A principios de este año se desató una polémica en el Concejo de Medellín, luego de que el concejal Andrés Rodríguez lanzara al aire en una sesión la propuesta de gestionar recursos para renovar la flota de vehículos y para modernizar las instalaciones. La discusión ni siquiera logró darse a fondo, en medio de críticas en redes sociales y en el mismo recinto entre quienes decían que estaba “pidiendo lujos” y quienes señalaban que era una necesidad. Luego se dictaron políticas de austeridad y el tema parecía olvidado.
Sin embargo, aparece de nuevo sobre la mesa porque resulta que tanto sede como carros sí necesitaban mano. El pasado 28 de agosto, el Concejo de Medellín y la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) suscribieron un contrato interadministrativo “de mandato sin representación legal para el diagnóstico, mantenimiento y adecuación de la sede del concejo distrital”.
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El contrato, firmado por Conrado de Jesús Torres, secretario del concejo, y Luz Ángela González, gerente de la EDU, fue por un monto estimado de $2.413 millones para ejecutar distintas obras en todos los niveles del edificio, lo que incluye mejorar las condiciones de oficinas, pisos, techos, iluminación, aire acondicionado, redes hidráulicas, sanitarias y de gas, entre otras. Sobre el valor se especifica que es estimado y que el costo verdadero se establecerá cuando se entregue la obra, que tiene un plazo de seis meses, hasta febrero de 2025.
Un concejal que pidió no ser citado dijo que los corporados no tuvieron conocimiento del proceso para el contrato, porque no es una decisión que necesite su visto bueno, se trata de un trámite administrativo en el que el secretario tiene las competencias y es el ordenador del gasto. Este medio consultó a varios corporados de distintos partidos para conocer su opinión sobre este tema, pero todos se negaron a responder.
Por su lado, el presidente del Concejo Andrés Tobón dijo que el presupuesto se logró conseguir de la mano de la administración y que se hace necesario porque la edificación tiene “graves problemas de filtraciones y humedades” y que están al borde, incluso, de una posible falla general eléctrica en el sistema “por falta histórica de mantenimiento de las redes”.
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Techos dañados, humedades y oficinas deterioradas son algunos de los principales problemas. Esa es la justificación del contrato interadministrativo, que tiene como fin implementar medidas correctivas y preventivas en la sede ante su desgaste o deterioro natural por el paso del tiempo y los efectos del clima y el uso. Para Tobón, “hubo negligencia” durante los periodos pasados en lo referente al mantenimiento de las instalaciones del Concejo de Medellín.
Pero los vehículos también son un frente al que tuvieron que invertirle. Si bien, la secretaría general del concejo, de la mano de la mesa directiva, estableció no comprar carros nuevos, los que hay requieren mantenimientos importantes, tal como lo demostró un peritaje técnico que estuvo a cargo de una empresa elegida mediante convocatoria, según Tobón.
El presidente sostuvo que hay vehículos que necesitan hasta $70 millones para que puedan funcionar bien y que este año ha habido carros que están entrando cada mes al taller, incluso, con cambios importantes de partes. “No sabemos cuánto sería el costo total de los mantenimientos, estamos esperando porque la idea es que haya un ahorro de la mano de la administración distrital, que está construyendo un contrato de mantenimiento general de vehículos. En caso de que ese contrato salga, la secretaría general del Concejo podría participar enviando un CDT a la administración por el valor que se requiera para que los vehículos puedan funcionar bien”, afirmó el concejal.
Al respecto, el concejal Andrés Rodríguez anotó que la situación le da en algún modo la razón cuando dio la idea de mejorar la sede del concejo, porque quedó en un “estado lamentable” y reiteró que dicha propuesta no se trataba de pedir lujos, como muchos lo cuestionaron en su momento, sino de atender una realidad de la sede. Para Tobón, este tema es distinto al de aquella polémica, porque considera que entonces la mayor discusión se dio cuando Rodríguez habló de la posibilidad de acudir a un leasing para renovar la flota de vehículos. En cualquier caso, ambos defienden hoy las remodelaciones en las instalaciones.
Finalmente, también se hizo una inversión en la renovación tecnológica en el recinto, ante los constantes problemas de sonido o hasta para proyectar las presentaciones. Esta se hizo por medio de un contrato con la Empresa para la Seguridad y Soluciones Urbanas (ESU) y Tobón anotó que los recursos salieron de un ahorro cercano a los $700 millones que se logró luego de que la mesa directiva y el secretario general acordaran no seguir incluyendo en los gastos de funcionamiento del concejo en aspectos como desayunos y almuerzos para los concejales, pago de internet móvil para las casas, compra de celulares nuevos cada año o pago de planes de datos y llamadas.
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