Hace poco una de esas cuentas de X que le hacen control político a quienes se pavonean con su poder mencionó un tema que pasó de soslayo en la agenda pública: “’La Piscina’ era un apartamento que queda por el mall Del Este, arrendado por supuesto con nuestros impuestos, en el que Daniel Quintero, Esteban Restrepo y Juan Pablo Ramírez y demás depravados de Independientes consumían licor, drogas y contrataban mujeres para tener sexo con ellas”.
Suena a locura de redes. Sin embargo, siempre ha sido una denuncia recurrente que, desde el año de la pandemia, el exalcalde Quintero habría empezado a alquilar apartamentos para hacer fiestas con sus amigos más cercanos; incluso se conocen un par de fotos de una reunión en la que se le ve bailando con una mujer rubia, quien al parecer hacía parte del equipo de comunicaciones de la Alcaldía.
Le puede interesar: “Uno cae muy fácil”: adolescentes víctimas y en riesgo de explotación sexual en Medellín
EL COLOMBIANO tiene tres testimonios, dos de exfuncionarios muy cercanos a Quintero y uno de un “empresario de modelos” —ese eufemismo con el que se ejerce el proxenetismo en Medellín— que aseguran que el exalcalde sí alquiló el apartamento conocido como “La Piscina” y que está ubicado cerca al mall Del Este. Ahora bien, la pregunta del caso es si las bacanales de Quintero fueron pagadas con presupuesto público o él sacó la plata de su propio pecunio.
No podemos olvidar que la administración pasada está investigada por manejar su caja menor como si fuera plata de bolsillo: hacían mercados, pagaban cenas suntuosas y hasta gastaban en licor con recursos oficiales, es decir, con el dinero de los contribuyentes.
Pero volvamos a “La Piscina”. Un profesional que trabajó al lado de Quintero durante un par de años dijo: “Ellos sí hacían fiestas en apartamentos, incluso Esteban Restrepo con un empresario de transporte que contrató mucho ahí, pero no sé bien si en ‘La Piscina’”. Mientras tanto, otra exfuncionaria que estuvo en algunas fiestas dijo: “Sí, allí estuvieron”.
“Las fiestas de ellos eran muy custodiadas y secretas. Recuerdo que en 2021 separaron una discoteca en Provenza. Allá fuimos varias personas y en un momento Esteban Restrepo dijo por un micrófono que estaba prohibido sacar el celular y que quien quisiera hablar tenía que salirse. Esa noche ellos llevaron a unas mujeres que eran evidentemente ‘prepagos’”.
Lea también: Procuraduría fijó fecha para nueva diligencia en caso de Daniel Quintero por participación en política
Pero más allá de las fiestas, el apartamento ubicado por el mall Del Este tiene más historias que contar. Un “empresario” de la industria webcam dijo: “Esa casa en Medellín es famosa, nosotros incluso hicimos sesiones de fotos allá. Muchos políticos han pasado por ahí”. En AirBnb aparece como “El penthouse estilo Bellagio de 6 dormitorios, Poblado”. Llama la atención el nombre, como si señalara una leyenda que corre entre las recomendaciones de visitantes secretos.
Esta es la descripción que se hace en la plataforma de arrendamientos ocasionales, cita texto con mayúsculas y errores: “El ático de 8 dormitorios estilo Bellagio es considerado por muchos de los áticos más lujosos de Medellín. El ático es de unos 12000 pies cuadrados. El ático cuenta con 8 dormitorios para un total de 11 camas, 6 dormitorios tienen su propio baño completo privado con acabados de mármol. El ático cuenta con una gran piscina, gran jacuzzi para 10 personas, DISCOTHEQUE privado. El ático también cuenta con cocina completa, SAUNA, sala de VAPOR Y SALA de juegos, mesa de billar y mesa de futbolín. Acceso de los huéspedes: los huéspedes tienen acceso a todo el ático 24/7, todas las áreas comunes en el ático, área de piscina, área de jacuzzi, sauna y sala de vapor y sala de juegos también”.
