La mitad de los habitantes de calle que deambulan por Medellín han llegado de otras ciudades o regiones del país. Este dato fue entregado por el alcalde Federico Gutiérrez, en medio de un balance que hizo sobre los retos que hay para atender y vigilar esta población.
Las declaraciones del alcalde se produjeron a raíz de la incertidumbre que suscitó un nuevo ataque con piedra en la Avenida Regional el pasado fin de semana, del que fue víctima el exalcalde de Envigado, Braulio Espinosa Márquez.
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“Hoy quiero mostrar algo que me sucedió siendo más o menos las 2:00 de la tarde en la Avenida Regional, sentido norte - sur, entre el Tránsito de Medellín y el puente de la Universidad de Antioquia. En esa zona me lanzaron una piedra. Afortunadamente no le dieron a unos motociclistas que iban al lado del vehículo. La piedra rebotó en el capó y luego en el parabrisas”, narró el exalcalde envigadeño en un video, en el que hizo un llamado a las autoridades a vigilar la zona y dar con los responsables que nuevamente están poniendo en riesgo la integridad de los transeúntes.
Precisamente al ser consultado por el tema, el alcalde FedericoGutiérrez señaló que en días recientes se comunicó con el exalcalde de Envigado para expresarle su solidaridad por lo ocurrido y anticipó que la Alcaldía reforzará los controles y vigilancia que se hacen en la zona, para capturar a quienes están atentando contra los conductores.
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No obstante, el mandatario distrital señaló que la atención a esta población sigue siendo un reto de un alto nivel de complejidad, primero por el crecimiento que hubo en el número de habitantes de calle en los últimos cuatro años, que hoy se estima rodea los 8.000, y también por las barreras que hay para controlar sus conductas peligrosas.
“Desafortunadamente yo como alcalde no puedo levantar a una persona que está en situación de calle y llevármela para otro lado. La ley protege más a una persona que está en situación de calle que al resto de ciudadanos. Eso no puede seguir pasando. Tiene que haber más controles, no hay excusas. Tenemos que dar resultados, pero sí es una situación muy compleja”, dijo.
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Además de esos obstáculos, Gutiérrez señaló que el Distrito no puede destinar todos sus recursos ha atender a los habitantes de calle, ya que su cuidado es de alto costo, incluso si se compara con un niño que esté matriculado en el programa de atención como Buen Comienzo.
“Un habitante de calle le cuesta a la ciudad cada mes, en su intervención, más que un niño de Buen Comienzo. Un habitante de calle, en su condición de problemas de salud mental y de adicciones, le cuesta mensualmente a la ciudad y a la gente $2.700.000, mientras que un niño en los jardines Buen Comienzo no supera los $870.000 al mes o $1 millón”, precisó el alcalde, quien también pidió a la Procuraduría, la Personería y los entes de control sumarse al acompañamiento de esta población.