Actualización (7 de diciembre de 2024):
El pasado 28 de agosto de 2024, Orion Michael Depp compareció ante el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Bello en un juicio oral para responder a una denuncia por el delito de explotación sexual de persona menor de 18 años de edad. En dicha diligencia, en la que se analizó el caso de dos presuntas víctimas, un juez emitió el sentido de un fallo absolutorio y ordenó su libertad.
Poco a poco se empiezan a conocer los escabrosos detalles de la forma en la que habría actuado con impunidad durante meses el estadounidense Krishan Agarwal, conocido en redes sociales como Orion Depp, a quien las autoridades colombianas capturaron el pasado 18 de agosto cuando pretendía huir del país desde el aeropuerto El Dorado.
Tras la decisión del juzgado 22 penal municipal de Medellín de enviar a Agarwal a la cárcel Bellavista mientras avanza el proceso en su contra, se conocieron varios testimonios claves que dejan al descubierto los patrones de un depredador sexual que habría abusado de decenas de menores de edad en Medellín y Bello.
Una mujer que fue contratada por Argarwal bajo engaños le relató a El Espectador cómo descubrió la verdadera identidad del influencer, supuestamente, para apoyarlo en sus labores como próspero empresario.
La mujer relató que el sujeto la contrató para trabajar en su apartamento durante ocho horas a cambio de $20.000 diarios. Sus tareas inicialmente consistían en cosas rutinarias: hacer compras y ayudarlo con papeleos y trámites de su supuesto negocio de criptomonedas que promocionaba en redes sociales. También hubo una primera señal de alarma: le pidió que le ayudara a socializar con jovencitas pues, según él, tenía problemas para socializar y era introvertido.
Con el paso de los días, la testigo empezó a percatarse de la obsesión por la apariencia física de Deep, quien se sometió a varias cirugías para ocultar sus rasgos indios y también su adicción a las drogas. El sujeto pagaba altas sumas por conseguir en Medellín Fentanilo, Clonazepam y tusi que incluso pedía a los jíbaros que se la enviaran por correo certificado.
También destapó su verdadero rostro como depredador sexual y comenzó a pagarle a menores de edad hasta $250.000 a cambio de sexo y se obsesionó con la idea de montar una empresa modelaje webcam. Depp le ordenó a la joven, quien empezó a trabajar con él siendo menor de edad, una nueva “función” entre sus responsabilidades. “Me mostró el anuncio de la empresa de modelaje webcam y me dijo que por favor los imprimiera y los pegara y repartiera en las comunas. También me indicó que el primer pago que les daría por el video porno sería de $250.000 pesos y que iría aumentando el valor si volvían al estudio a grabar. Yo era un puente para que él pudiera acceder sexualmente a niñas pobres y vulnerables de las comunas”, señaló la testigo.
Mientras tanto, él montó por su cuenta otra estrategia. Se subía cada semana en la estación Envigado del metro y recorría todo el sistema masivo de transporte hasta Bello en busca de menores de edad a quienes abordaba y deslumbraba con dinero y enseñándole sus cuentas en redes sociales en las que tiene más de 3 millones de seguidores. “Decía que esa era la forma más fácil de conseguir novia o chicas”, señaló la exempleada.
Varios testimonios que sirvieron para formalizar la denuncia indicaron a las autoridades que Depp logró vender material pornográfico que grabó de manera oculta mientras abusaba de menores de edad, varias de ellas quienes fueron además drogadas de manera forzosa.
“Una vez estaba abriendo los cajones de la mesa del televisor y encontré una bolsa tejida llena de ropa interior, lencería sensual y extrovertida de tallas muy pequeñas, y cuando las saqué encontré un gancho que realmente tenía una cámara escondida. Yo vi el lente y el botón para encender y apagar. En ese instante pensé, Dios mío, ya me debió haber grabado a mí también y así debió grabar a muchas otras sin su consentimiento”, señala uno de los relatos que está en manos de la Fiscalía.
Depp está desde la semana pasada en una celda de la cárcel Bellavista a donde fue enviado por un juez de control de garantías y donde deberá permanecer mientras se adelanta el proceso en su contra por los delitos de explotación sexual de menores; producción y distribución de material audiovisual con fines pornográficos y tráfico y porte de estupefacientes.
Medellín se convirtió en paraíso de pedófilos y depredadores sexuales
Esta es la quinta captura de un ciudadano extranjero este año señalado de cometer delitos sexuales contra menores de edad en Medellín. Además se han conocido dos condenas, en territorio estadounidense, de ciudadanos de dicho país al demostrarse la existencia de redes de trata de personas y delitos sexuales contra menores de 18 años en la capital antioqueña.
Uno de esos casos fue el de Herbert Fletcher, un ciudadano estadounidense de 42 años, casado, con hijos y que trabajaba en la empresa de su familia en Filadelfia, pero quien tenía una doble vida cuando viajaba a Medellín por largos periodos y se convertía en un depredador y explotador sexual.
Fletcher, condenado en junio pasado, posó durante varios años con impunidad como un exitoso empresario con su oficina en El Poblado y con supuestos intereses en el sector de la construcción. Fue así hasta junio de 2019 cuando las autoridades empezaron a investigar a Víctor Galarza, un hombre cuya fama en Medellín ya era notoria, como un excéntrico adinerado con negocios oscuros. El negocio de Galarza era la explotación sexual de menores de edad en la capital antioqueña a quienes grababa sin consentimiento y luego vendía el material a plataformas de pornografía como Pornhub, Xvideos, Spankmonkey y Manyvids.
Galarza fue capturado en Nueva York en octubre de 2019. Como parte de un enorme operativo trasnacional, otras seis personas, incluyendo Fletcher, fueron capturadas en Medellín, señaladas de pertenecer a un gigante entramado de pornografía y delitos sexuales que involucran a la plataforma Pornhub, que enfrenta en un tribunal de California un proceso por beneficiarse económicamente de la comercialización de videos que contienen agresiones y explotación sexual, una demanda que cuenta con el soporte de los testimonios de más de 100 mujeres en diferentes países víctimas de estos delitos, un caso que explotó en 2020 por una investigación del New York Times.
En mayo había sido capturado Michael Wayne Roberts, de 41 años, un profesor acusado de conductas sexuales ilícitas en lugares extranjeros, y sentenciado por el juez del distrito Oeste de Texas a siete años de prisión y otros diez años de libertad condicional.
Estas capturas y condenas han ocurrido mientras la Alcaldía de Medellín recibe fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, el Concejo de Medellín y otras instancias por su falta de una política clara contra la explotación sexual de mujeres, niñas y adolescentes en medio de la creciente ola turística que atraviesa Medellín.