En la llamada “mutación paisa” del alzhéimer, cuyo descubrimiento fue el gran logro del doctor Francisco Lopera y la cual se dedicó a estudiar durante toda su vida profesional, podría ser la clave para hallar una “contra” o una cura contra las enfermedades neurodegenerativas.
El acucioso científico necesitó más de cuatro décadas, junto con su equipo del Grupo de Neurociencias de Antioquia, para llegar hasta el punto actual en el que se considera que estaríamos a portas de hallar un medicamento eficaz que controle o retraiga los efectos de este tipo de padecimientos.
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Lopera tuvo por primera vez contacto con la variante de la enfermedad del olvido endémica del norte del departamento de Antioquia en la década de 1980, cuando todavía era un residente de neurología y le llegó un paciente de 47 años que había perdido la memoria. Lo curioso era que al papá de este paciente también le había llegado la misma enfermedad de manera prematura y eso hizo pensar al joven médico que podría haber un hilo hereditario entre ambos casos.
A mediados de la década siguiente y tras muchos esfuerzos investigativos, Lopera pudo llegar más allá e identificó que se trataba de una mutación en el cromosoma 14. Posteriormente, apareció otra familia en Yarumal con un historial parecido y fueron surgiendo otras en el vecino Angostura hasta completar más de 25 grupos familiares en todo el norte antioqueño.