El rubro de los medicamentos les está, literalmente, pasando cuenta de cobro a muchos hogares de Medellín por cuenta de una escasez que está ocurriendo en las presentaciones genéricas de varios de estos productos que se han vuelto esenciales para la recuperación de la salud.
Esa insuficiencia se comenzó a notar primero en el canal institucional, que comprende los dispensarios de las EPS y los hospitales, pero con el tiempo se ha ido agudizando hasta volverse presente también en el canal comercial, constituido por las farmacias y droguerías, como lo constata Jhon Fernando Escobar, coordinador del capítulo Antioquia de la Asociación Colombiana de Droguistas y Detallistas (Asocoldro).
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De acuerdo con el directivo, la estrechez de existencias afecta por lo menos diez referencias de medicinas que son usadas para tratar enfermedades como la diabetes, epilepsia y patologías psiquiátricas y neurológicas, entre otras.
Entre esos medicamentos que resultan problemáticos actualmente por el costo están la Fenitoina, que si bien está presente en las vitrinas en la versión producida por laboratorios Pfizer, esta cuesta alrededor de 60.000 pesos, mientras que la presentación barata, que no está disponible en casi ninguna parte, es de 20.000 pesos. Está indicada, por ejemplo, para pacientes que sufren convulsiones epilépticas. Para ese mismo tipo de patologías, está igualmente escaso el Clobazam.
Otra es la Lamotrigina, que los médicos suelen formular para trastornos del sistema nervioso central; el haloperidol que es un antipsicótico, e igualmente, según Escobar, algunos tipos de insulina.
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El desabastecimiento está recayendo igualmente sobre TDAH que se usa para trastornos de déficit de atención e hiperactividad en niños. “Hace ya tiempo que no lo hay en el canal comercial y en el institucional hasta hace días no lo había por lo que los usuarios iban a comprárnoslo a nosotros”, afirma el vocero de los droguistas.
Igualmente, se nota la ausencia la Levodopa y la carbidopa, que sirven para atenuar los efectos del Párkinson así como algunos antidepresivos del tipo de la Imipramina y el Salbutamol que algunos pacientes con EPOC y asma consideran indispensable con el fin de hacerse nebulizaciones.
Las farmacias y droguerías acusan igualmente la intermitencia en el suministro de algunas presentaciones genéricas de Metformina, utilizada para diabetes tipo 2 y en los últimos días ha empezado a escasear así mismo tanto en las EPS como farmacias el antihipertensivo Enalapril.
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Al explicar las razones de esa carencia, Escobar menciona que no hay un factor único, pero podría tener que ver con la baja en el suministro de materias primas, ya que muchas de ellas no se producen en el país por lo que tienen que importarse sobre todo desde plantas ubicadas en Europa, Asia -especialmente en India-, México o Brasil.
“Otro factor es que muchas multinacionales farmacéuticas y laboratorios tenían plantas en Colombia, pero a raíz de las regulaciones que hizo el Invima, exigiendo que actualizaran su tecnología, prefirieron irse del país; eso además de que la industria nacional de medicamentos no es muy amplia tampoco; hay apenas unos 15 a 20 laboratorios”, explicó Escobar.
En ello, de acuerdo con el directivo de Asocoldro, habría jugado además la restricción de precios que se ha ido consolidando en varios gobiernos y por la cual por ejemplo medicamentos que valían 50.000 pesos terminando costando apenas entre 10.000 y 12.000 pesos por lo cual a la hora de disminuir la oferta, los productores prefieren llevarse el producto para naciones que les ofrezcan una mayor rentabilidad.
La problemática se hace más sensible en Antioquia por el amplio consumo de productos farmacéuticos en virtud de la cantidad de habitantes y el acceso que ellos tienen al aseguramiento en salud. Pero también podrían incidir en alguna medida los migrantes que han arribado a la región y que alteran el equilibrio entre oferta y demanda.
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“En el transcurso de meses anteriores también ha habido periodos como el actual, pero se empezó a ver más después de la pandemia, posiblemente por el aumento de enfermedades y por la crisis mundial que hubo en el transporte”, apuntó Escobar.
Recientemente, al referirse a este fenómeno de escasez en medicamentos tan esenciales como el acetaminofén, explicándolo como un fenómeno nacional, el superintendente de Salud, Luis Carlos Leal, mencionó que este tendría su origen en tres factores: que los gestores farmacéuticos no les están pagando a los laboratorios, ni las EPS les pagan a los gestores; “conductas irregulares entre EPS y gestores, y, finalmente, que “las EPS no les entregan a los gestores farmacéuticos una completa caracterización de la población a atender”.
Otros señalan como origen la incertidumbre del mercado frente a la reforma a la salud que el Gobierno se ha empeñado en sacar a como dé lugar en el Congreso.
Al preguntar por las soluciones al impasse presente, Escobar fue menos contundente, al concluir que no ve ninguna en el panorama.
