Hablar de lugares ocultos en las ciudades y apelativos similares se volvió una muletilla de influenciadores de todos los tipos y colores. La fórmula fácil para ganar interacciones apelando a un cierto complejo de Colón en el que creen descubrir y develar ante su público un universo de lugares y joyas ocultas hasta entonces desconocidos. La mayoría de las veces versan sobre lugares que gozan ya de una vida propia que perfectamente puede prescindir del bullicio en redes. Sin embargo, también hay que decir que el espíritu de ese ejercicio cumple un papel importante en la búsqueda por redescubrir algunas partes de Medellín, porque realmente, aunque parezca increíble, la ciudad tiene todavía rincones interesantes e impensados encubiertos todavía por un generalizado desconocimiento.
Medellín, por ejemplo, es una ciudad de museos. La Red de Museos de la ciudad está conformada por 27 instituciones y lugares, que aumentan perfectamente a 35 incluyendo algunas propuestas conocidas en ciertos nichos de coleccionistas. Sin embargo, el imaginario de la mayoría de las personas siempre se remite a los mismos: el Museo de Antioquia, el Mamm, el Explora, en fin. ¿Y qué hay de los otros? ¿Qué piezas únicas, extrañas y maravillosas contienen?
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Apelando a la conclusión del Concejo de Medellín el año pasado, en la que tanto líderes del sector y corporados reconocieron la deuda histórica del Distrito para preservar sus museos, tal como estipuló el Acuerdo Municipal 14 de 2015, deuda que sigue teniendo en sus primeros renglones la falta de divulgación, repasamos una breve lista de esa treintena de lugares, una mínima muestra conformada por máquinas extrañas para curar enfermedades, un paraíso para filatelistas en pleno bullicio del Centro y una colección gigantesca de piezas ancestrales fruto de los desvelos de una santa, que ya quisieran tener varios museos europeos.
Santuario y Museo etnográfico Madre Laura
Entrar a este museo es entrar al corazón de las culturas y tradiciones de 21 países. El Museo que se nutre de piezas coleccionadas desde hace más de un siglo por la santa madre Laura Montoya y las hermanas de su congregación está en Belencito, en plena Comuna 13, de manera que para todo el que tiene como visita infaltable las famosas escaleras y el grafitour puede tener una verdadera experiencia única en la 13 si se anima a visitar este museo.
Según su directora, la madre Margarita Restrepo, el Museo es el testimonio de décadas de trabajo entre la congregación religiosa y cientos de etnias y comunidades indígenas y nativas en Colombia y en varios continentes. Son más de 1.500 piezas de cerámica, instrumentos para rituales, cestería y musicales, piezas arqueológicas y de alfarería, elementos que representan y narran siglos de historia y acontecimientos trascendentales para esas comunidades. La colección incluye riquezas del Amazonas desconocidas en Occidente, y también piezas de valioso marfil y ébano africanos. Un patrimonio etnográfico y arqueológico que se soñarían muchos museos en el mundo y que está en uno de los barrios más populosos de la Comuna 13.
Museo de la Vida en el edificio que se cree barco
En el famoso edificio de la Naviera, recuperado hito arquitectónico de Medellín en plena esquina de Palacé, donde termina La Playa y aparece la Primero de Mayo, diagonal a la estación Parque de Berrío, se encuentra desde hace justo un año el Museo de la Vida, una ambiciosa apuesta de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia por recuperar la historia conformada por cada avance que hizo posible que los habitantes de Medellín y de Antioquia aumentaran su esperanza de vida gracias a la ciencia médica. Es un recorrido por siete salones con exposiciones temporales distribuidos en dos niveles. Hay una sala, por ejemplo, dedicada a máquinas, instrumentos médicos y equipos que cambiaron para siempre la medicina del país, desde una máquina que en su momento se utilizó para tratar el Parkinson y la depresión, hasta una máquina de anestesia que hizo posible a comienzos de los 60 lo que parecía una utopía: operar durante horas y sin dolor alguno a pacientes en medio de cirugías complejas como trasplantes. También hay planchas anatómicas para comprender en detalle la maravillosa máquina humana, y hay vacunas, drogas anestésicas y equipos desarrollados para estudiar y comprender cómo funcionan tejidos, arterias, músculos y órganos como el cerebro, los riñones o el corazón que también fascinan al público.
