La actitud de ocultar o falsear información sobre el fondo del cual se pagan los gastos de representación del alcalde Daniel Quintero le podría acarrear hasta consecuencias penales a varios funcionarios de la Alcaldía.
La veeduría Todos por Medellín anunció que este miércoles instaurará ante la Fiscalía una denuncia que menciona de manera particular a dos personas, pero que, dependiendo de cómo avance la indagación al respecto podría involucrar a más.
El nombre técnico del rubro cuyo uso está en el centro de la controversia es Fondo Fijo Reembolsable, su monto es de hasta $23 millones y se puede recargar cada que sea necesario. En teoría está hecho para resolver los gastos “imprevistos”, “urgentes” y “necesarios” de la alcaldía, pero en la práctica, según información que se filtró al público, se estaría utilizando para costear comidas en restaurantes caros de manera consuetudinaria y antojos varios que se compran en floristerías, panaderías, cigarrerías, supermercados y tiendas de productos “saludables”, entre otros.
En contexto: ¿La Alcaldía de Medellín paga mercado, flores y hasta buñuelos con la ‘caja menor’?
El total gastado por el Fondo Reembosable del alcalde Quintero, según una suma que realizó este diario supera los $185,5 millones, lo cual quiere decir que serían en promedio $26,5 millones mensuales.
A esto se suma que existe un contrato marco por $2.425 millones con la firma CI Warriors Company para proveer productos de cafetería y aseo. Ese tipo de contratos, justamente, es lo que, a juicio de expertos, debieron hacer con los gastos reiterativos.
Solo las cifras pagada a restaurantes por el despacho del alcalde son astronómicas y más considerando que a Quintero no se le conoce ninguna agenda pública nutrida que justifique invitaciones a almorzar a personajes o representantes de grupos de interés.
Aparte, según dijo en rueda de prensa el viernes pasado para justificar por qué están mercando, habilitaron la cocineta del piso 12 con el fin de disminuir los costos por servicios de catering, que según él estuvieron disparados en otras administraciones.
Después de la denuncia publicada en redes sociales y medios de comunicación, incluido EL COLOMBIANO, que produjo indignación en la ciudadanía, la Contraloría de Medellín anunció que le pondrá el ojo al tema para ver si no se han cometido irregularidades.
“Cuando la Contraloría solicite esa información, le será entregada. La información no es oculta, es visible porque es un gasto público”, aseguró Duque ante los medios de comunicación. No obstante, la veeduría Todos Por Medellín, que es una entidad que debería gozar de consideración especial por el papel social que representa, acaba de denunciar que de manera premeditada la alcaldía, y Duque de manera específica, le negó la información al respecto a mediados del año pasado.
Este diario les presenta a sus lectores un desglose con los “pecados” más protuberantes en el manejo del Fondo del piso 12, donde queda el despacho del alcalde, la oficina de la Primera Gestora y la Secretaría Privada.
Le escondieron información a la veeduría
La veeduría Todos por Medellín asegura tener evidencia para encausar penalmente al secretario Privado, Juan David Duque, y al subsecretario de Daño Antijurídico de la Alcaldía, Manuel Esteban Riaño. El asunto se remonta al derecho de petición que tramitó la veeduría en julio del año pasado para que les informaran si en el Distrito existía un fondo para gastos de representación y —si la respuesta era un sí— cómo se ha gastado ese dinero.
“Se informa que no existe o ha existido un fondo para gastos de representación en la Alcaldía de Medellín”, fue la respuesta tajante que recibieron el 29 de agosto. En renglones seguidos también contestan que el alcalde no cuenta tampoco con una tarjeta de crédito “a cargo del Distrito de Medellín o de cualquier otro mecanismo a través del cual reciba recursos por concepto de gastos de representación o cualquier otro título distinto a salario”.
Según Todos por Medellín, Duque y Riaño, quienes firmaron la respuesta, habrían incurrido en ocultamiento el delito tipificado como “ocultamiento, destrucción, o alteración deliberada, total o parcial de información pública” en la Ley 1712 de 2014, o Ley de transparencia y acceso a la información pública. En el código penal, esta infracción por parte de servidores públicos acarrea una pena de 48 a 180 meses de privación de la libertad, unido a la inhabilidad para ejercer cargos públicos por ese mismo lapso.
“En este caso nos ocultaron el Fondo Fijo Reembolsable, que no sabíamos cómo se llamaba pero por el que preguntamos de distintas maneras y nos dijo que no existía”, reiteró la directora de Todos por Medellín, Piedad Patricia Restrepo.
Curiosamente, el viernes pasado, Duque buscó desvirtuar las denuncias de presuntos malos manejos económicos del Fondo aduciendo que se trataba de un “ataque del uribismo” y finalizó una rueda de prensa diciendo: “Somos una administración abierta al público y siempre facilitamos la comunicación entre el ciudadano y la administración”, algo que a todas luces se desmiente con el acto antes mencionado, con el agravante de que ocurrió con una veeduría, un tipo de entidad que posee una función social reconocida.
