¿En qué se fueron los 9.050 millones de pesos que la Alcaldía le pagó a la Universidad Nacional para que le montara una estrategia de comunicaciones? Las pruebas reveladas esta semana en redes sociales, y que miles vieron, revelarían que esa plata pública se fue en gran medida para montarles la campaña a los candidatos de Independientes, el movimiento político de Daniel Quintero, como Juan Carlos Upegui —que tiene la ciudad llena de vallas— Ana María Valle, Sergio López y otros.
Lo anterior es lo que aparece entre líneas gruesas: un convenio millonario con una universidad que no tiene facultad de comunicaciones y beneficia a los candidatos de Quintero. Pero los detalles revelan que se trató de una estrategia sofisticada que habla de las posibles intenciones de la Alcaldía.
EL COLOMBIANO contó esta semana que allí aparece como subcontratista Luciana Beccassino, estratega electoral hija de Ángel Beccassino, el mismo que lideró la estrategia de Rodolfo Hernández a la Presidencia de la República y que luego terminó asesorando en el piso 12 de La Alpujarra.
Fuentes aseguran que Luciana Beccassino estuvo trabajando en la campaña de Esteban Restrepo, quien aspira a la Gobernación por Independientes y quien es uno de los grandes amigos de Quintero, pero, además, ha estado muy pegada de desarrollar las narrativas que el alcalde mueve en redes sociales, todas asociadas con temas como Hidroituango, el Grupo Empresarial Antioqueño, la oposición, además de pensar en las maneras de cambiar los rumbos de las conversaciones en redes.
Todo parece indicar que no se trata de una estrategia aislada. En sus cuatro años de Gobierno, Quintero se ha encargado de casar peleas y de crearse enemigos, y todo responde a una estrategia de comunicaciones que replican candidatos de Independientes como Upegui y Restrepo. Basta darse una vuelta por sus redes sociales para encontrar que atacan al GEA, a Federico Gutiérrez, a los constructores de Hidroituango.
Todo está concatenado, y seguro esta será una de las líneas de investigación de la Procuraduría. Y es que entre los subcontratistas, además de Luciana Beccassino, aparece un viejo conocido de la casa Quintero: Juan Camilo Ortega Soto.
Hace varios meses fue un escándalo la publicidad que la administración Quintero firmaba con medios de comunicación digitales que no tenían experiencia, que ni siquiera estaban montados formalmente o que —según denuncias— eran creados para entregarles dinero que luego circulaban en campaña. Esto se hacía a través de Telemedellín y el ordenador del gasto era Juan José Aux, exsecretario de Comunicaciones, el mismo que firmó el contrato con la Universidad Nacional.
Juan Camilo Ortega Soto estuvo detrás de algunos de esos supuestos medios de comunicación que, justamente, hacían eco de las peleas del alcalde Quintero, las mismas que usan en sus campañas los candidatos de Independientes, y que al parecer se veían beneficiados por el megacontrato firmado con la Nacional.
Pero ahí no termina el enlace, además de fustigar a los críticos de Quintero por medio de esas páginas web y de sus redes sociales, Ortega Soto es el representante legal de la Fundación Medellín Imparable, una entidad sin ánimo de lucro denunciada por estar alineada con el alcalde y desde donde se habría participado en política en la pasada campaña presidencial.
Parece que esta historia de contratar para mover elecciones se repite ahora en la Alcaldía, con un agravante, las pruebas que tienen ahora las autoridades parecen demoledoras. Más allá de este episodio, lo que quedaría en evidencia es un modus operandi que lleva cuatro años moviéndose desde el piso 12 de La Alpujarra.
