A la vista de todos y en plena calle, a cielo abierto en centro de Medellín, reposa el mayor legado artístico que el maestro Fernando Botero les dejó a los colombianos, con las inigualables esculturas monumentales que le donó al Museo de Antioquia y que conforman la llamada Plaza Botero.
Ese conjunto cultural se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la capital antioqueña, a donde todos los días llegan extranjeros y turistas de otras ciudades para deleitarse con la belleza de piezas como “La Mujer”, “Mujer con fruta”, el “Gato”, “Adán”, “Eva”, “Caballo”, “Mujer con espejo”, “Mujer sentada”, el “Perro”, el “Hombre vestido” y la “Mujer vestida”.
También lucen en la Plaza Botero la “Maternidad”, “Esfinge”, “Rapto de Europa”, el “Hombre a caballo”, la “Mujer reclinada”, el “Hombre caminante”, e “Caballo con bridas”, el “Soldado romano2, la “Cabeza”, y la obra “Pensamiento”.
Fuera de eso, entre los 17 espacios internos del Museo de Antioquia abiertos al público y tal vez los más valiosos, son la sala Pedrito Botero, nombrada en honor al hijo menor del maestro que falleció en un accidente automovilístico en Madrid, y la sala Donación Botero 2000, donde hay pinturas y dibujos del principal baluarte del arte moderno en el país y otras obras de artistas famosos de carácter universal donadas por él.
Con esto, en total, el Museo de Antioquia contiene 189 obras de Botero, de las cuales 187 fueron donadas por él. Entre ellas hay unas de bodegones, otras que recrean escenas de la tauromaquia; algunas más, muy significativas que rememoran la violencia de Colombia y también existen las que muestran los sitios que habitó en su juventud.
La mayoría de las donaciones fueron realizadas al Museo y a la ciudad de Medellín entre los años 1974 y 2012. Sin embargo, cuenta la historia que la primera obra de Botero que ingresó al Museo en 1954, que entonces se llamaba Museo de Arte de Medellín Francisco Antonio Zea, fue la acuarela “El paisaje de Fiésole”, que fue adquirida por la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín.
Luego, en 1975, el maestro Botero entregó para este espacio su primera obra que le dio reconocimiento a su estilo volumétrico a nivel internacional, como fue el óleo “Exvoto”, con la que había participado en la Bienal de Arte de Coltejer.
Aún así, la más conocida de las obras de Botero que se volvió emblemática en Medellín fue la “Gorda” que se instaló en el costado del Parque Berrío donde queda el Banco de la República desde 1987 y desde entonces se convirtió en un sitio de encuentro.
Igualmente, en el Parque San Antonio están las obras “El pájaro” y “El pájaro herido”. Esta última había sido la escultura originalmente hecha por Botero, pero resultó semidestruída en un atentado con carro bomba que el 10 de junio de 1995 dejó 23 personas muertas. Entonces, el maestro decidió hacer otra escultura con la misma figura pero dejar la otra también como testimonio de lo que no se debe repetir.