Este medio publica cinco grandes perlas que posiblemente se conviertan en motivo de indagación por parte de las autoridades encargadas de vigilar el uso de los recursos públicos en este caso.
Promedio de gastos supera el salario del alcalde
La retórica de Duque, como vocero de la administración distrital en este escándalo, se ha centrado en manipular cifras para tratar de demostrar que ha habido alcaldías que han gastado más que esta en comida, y en el derecho de petición de Todo por Medellín aseguró que Quintero no recibe nada diferente de su salario. Aparte de que no es verdad, como queda demostrado ahora por la propia información oficial, que indica que su oficina se gasta en minucias más de 26,5 millones mensuales, el Secretario Privado omitió decir que el salario básico del alcalde está en $18’755.197 y podría quedar este año en más de $20 millones que son retroactivos a enero. Fuera de eso, viatica y cuenta las primas legales y primas extralegales. Prácticamente lo que gana por su trabajo le queda “pulpito” porque no paga transporte y casi que ni compra comida, como sí lo deben hacer la mayoría de los casi 18.000 funcionarios de la alcaldía.
Diana Osorio promociona restaurantes en su Instagram
La abogada Gloria Jaramillo, conocida en X (antes Twitter como Tyche) descubrió una constante: que los restaurantes que promueve en sus redes sociales Diana Osorio, la primera gestora y esposa del alcalde Quintero, son los mismos que figuran en la sucesión de establecimientos que le expiden facturan por millones de pesos a la alcaldía.
Es el caso del restaurante vegano Matchachá, que de marzo a finales de abril giró cuentas por más de $410.000. También, es la situación del Rincón del Sabor, que además no es de Medellín sino de Doradal, donde se gastaron más de $5’273.000 entre marzo y mayo. Y difícilmente se podría creer que se trató de un viaje del alcalde Quintero por tierra hasta Bogotá, para realizar alguna gestión que tiene que ver con sus funciones.
En Niku hay por lo menos 20 consumos por casi $7 millones, en el Alquimista de la transversal inferior de El Poblado fueron más de $1,6 millones; en El bosque Era Rosado la suma ascendió a $651.200; en Sabiduría Criolla, $563.574 y en Okus Fusion Gourmet fueron más de $740 mil. La pregunta es si acaso tanto el buen gusto gastronómico como el aumento de la popularidad de la pareja del alcalde Quintero en las redes sociales se estaría pagando con recursos del erario.
Compras en un montón de supermercados distintos
De $185,5 millones que gastó el fondo del alcalde Quintero hasta julio, $54,5 millones (29%) se fueron mercando en grandes cadenas como el Éxito, Cencosud, Carulla, D1, PriceSmart, Euro así como en negocios más pequeños.
Lo extraño, si de comprar algo urgente se tratara, como establece el reglamento de los Fondos Fijos, es que la mayoría son negocios distantes de La Alpujarra. Merkaorgánico, por ejemplo, donde el 27 de enero hicieron compras por $146.474 queda en El Poblado, igual que Carulla Pinar del Río al que le mercaron $693.737 el 15 de enero, y Fresh Market de Oviedo donde hicieron varias compras. Otras compras fueron en Carulla de El Tesoro y en una panadería denominada Distribuidora Doña Helena, también de El Poblado; compraron además en Antioqueña de Porcinos, de la calle 41 sur con la carrera 80.
Duque, aseguró que la cocineta del piso 12 está activa para ahorrar plata, pero ¿por qué entonces hay tantas facturas de restaurantes? o ¿por qué no hacer un contrato público verificando dónde cuesta menos?
Viáticos y peajes
Un detalle que se puede apreciar en las planillas que la Secretaría de Hacienda le entregó a la Contraloría de Medellín son los pagos frecuentes por peajes y comidas por fuera de Medellín, específicamente Bogotá.
Lo primero carecería de justificación teniendo en cuenta que la alcaldía cuenta con un contrato que les permite a los autos oficiales adscritos a sus dependencias portar un chip para pasar derechos por los puestos de pago de los peajes.
No obstante eso, abundan los días en que aparecen facturas a Flytech y la Concesión Túnel de Oriente. De enero de este año, por ejemplo, hay registrada tres días (el 16, 19 y 25) en que en total pagaron 1’200.000 por ese concepto a Flytech. Son seis facturas por $200.000 cada una y surge la pregunta no solo acerca de por qué una erogación adicional al contrato suscrito sino acerca de cuántos carros tienen que conformar la caravana oficial para un monto tan alto.
En total, el gasto por peajes, de acuerdo con un cálculo que hizo un medio de comunicación nacional, superó los $18 millones en los primeros siete meses del año.
El otro interrogante es si se estaría generando doble facturación por la alimentación en otras ciudades, pues esta normalmente sale por el rubro de viáticos que le cancelan a los funcionarios que viajan.
Según Duque, la alcaldía estaría ahorrando mediante viajes de un solo día.