Cada noche en esta lujosa mansión cuesta $4.652.158, sin contar la tarifa de limpieza ni la tarifa que cobra directamente la plataforma. “La Piscina” es tan famosa que logró convertirse en meme, la fórmula de humor predilecta de estos tiempos; hay una fotografía de su enorme piscina en la que reza la leyenda: “Que tenga fotos en este apartamento: red flag (bandera roja)”. Es un chiste cruel, en el que se señala que la persona que aparezca allí o es una mujer explotada sexualmente, una “prepago,” o es un proxeneta o un “putero”.
Una historia de explotación sexual y pornografía infantil
“La Piscina” empezó a labrar su fama hace más de 12 años, cuando Medellín se convirtió en el veraneadero de los reguetoneros puertorriqueños. Entonces apareció un supuesto empresario de eventos que se llama Víctor Galarza, quien está desaparecido de la ciudad desde 2015. Galarza se hizo famoso entre estudiantes de bachillerato y universitarias por supuestamente ofrecerles celulares y dinero para acostarse con reguetoneros de alto calibre. Todas las fiestas que organizaba eran en ese lujoso penthouse.
Siga leyendo: Capturado por explotación sexual llevó a las dos menores al motel La Suite tras recogerlas en sector San Diego de Medellín
Galarza fue capturado en Nueva York en octubre de 2019 en un enorme operativo transnacional en el que cayeron otras seis personas señaladas de pertenecer a un gigante entramado de pornografía y delitos sexuales que involucraba a la plataforma Pornhub, que desde entonces enfrenta en un tribunal de California un proceso por beneficiarse económicamente de la comercialización de videos que contienen agresiones y explotación sexual, una demanda que cuenta con el soporte de los testimonios de más de 100 mujeres en diferentes países víctimas de estos delitos, un caso que explotó en 2020 por una investigación del New York Times.
Muchos de esos delitos que cometió Galarza en Medellín tuvieron lugar en “La Piscina”, el apartamento que por lo menos (y según testimonios conocidos por este periódico) alquilaron funcionarios de la administración local pasada para montar sus fiestas.
Ahora bien, el caso Galarza no se quedó ahí. En junio de 2023, la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, en Estados Unidos, condenó a Herbert Fletcher, ciudadano estadounidense de 42 años, casado, con hijos y que trabajaba en la empresa de su familia en Filadelfia, pero quien tenía una doble vida cuando viajaba a Medellín por largos periodos y se convertía en un depredador y explotador sexual.
En aquel entonces, así lo registró EL COLOMBIANO: “Fletcher posó durante varios años con impunidad como un exitoso empresario con su oficina en El Poblado y con supuestos intereses en el sector de la construcción. Fue así hasta junio de 2019 cuando las autoridades empezaron a investigar a Víctor Galarza, un hombre cuya fama en Medellín ya era notoria, como un excéntrico adinerado con negocios oscuros. El negocio de Galarza era la explotación sexual de menores de edad en la capital antioqueña a quienes grababa sin consentimiento y luego vendía el material a plataformas de pornografía como Pornhub, Xvideos, Spankmonkey y Manyvids”.
EL COLOMBIANO conoció varios testimonios de personas que han estado en este apartamento, algunos de ellos invitados en su momento por Víctor Galarza. Aseguraron que se trataba de turismo sexual en el que las mujeres ofrecían sus cuerpos y muchas veces eran grabadas, sin mediar explicación; algunas de estas personas aseguraron que el penthouse se usa aún para los mismos fines y que en el “gremio” se cuenta que el exalcalde Quintero sí estuvo allí un par de veces en la época de pandemia.
Quizá Galarza y Fletcher (condenados a 17 y 7 años de cárcel respectivamente) son algunos de los proxenetas que empezaron con el negocio moderno de la explotación sexual en la capital antioqueña, a los dos se les acusa de haber tenido catálogos de niñas y adolescentes para ofrecerles a los cantantes que venían y a ciudadanos extranjeros, tal cual sucede hoy con las redes y este notorio incremento de la explotación sexual que sacude la vida cotidiana de Medellín y que a Daniel Quintero le pasó por la nariz, quizá porque estaba en alguna de estas fiestas en lugares que se usaron y se usan para bacanales donde el que más gana es el proxeneta y el cliente.