En vista del caos en el que la administración pasada dejó la educación pública para casi 300.000 niños, niñas y adolescentes, el alcalde Federico Gutiérrez declaró este martes 9 de enero la urgencia manifiesta para buscar soluciones que permitan garantizar el regreso a clases el próximo 22 de enero, como se tiene presupuestado según el cronograma.
Según explicó este miércoles el secretario de Educación, Luis Guillermo Patiño, la situación es lamentable y preocupante, al punto que pone en riesgo el derecho de los estudiantes a regresar a las aulas como corresponde.
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Como antecedente, el último secretario de esta dependencia, Alexánder Arias, se vio obligado por exigencias de la nueva administración a declarar el riesgo educativo para las 423 sedes públicas que tiene la ciudad, porque no dejaron contratados los servicios de aseo ni vigilancia, con lo cual no se puede volver a las aulas.
Así, en busca de opciones para contratar estos servicios, Gutiérrez tuvo que declarar la urgencia manifiesta, pues los procesos de licitación convencionales se demoran más tiempo y ello retrasaría el inicio del calendario escolar.
Pero la situación es más grave de lo que se piensa. La Alcaldía de Quintero tampoco pagó los servicios públicos de las sedes educativas oficiales en octubre, noviembre ni diciembre, con lo cual la deuda, ya con sanciones por mora, asciende a los $3.500 millones, según explicó el secretario Patiño, situación que pusieron en conocimiento de los órganos de control.
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A ello se suma que en diciembre se hizo un recorte de personal muy alto y se vio escasez de cargos como auxiliares administrativos, lo que retrasó los procesos de matrícula, también afectados porque por días se perdía la conectividad en las instituciones educativas y eso impedía hacer los trámites por medio de la plataforma virtual destinada para esto.
Así las cosas, a solo 12 días del inicio de clases, hay matriculados solamente 272.191 estudiantes, cuando a esta fecha ya deberían ir por lo menos unos 300.000.
Además, dijo Patiño, la ciudad llegó a la deserción más alta de los últimos 12 años. “Más de 12.000 niños, niñas y jóvenes desertaron en los dos últimos años y no se hizo nada”, sostuvo el funcionario, quien agregó que empezarán unas jornadas de búsqueda de estos estudiantes en los barrios para que vuelvan a los colegios. Todo esto, sin contar el mal estado en el que se encuentra la infraestructura de muchas instituciones educativas, una de las mayores quejas de estudiantes, profesores, rectores y padres de familia en el periodo pasado.
