El programa Escombros Cero de la Alcaldía de Medellín dejó en ascuas a los motocargueros, esas personas que recorren con sus motos dotadas de volco la ciudad esperando a ver quién los contrata para botar los desechos que quedan de los trabajos de construcción.
El jueves pasado, en una reunión que citaron en el parque biblioteca de Belén, aparecieron 60 de ellos para contar las penurias que les ha tocado sortear desde el 22 de abril, cuando el alcalde Daniel Quintero presentó la iniciativa que promete recoger sin costo el material sobrante de los trabajos domésticos y ofreció recompensas de hasta 10 millones de pesos para el que denuncie a quien contrate personas no autorizadas para la disposición final de los residuos de construcción.
La intención, según el mandatario, es devolverle su esplendor a la ‘Tacita de Plata’ poniéndole un freno a la acumulación de desperdicios en cualquier lugar. La promesa, del lado de los motocargueros, era que los iban a incorporar al programa, pagándoles una tarifa de $37.500 por viaje, pero ellos denuncian que no se ha cumplido.
En el encuentro se lamentaron de que en vez de contratarlos a ellos, Emvarias está utilizando volquetas de gran capacidad y que al parecer también compró ocho motocargueros para hacer la recolección de manera directa.
Yenner Flórez, CEO de la aplicación MiVolco, que ha gestionado la organización de los motocargueros, indicó que, con la gratuidad de este servicio, la administración Distrital estaría violando la Resolución 1257 de 2021 del Ministerio del Medio Ambiente que regula la disposición de residuos de construcción y demolición (RCD) en varios sentidos. Por una parte, porque esta norma establece que quien paga debe ser el que genera el material, no el Municipio. Pero lo más grave es que, en su concepto, se llegó a estigmatizar a personas que, lejos de ser las causantes del problema de suciedad, se han ocupado de la limpieza de la ciudad por muchos años.
“Le han dado una imagen a la ciudad de que los motocargueros ensucian y contaminan quebradas, y aunque eso lo hacen dos o tres, la mayoría lo que hace es recoger más de 20.000 toneladas al mes; si no fuera por su trabajo, se bloquearía la ciudad”, expresó.
Iniciativa ambiental
Vale la pena recordar la historia de los motocargueros. Desde muchas décadas atrás los escombros se botaban en carros tirados por caballos hasta 2009, cuando la administración de Alonso Salazar planteó que entregaran los animales, en general maltratados, para darlos en adopción, y que a cambio recibieran motos adaptadas para llevar carga. En total, se acogieron 180, pero de acuerdo con Flórez, en la actualidad habría unos 700 motocargueros en la capital antioqueña, los mismos que ahora se ven abocados a un problema que amenaza su subsistencia.
“El alcalde nos está jodiendo con lo que dijo, que iban a botar el escombro gratis y ahora quién va a pagar”, expresó Sergio Andrés Yepes, justamente una de las personas que hace poco más de una década cambió su carreta de tracción animal por una moto de 200 cc. marca Ayco.
El viernes pasado, cuando habló con periodistas de este diario, escasamente retornó a su casa con $20.000 después de un día de esperar infructuosamente a los clientes que no llegaban en el acopio del barrio Santa Lucía.
“Esto está muy duro, muchos compañeros no hicieron nada en toda la semana”, dijo.
En un día promedio, las ganancias de Sergio pueden ser de 80.000 a 100.000 pesos, y hasta los 200.000 a 300.000 pesos en un día bueno, pero desde que Quintero hizo su intervención en los medios de comunicación, la operación rebajó de manera automática.
“Ya a la gente hasta le da miedo porque él dijo que si uno botaba escombros en la calle le cobraban una multa a la persona que le dio el escombro a uno también. Es cierto que hay compañeros que botan en la calle y eso nos afecta a todos, pero nadie puede decir que me haya visto a mí tirando un viaje en la calle”, ripostó. Bertulfo Javier Torres, de 56 años y toda una vida en el oficio, recalca que normalmente los que ensucian las calles lo hacen en la noche. También se declara discriminado.
De lo que él gana sostiene además a su exexposa, dos hijos y dos nietos menores de edad, y para completar, uno de sus hijos también se dedica a lo mismo, por tanto vive la misma crisis actual.
“Yo me mantenía en El Poblado y me llamaban mucho también de Buenos Aires y Envigado, pero ni estoy yendo porque no me dan viajes; me tocó bajarme para un depósito de La América donde me resulta uno que otro cliente”, dice.
El jueves que habló con este medio, el señor Torres había tomado un viaje de un vecino -solo por hacerle el favor- por $20.000 y otro a un particular por $40.000. Hechas las cuentas, de eso, se gastó 25.000 entre la gasolina y lo que pagó en el botadero autorizado, de manera que no le alcanzó ni para el corrientazo a la hora del almuerzo.
Todos ven la decisión de la Alcaldía como una competencia desleal y aducen que, de seguir así las cosas, los conduciría a la ruina.
Este diario buscó a Emvarias, el operador del programa Escombros Cero para conocer su versión, pero dijeron que esa es una iniciativa de la propia Alcaldía y la Secretaría de Medio Ambiente y por tanto serían los voceros autorizados.
Sin embargo, una fuente ligada con el tema explicó que el problema para incorporar a los motocargueros a Escombros Cero ha sido su excesiva informalidad, pues muchos trabajan sin pase, algunos sin Soat o sin requisitos para cualquiera que se movilice en un automotor, como la revisión técnico-mecánica.
Uno de los motocargueros con los que habló este medio aceptó que va las calles sin pase; no lo ha podido sacar porque debe varios comparendos (no dijo cuántos) fuera de tres que le caducaron recientemente y varias de las infracciones son justamente porque tampoco cuenta con el certificado de revisión tecnico-mecánica. “La verdad, uno es descuidado” sostiene.
EL COLOMBIANO también buscó la versión de la Secretaría de Medio Ambiente, pero al cierre de esta edición no se había logrado la comunicación con un vocero.
Las razones del programa
Al presentar el programa Escombros Cero, el alcalde Quintero mencionó el éxito que tuvo una prueba piloto de un mes, con más de 300 solicitudes recibidas y que esto repercutió en poder tener quebradas y espacios públicos más limpios. Con base en eso generalizó un programa que, dice, beneficiará a 940.000 usuarios de aseo que no pagan por botar un colchón, un mueble, enseres, un electrodoméstico viejo o hasta 15 bultos de escombros. El contacto con Emvarias para activar el beneficio se hace en el 304 4037188 a través de la App Emvarias o por la línea amiga de aseo 6044445636.