En el inquilinato —uno de dos pisos, paredes amarillas y vinotintos— las niñas juegan con las promotoras de la Corporación Educativa Combos en el patio, a pocos metros de los consumidores de drogas de ese sector del centro de Medellín que ha recibido el nombre de Bronx. El juego consiste en memorizar características de unas cartas en las que hay hadas con nombres pintorescos, que tienen además valores escritos al lado de los dibujos. Ellas sonríen, a pesar del sol y de la asfixia de la atmósfera. Esta es la última visita de las promotoras a este inquilinato, luego de que la Corporación decidiera suspender, al menos por un tiempo, el proyecto Casa Abierta, que durante cinco años realizó intervenciones sociales y educativas en los inquilinatos del Centro. Hablo con Sandra Milena Tobón, coordinadora del proyecto, de las lecciones y los diagnósticos todo este trabajo.
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Hablemos del origen y de la filosofía del proyecto...
“Para nosotras el arte es una posibilidad, es una opción de vida. En esa vía, estar en los inquilinatos, donde llevamos más de cinco años realizando acciones todos los días, es fundamental. Para nosotras el arte es una opción de vida tanto en el hacer pedagógico como para los niños, niñas y jóvenes con quienes trabajamos”.
¿Cómo llegó el nombre de Casa Abierta?
“La música también nos acompañó en este nombre inspirador. Hay una canción del grupo Guardabarranco que se llama precisamente así, Casa Abierta, y esta bella canción menciona todo lo que hacemos en el proyecto, por ejemplo “libro abierto, tu vida”, y esa frase nos inspiró a hacer un ejercicio de escritura con las niñas. Publicamos un libro titulado Voces y Silencios en 2023 y 2024, donde las niñas y jóvenes cuentan cómo es vivir en un inquilinato. Además, en la canción se habla de escuchar, algo que también aplicamos en nuestro acompañamiento psicosocial, y así, sucesivamente esta canción nos iluminó para toda la labor pedagógica y socioeducativa”.
¿Cuál es la relación de la canción con las actividades que realizan?
“En la canción hay un mensaje sobre el contacto con la tierra, y nosotras tenemos la hipótesis de que trabajar con los hombres a través de la siembra les ayuda a comprender la necesidad de cuidar la vida. Hemos observado que cuando los hombres participan en la siembra, hay un avance en reducir las violencias hacia las mujeres. Creemos firmemente que los cuidados no son una tarea exclusiva de las mujeres y a partir de la siembra trabajamos con los hombres los cuidados de la vida.
Esta canción también habla del amor más allá de una frontera, más allá de un color de pies, esta canción invita a la compasión y solidaridad, y pues además que esta canción nos inspiró, también nos acompañó en muchos encuentros en los corredores, cocinas y escaleras en los inquilinatos. Sé que las familias que estuvieron en nuestro proyecto, recuerdan esta canción y por supuesto nuestro proyecto también”.
¿Qué tipo de acompañamiento psicosocial se realiza en Casa Abierta?
“En Casa Abierta hacemos acompañamiento psicosocial a los niños, niñas y familias de los inquilinatos. Las profesionales llevan a cabo este ejercicio, orientando y acompañando a que las familias migrantes, la mayoría provenientes de Venezuela, puedan acceder a sus derechos en Colombia. Facilitamos que los niños y niñas vayan al colegio obtengan su PPT (Permiso por Protección Temporal) y reciban atención en salud, incluso salud oral, que en este país es un servicio costoso y parece ser exclusivo de quienes tienen para pagar. El acompañamiento psicosocial en los inquilinatos es la escucha y la palabra, está permanente para disminuir la angustia y dolor por el desarraigo, las familias migrantes viven mucho estrés por las dinámicas de subsistencia en este país”.
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Según datos de Isvimed, la entidad de la Alcaldía de Medellín encargada de supervisar los inquilinatos, en 2023 había 810 en la ciudad, de los cuales 528 estaban en la comuna 10, Candelaria. También se informó que 2.791 personas vivían en las fechas del censo en esos sitios. Para algunos líderes comunitarios la cifra de personas que pagan a diario habitaciones para pasar la noche es muy superior, así como también lo es la cantidad de sitios que ofrecen esta modalidad de vivienda. En algo sí coinciden los datos de Isvimed con las experiencias de campo de las organizaciones sociales: la mayoría de esta población está compuesta por migrantes venezolanos. Para algunos expertos, esta tendencia se profundizará de mantenerse en el tiempo la crisis política en Venezuela.
¿Cuál es la situación de los niños y las niñas migrantes en los inquilinatos?
“La mayoría de los niños y niñas que acompañamos en los inquilinatos son migrantes venezolanos, entre los 6 y 17 años. Otro porcentaje, aunque menor, es población colombiana desplazada por la violencia armada en regiones como Chocó y Apartadó. Estos niños y niñas sobreviven a la hostilidad del inquilinato: desarraigo, migración, vivir en espacios compartidos con desconocidos, sin un lugar propio ni siquiera para usar el baño, lo que dificulta que puedan ser niñas niños, la palabra juego en los inquilinatos es la más prohibida”.
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¿Qué observan en las condiciones de vida en los inquilinatos?
“En los inquilinatos, los niños y niñas viven en condiciones precarias. Por ejemplo, muchos inquilinatos cobran extra por el uso de la cocina, lo que obliga a las familias a comprar comida preparada. Nos encontramos con letreros que prohiben a los niños correr en los corredores, limitando su derecho a jugar y a ser niños. Vivir en un espacio tan reducido y compartido es un riesgo para su seguridad, especialmente en términos de violencia y abuso sexual”.
¿Qué barreras enfrentan los niños migrantes para acceder al PPT?
“El acceso al PPT para niños migrantes es complicado. Solo pueden obtenerlo si están escolarizados, bajo protección del ICBF, o si tienen un diagnóstico de discapacidad, lo cual es una barrera enorme. La mayoría de los niños en los inquilinatos están desescolarizados y sin acceso a la atención en salud, y para quienes requieren un diagnóstico de discapacidad no lo tienen. Además, las familias tienen dificultades para realizar los trámites, ya que apenas logran subsistir, consiguiendo para pagar la pieza y para los alimentos, y estos no en condiciones dietarias balanceadas y nutritivas”.
La presencia de la alcaldía de Medellín en los inquilinatos
“La presencia de la Alcaldía en los inquilinatos es escasa, no es suficiente para las realidades de vulneración de derechos que hay. En estos cinco años, hemos visto una oferta esporádica, la cual reitero no corresponde con las necesidades de las familias, niñas y niños allí. Hace unos años hubo un proyecto de auxilios habitacionales, pero actualmente no está en funcionamiento, y nos gustaría saber qué plan tiene la Alcandía de Medellín para continuar con este tipo de apoyo, o con proyectos al interior de los inquilinatos de manera permanente. Nos preocupa qué pasará cuando el proyecto Casa Abierta termine, ya que, sin la presencia de la Corporación Educativa Combos, los niños y niñas quedan desprotegidos en un entorno tan hostil. Invitamos a la administración actual para que asuma la responsabilidad de garantizar la seguridad y los derechos de niños, niñas y sus familias de manera permanente en los inquilinatos. El acceso a los derechos no puede depender solo de un proyecto como el nuestro”, dice Sandra Milena Tobón.