El exrector de la Universidad de Medellín, Néstor Hincapié Vargas, se refirió a los múltiples señalamientos y testimonios que lo sitúan como el principal responsable de convertir a esa institución en un centro de favores políticos y haber propiciado el surgimiento de escándalos como el que tiene contra las cuerdas desde hace varios años al exsenador liberal Julián Bedoya, por la presunta obtención fraudulenta de su título de abogado.
Luego de que EL COLOMBIANO publicara un reportaje el pasado 18 de noviembre de 2023, en el que reconstruyó —con base en fuentes internas y documentos— cómo habría operado esa universidad durante las últimas dos décadas, Hincapié allegó una comunicación escrita en la que defendió su gestión y negó haberse aprovechado de su cargo y de los recursos de esa institución con fines políticos.
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En su pronunciamiento, el primer punto al que aludió Hincapié estuvo relacionado con sus propiedades, justamente luego de que se hiciera público que en las bases de datos de la Superintendencia de Notariado y Registro aparecieran 15 matrículas inmobiliarias registradas a su nombre en los municipios de Medellín, Marinilla y Girardota, la gran mayoría adquiridos luego de haber llegado al cargo de rector de ese centro educativo en el año 2000.
De igual forma, los datos de esa superintendencia también mostraban que a cada una de sus hijas le parecían registrados cerca de 10 matrículas inmobiliarias.
Sobre ese punto, Hincapié sostuvo ser poseedor de cinco propiedades, entre las que se encuentra una cabaña en El Peñol, una casa en ese mismo municipio, una casa lote en Girardota, un apartamento en Cartagena y el 50 % de otro apartamento adquirido en 1999, aseverando que los mismos habrían sido adquiridos solo como producto de sus “60 años de trabajo”.
“Es pertinente precisar que los cuartos útiles y los parqueaderos tienen matrículas inmobiliarias adicionales y diferentes. Todo lo anterior es demostrable, dos propiedades están registradas en Marinilla, el resto en su respectiva jurisdicción. Lo demás es inexacto, que pude haber tenido otras propiedades, claro que si, en 60 años de trabajo uno puede adquirir cosas”, expresó el exrector.
En segundo lugar, Hincapié se refirió a una de las controversias más álgidas que dejó su paso por la universidad, durante el cual múltiples fuentes internas de la institución han aseverado que la misma se habría convertido en un engranaje de favores políticos.
Tal como lo recogió este diario con base en múltiples testimonios, dicho señalamiento se fundamentaban en varios puntos, como por ejemplo su cercanía con la exconcejala liberal Aura Marleny Arcila, quien también ocupó la dignidad de presidenta de la concilitaura de la Universidad de Medellín.
Dentro de las prácticas que fuentes internas señalaron habrían tenido lugar entre 2000 y 2020 se resaltaban por ejemplo presuntas presiones para apoyar aspiraciones electorales de políticos.
“Yo era director en un doctorado y me daban una planilla en donde debía poner un listado de personas cercanas a mí y dispuestas a votar por la candidata al Concejo o el candidato al Senado, con nombre, cédula, celular, correo electrónico, parentesco y puesto de votación”, le expresó por ejemplo un profesor a este medio, que pidió la reserva de su identidad.
Otra denuncia que salió a flote fue la comisión de presuntas irregularidades durante los concursos que esa universidad llevó a cabo para la selección de gerentes de hospitales, que dentro de sus casos más sonados tuvo la del exgerente del Hospital de Turbo Jesús Eugenio Bustamante, quien pese a la estela de cuestionamientos que dejó en ese primer hospital luego llegó a la gerencia del Hospital General de Medellín tras sacar un puntaje casi perfecto de 99,8% en un examen que le hizo la Universidad de Medellín para ese cargo.
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En aquel momento, cabe recordar, concejales como Bernardo Alejandro Guerra aseveraron que participantes habrían accedido a las respuestas del examen.
“Para hospital de primer nivel la tarifa es de $70 millones para asegurar el cargo, si es de segundo $150 millones, y de tercer nivel $300 millones”, expresó otra fuente, según quedó plasmado en una investigación adelantada por la Procuraduría.
