Tras llegar a un acuerdo con la administración distrital, los 120 indígenas que estaban asentados este martes 23 de enero en el cerro Pan de Azúcar, al oriente de Medellín, fueron trasladados a un albergue temporal para encontrar soluciones a sus reclamos y peticiones.
Aunque los mismos líderes indígenas, de una comunidad embera proveniente del Chocó, habían dicho que se esperaba la llegada de más familias a ese sitio, las autoridades los convencieron de salir de este lugar, donde además se atendió un incendio forestal este martes.
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Julián Marín Toro, personero delegado de la Unidad para la Protección del Interés Público de la Personería de Medellín, explicó que los indígenas permanecerán en el albergue dispuesto por la Secretaría de Inclusión Social durante siete días, mientras se adelanta una mesa de diálogo.
En este lugar, reciben la atención para cubrir sus necesidades básicas. El personero William Yeffer Vivas había reportado que en el Pan de Azúcar estaban este martes 90 adultos, 30 niños, niñas y adolescentes y 3 adultos mayores. El representante del Ministerio Público dijo que estos llegaron a la ciudad porque, según afirmaron, fueron víctimas de desplazamiento por causa de la violencia en su territorio de origen y por eso salieron de él.
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Ahora, las negociaciones que se van a surtir en la mesa de diálogo estarán encabezadas por la Gerencia Étnica de la Alcaldía de Medellín, pero contarán con acompañamiento del Grupo de Asuntos Étnicos, Migrantes y Refugiados de la Personería para velar por el respeto a los derechos de esta población.
Se espera que entre los temas que van a tratar haya medidas sobre oportunidades de empleo para los adultos y acceso a la educación de los menores de edad, pues uno de los problemas constantes cuando llegan las comunidades desplazadas es la exposición de niños y niñas a los riesgos de la calle y a que no son incluidos en el sistema educativo.
Según indicó la Personería, esta comunidad que se tomó el cerro Pan de Azúcar es diferente a la que estaba instalada en Niquitao y que el año pasado retornó al Chocó. De hecho, llevarían varios años en la ciudad. “Ellos deciden integrarse como una comunidad nueva y diferente a los otros cabildos”, explicó Sonia Peña, líder del Grupo de Asunto Étnicos, Migrantes y Refugiados de la Personería Distrital de Medellín.
A largo plazo con estas comunidades se buscan estrategias para que puedan retornar a sus territorios, en los que se deben garantizar las condiciones de seguridad.