, los mismos contemplan una figura conocida como el plazo presuntivo, que cuyo efecto directo consiste en que el gobierno entrante tendría que incurrir en onerosas indemnizaciones en caso de tumbarlos.
Dado que dichos nombramientos se hacen de forma directa, los detalles de los contratos tampoco aparecen en los sistemas de contratación pública, haciendo una tarea casi imposible, incluso para los funcionarios de larga data de la entidad, saber cuántos ya quedaron en firme y cuántos vienen en fila.
Además, según se relata en la entidad, esta semana también se han producido múltiples ascensos con la mayor celeridad.
Estas movidas burocráticas han sido tan aceleradas que, según pudo conocer EL COLOMBIANO, incluso despertaron el interés de la misma Alcaldía, desde donde se le solicitó a la estrenada gerente rendir un informe detallado de la planta de cargos de la empresa en la próxima junta directiva.
En medio de este panorama, la preocupación que ronda en las oficinas de la EDU es que cuando termine el aluvión de nombramientos y llegue el nuevo gobierno en enero, la dupla Sánchez – Contreras haya amarrado la lealtad de múltiples funcionarios y sigan moviendo los hilos de la empresa aún terminada la era Quintero.
Este escenario, cabe recordar, ha sido precisamente uno de los principales motivos de choques entre el gobierno entrante de Federico Gutiérrez y la administración saliente, encabezada desde octubre pasado por el antiguo secretario de Hacienda, Óscar de Jesús Hurtado.
Y es que desde la orilla de Gutiérrez se ha instado a la administración saliente de abstenerse de meterle mano a la planta de cargos del Distrito, como ocurrió el mes pasado, cuando también salió a flote un caso similar en la ESU (Empresa de Desarrollo Urbano), luego de que el concejal electo, Andrés Tobón, sostuviera conocer de movidas internas para cambiar las condiciones laborales de los empleados, precisamente para gozar de la misma figura del plazo presuntivo que hoy causa dolores de cabeza en la EDU.
Para conocer su versión sobre el tema, este diario envió un requerimiento a la EDU, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