Sobre las polémicas de los concursos para los gerentes de hospitales, Hincapié negó que desde la universidad se recibiera dinero a cambio de favorecer personas y sostuvo que una denuncia que se había formulado al respecto terminó siendo archivada en 2022.
“La denuncia a la que se refiere el medio fue archivada desde el año 2022. Es una información mendaz y oportunista”, escribió el exrector.
De igual forma, ente los señalamientos que planteaban que Hincapié se habría atornillado en el poder por cuenta de dichas influencias políticas, el exrector también se defendió.
“No es cierto que yo me haya atornillado, fue por los resultados académicos y financieros durante 10 asambleas ordinarias que los señores asambleístas me dieron su voto de confianza, incluidos muchos de los que hoy me señalan infundadamente. No existen en mi contra procesos judiciales ni administrativos que sugieran siquiera una indebida participación política”, escribió.
Además de estos temas, Hincapié también se refirió al escándalo por las presuntas irregularidades que rodearon la obtención del título de abogado del exsenador Julián Bedoya, por las que fue juzgado.
Cabe recordar que en diciembre de 2023, un juez penal de Medellín decidió absolver tanto a Hincapié como a los docentes Julián Toro Rendón, Juan Carlos Hoyos Loaiza, Saúl Benítez Urrego, Jhon Mario Ferrer Murillo de los cargos de falsedad en documento público, imputados previamente por la Fiscalía.
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Pese a dicha absolución, que principalmente se obtuvo luego de que la defensa de Hincapié lograra probar que el académico se encontraba en España entre el 13 y 30 de septiembre de 2018 (fecha en la que el exsenador Bedoya se reincorporó a la universidad), y que desde su cargo no habría podido verificar si los graduandos de entonces tenían todos los requisitos en regla, el juez sí condenó a otros dos servidores de esa universidad por el delito de falsedad ideológica en documento público (Juan Felipe Hernández Giraldo, subsecretario académico de la U. De M., y a Yolanda Cossio Rincón, secretaria de la Facultad de Derecho y jefe de Programa).
“(...) la discusión sobre la legalidad o no del título del señor Bedoya Pulgarín es un ataque personal hacia mí, dirigido por quienes no han logrado ganar en democracia la representación de la asamblea y deben acudir a patrañas que hoy tienen envuelta la Institución en una crisis reputacional”, planteó Hincapié en la misiva enviada a este diario, en la que insistió que durante su gestión las finanzas de la universidad se habrían manejado de forma correcta y la institución logró acreditarse varias veces en alta calidad.
Precisamente frente a los manejos financieros y administrativos, otra controversia sobre la que respondió Hincapié fue la de presuntas irregularidades en el manejo de la Casa del Egresado, en la que según fuentes de esa universidad permanentemente se hacían reuniones políticas.
Asimismo, otro de los señalamientos formulados sobre el exrector apuntaba a que durante su gestión la universidad compró cerca de 40 vacas para beneficiarlo. “Por el desorden en que estaban todas las cuentas, hace unos meses identificaron que hasta hace poco en una finca de la Universidad en Llanogrande se mantenían 40 vacas del exrector Hincapié y de cuenta de la Universidad les pagaban el cuido y cualquier gasto adicional”, señaló una fuente.
Frente a las reuniones políticas, Hincapié argumentó que en la Casa del Egresado también se reunirían políticos conservadores y del Centro Democrático, y no solamente del Partido Liberal.
“En cuanto a la Casa Club del Egresado se convirtió en un centro de reuniones de todo tipo, incluidos los diferentes partidos políticos: Centro Democrático, Conservador, Liberal, entre otros. Y es completamente falso que la universidad patrocinara en la Casa del Egresado reuniones políticas, lo anterior se puede constatar en su contabilidad, y mucho menos hacer mercados a favor de terceros”, sostuvo el exrector.
“En mí administración se compraron unas vacas, claro que sí, pero no para mí sino para la universidad y esto consta en los registros contables y presupuestales de la institución”, expresó refiriéndose a la situación con los bovinos.
