La Secretaría de Cultura de Medellín está rompiendo un particular récord de protagonizar polémicas. Esta vez, la discusión se centra por la falta de pago que se habría dado con el Festival de Cine Miradas Medellín, que recientemente era presentado por la entidad como uno de sus principales logros del cuatrienio.
El congresista medellinense Daniel Carvalho, quien desde Bogotá le hace constante veeduría a los temas culturales de la ciudad, denunció que El Festival de cine Miradas Medellín debe $340 millones.
“Hay 38 personas sin honorarios, 61 derechos de exhibición de las películas sin pagar, 29 artistas, colectivos y formadores sin pagar y dos empresas logísticas sin pagos. Los organizadores del festival han estado intentando de todas las formas posibles darle solución a los trámites internos para lograr hacer estos pagos, pero no ha sido posible. La Secretaría de Cultura no les responde”, escribió en la red social X el representante a la Cámara.
Para Carvalho, la “explicación” dada a la falta de pagos es que la Fundación EPM no se vinculó con los recursos con los que se había comprometido que ascienden a $900 millones.
“El resultado: faltan 10 días para que se acabe el año y los pagos no existen”, añadió.
Ana María Guzmán, coordinadora de hospitalidad del Festival, también dio declaraciones a Teleantioquia Noticias sobre la deuda de la Secretaría de Cultura.
“Al mismo equipo organizador, a los directores, a los programadores, a los que trabajamos como en mi caso recibiendo a 70 personas de Latinoamérica y el país para coordinar su estadía, nos deben plata. También le deben a las películas que hicieron parte del Festival”, comentó.
Guzmán indicó que 68 películas expuestas en el Festival no han recibido pagos por su exhibición, además se le debe plata a los talleristas y formadores que impartieron su conocimiento en los 28 espacios educativos del Festival. “Se le debe incluso a la persona que hizo las estatuillas con las que se premiaron las mejores películas del Festival”, agregó.
Guzmán indicó que pese a haber enviado la documentación para su contratación en septiembre, hasta ahora no aparece vinculada con el Festival ya que no hay contrato a su nombre.
“La Ciudad está quedando muy mal porque están irrespetando a los artistas que trabajan en las películas y el Festival”, puntualizó.
Ayer en la noche, el Distrito de Medellín, consideró “necesario hacer aclaraciones a la opinión pública” sobre este tema.
“La información que circula en redes sociales y medios de comunicación está siendo analizada para encontrar las causas que llevaron el tema hasta este punto y dar una respuesta acorde a las competencias de la administración”, comentó la Alcaldía.
Pero luego, en lo que sería una lavada de manos, la administración Distrital dijo que, en la actualidad, no tiene ninguna obligación contractual con ninguno de los reclamantes.
“La administración Distrital dispuso, en los tiempos oportunos, la planeación y gestión administrativa para la ejecución técnica y operativa del Festival en el 2023. Con los contratistas de la entidad que tenían a su cargo el Festival, se ha tenido una serie de reuniones donde se ha tenido la claridad de que esta no es una responsabilidad directa del Municipio de Medellín, ya que no se tiene ningún vínculo contractual con los reclamantes”, comentó la Alcaldía.
Siendo así las cosas, todo indica que los audiovisuales de la ciudad van a pasar una amarga Navidad igual que otros representantes de la cultura de la ciudad, por cuenta del desgreñe de la Secretaría de Cultura de Medellín.