Es un viaje deslumbrante que condensa décadas de batallas, triunfos y derrotas que en buena medida hecho posible la ciudad actual y la forma en la que se habita. Una forma diferente de contar a Medellín y Antioquia a través de máquinas y piezas extrañas que han hecho parte de la gran cruzada para ganar esperanza de vida. Para las personas, sobre todo los jóvenes que buscan nuevas formas de conocer el Centro de Medellín, este es un plan imperdible.
Según la gestora cultural de la Facultad, Yésica López Ramírez, actualmente se encuentran haciendo nuevas adecuaciones de espacios para estrenarlos en enero de 2025 con novedosos recorridos. Una vez habilitadas las visitas, lo único que tienen que hacer los interesados es googlear Museo de la Vida U. de A. e inscribirse de manera gratuita en el portal de la Facultad a los recorridos guiados que se programan cada semana.
El museo oculto entre la iglesia de los dos rostros
El turismo en el Centro pasa casi siempre por los mismos lugares: la catedral Metropolitana en el Parque de Bolívar, los Gordos de Botero, el Parque de Berrío, en fin. Pero pasan desapercibidas joyas arquitectónicas ocultas como el Templo Jesús Nazareno, tal vez una de las pocas iglesias en el mundo que tiene dos caras, una de sus fachadas, los restos de una ermita construida hace 125 años, da hacia Carabobo; la otra, una extravagante exhibición de mezclas arquitectónicas en las que prevalece el neogótico, mira hacia Juan del Corral desde hace 71 años. La parroquia fue mencionada recientemente en medios porque allí se llevaron a cabo las exequias del maestro Francisco Lopera, abanderado mundial en la lucha contra el alzhéimer.
La parroquia, de hecho, se caracteriza por ser una de las que más exequias anuales celebra en la ciudad y tal vez en todo el país. Su interior está repleto de historias y misterios; conserva un completo barrio de los muertos con más de 40.000 osarios y cenizarios en su sótano, que contienen los restos óseos de más de 150.000 seres desde hace siglo y medio. Allí reposan, por ejemplo, los restos del patriarca de la fotografía colombiana, Melitón Rodríguez.
El templo, declarado patrimonio de la Nación, tiene además un excepcional museo que hace un extenso recorrido desde el inicio de la historia de las escrituras y los templos. Es sobrecogedor saberse en pleno Centro, rodeado de talleres mecánicos y funerarias, en las entrañas de un extraño edificio centenario y patrimonial, viendo imágenes de faraones. Según el padre Julio Corredor, que preside la parroquia, la ciudad está en deuda para preservar esta joya invaluable. Pero un buen punto de partida sería que más personas la conozcan y la recorran.
El paraíso para los coleccionistas de estampillas
En medio del bullicio del Parque de Berrío existe desde hace 57 años un paraíso para los filatelistas, las personas que se dedican a seguir y coleccionar sellos y estampillas, una de las aficiones más antiguas, interesantes y con mayor número de aficionados en todo el mundo, y que además mueve al año cientos de millones de dólares.
El Museo Filatélico del Banco de la República en Medellín tiene una colección de 450.000 estampillas colombianas y de los decenas de países, una de las más completas colecciones en América Latina y donde se encuentran rarezas que le pondrían el corazón a mil a más de un afiebrado. Aunque está en el corazón de una zona bastante turística por su cercanía a Plaza Botero y otros puntos altamente concurridos en la ciudad, el museo es uno de los menos conocidos y tiene actividades atractivas como talleres de Cartas y estampillas, préstamo de Maletas didácticas del Museo del Oro y Cajas Viajeras para instituciones educativas, y visitas guiadas. Para las familias que estén de turismo en Medellín este es un plan más que recomendado.
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