El precandidato a la Alcaldía de Medellín Santiago Jaramillo se expresa con el desparpajo de quien es conocido como el “Loco Jaramillo” y hoy se ríe de las polémicas que causó durante su rol como concejal en el periodo pasado, que le valieron una suspensión temporal de la Procuraduría y la expulsión de su partido, el Centro Democrático. Se ha dado a conocer en calles y semáforos, megáfono en mano, a veces vestido de vendedor ambulante. Habló de sus posibilidades para aparecer en el tarjetón el próximo 29 de octubre, deseo que tuvo que aplazar hace cuatro años.
¿Cree que esta vez llegará a candidato o pasará lo de 2019?
“Sigo vigente con mis activaciones porque soy un político sui géneris. Mi teatro son las calles y los barrios. Llevo cerca de cinco años como precandidato a la Alcaldía porque en 2019 no logré inscribirme como candidato oficial y sé que tengo amplia masa electoral que me respalda, así lo siento en el día a día. Por eso, no desisto de mi propósito”.
¿Cuántas firmas lleva ya con el movimiento Consenso?
“Iniciamos recolección de firmas, nos constituimos como grupo significativo de ciudadanos, Consenso con Sentido Social. Llegamos a 20.000 firmas, pero fuimos notificados de la póliza de cumplimiento de seriedad que debe tener el grupo significativo. Ahí desistí de las firmas, creo que la misma situación la estarán pasando otros candidatos, no van a poder financiar”.
¿Entonces cómo va a hacer?
“El plazo límite es el 29 de julio, ahí es el coladero oficial para la recta final de la campaña. Aunque desistí al aval por firmas, no desisto de la posibilidad de inscribirme por un partido político no tradicional. He tenido acercamientos con algunos que me han abierto la posibilidad de inscribirme”.
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¿Como cuáles?
“Me acerqué al Nuevo Liberalismo, tuve una cita con Juan Manuel Galán en Cartagena, hubo empatía. Sin embargo, mi nombre no fue de buen recibo para los militantes aquí en Antioquia y desistí de esa posibilidad. He buscado acercamientos con la Alianza Social Independiente (ASI) y estoy explorando otros partidos, porque mi anhelo es que miles de medellinenses me permitan, en un tiempo récord, ser el palo electoral en Colombia”.
¿Y sí confía en que alguno lo avalará?
“Los compromisos políticos se los lleva el viento, no me confío en los compromisos políticos, porque a mí me han fallado. Lo que hoy se habla mañana lo destruye una firma o un documento, pero tengo la esperanza de poderme inscribir”.
¿Si no lo logra, buscaría de nuevo curul en el Concejo?
“En el Concejo aprendí en demasía, hice control político a la administración de Federico Gutiérrez y varias denuncias sobre Bernardo Alejandro Guerra (exconcejal). Pero para estar en el Concejo se necesita que a uno lo motive levantarse todos los días para ese fin, y el anhelo que yo he construido desde 2018 es ser alcalde o explorar nuevas áreas dentro de lo público, como ser secretario de despacho”.
¿Por un cargo así apoyaría entonces a otro candidato?
“Es un trato que se puede dar con el dirigente político a quien vaya a apoyar, y que él gane. Creo que lo puedo hacer bien como gerente de Telemedellín o secretario de Movilidad. Por supuesto, respaldaría a una candidata o candidato afín a mí lo más posible, no solo a alcaldía, sino también a gobernación, concejo o asamblea. Yo sumo, yo no resto”.
Usted fue contratista de Telemedellín hasta octubre, ¿así le pagó Quintero el apoyo?
“Dejé de ser concejal, no pude lanzarme al Concejo de nuevo ni a alcaldía, y debo responder por arriendo, dos hermosos hijos y demás. Conversé con el alcalde la posibilidad de darme un programa en Telemedellín, porque me formé como comunicador. También tuve contrato en la Secretaría de Cultura. Con Telemedellín de febrero de 2020 a octubre de 2022 y con la Secretaría de Cultura, de agosto de 2021 a octubre de 2022, plazo límite para renunciar por aspirar a cargos públicos”.
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¿En su paso por Telemedellín tuvo algún problema o censura?
“Tuve problemas con Deninson Mendoza, quien se encargó de llevarme al ostracismo en el canal, me trasladaron de un programa en prime time a una emisora digital del canal que no tiene audiencia. Vi esa situación de Deninson desplazar a muchos contratistas o acabarles el contrato para traer gente de Cali”.
¿Qué otras cosas vio?
“Vi cómo se destinaron cerca de $200 millones en contratos publicitarios a medios de Cali. Nunca sostuve buena relación con Deninson, y como candidato a la Alcaldía de Cali se va a encargar de podrirse, porque ese ego que tiene solamente lo dan personas como él, Daniel Quintero y su séquito. Deninson hizo una muy mala gerencia del canal, se encargó de acabar el canal, ya solo da pérdidas y acabó la estrategia de estar cercano al ciudadano”.
Es tan crítico de Quintero, pero era su contratista.
“Necesitaba el trabajo. Inmediatamente terminé mis contratos, salí a quitarme la camiseta de Quintero. Uno no va a seguir defendiendo a alguien que perdió la oportunidad de unir a Medellín y se encargó de dividirnos. Muchos ya no lo acompañamos por sus crasos errores, sus sonados actos de corrupción en todas las secretarías y su mal gobierno, le queda perfecto el alias de Roberta RBD, porque está robándose la ciudad y la está destruyendo a pedacitos. Y es increíble que pelee todos los días con quienes han hecho grande a la región, como el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA)”.
¿Entonces, nunca volvería al proyecto político de Quintero?
“Me declaro, en esta entrevista, la antítesis de Quintero. Soy pitoniso político, para asegurarle que él nunca vuelve a oler un cargo de elección popular, será candidato eterno porque ahora tiene partido político, pero ya fracasó como dirigente. El ciudadano no respalda las políticas del alcalde, un adolescente que no se rodeó de asesores, sino de asistentes. Uno necesita asesores, porque no todo lo que uno dice o piensa es bueno”.
¿Cree que a usted le faltaron asesores en el pasado?
“Cometí crasos errores en el pasado, porque no todo fue positivo. Cometí equivocaciones, como estar discutiendo todos los días con mi antítesis política. Cuando tuve la discusión con el Centro Democrático me equivoqué al usar cada equivocación del antítesis como oportunidad para brillar con mi odio hacia la colectividad. Cuando fui expulsado del CD por Álvaro, tuve amplia resonancia en medios nacionales y lo aproveché para postularme como precandidato a la alcaldía. Pero hoy creo que construir país es entender la diferencia, dedicarse a las propuestas y a construir diálogos como los que gestó Álvaro (Uribe) con Gustavo (Petro), un hecho histórico”.
¿Con el CD rompió toda relación?
“Tengo grandes amigos en el Centro Democrático, a los que les pedí perdón personalmente y establecí nuevos lazos de respeto. Con la única persona que no he podido sentarme, y me encantaría hacerlo nuevamente porque hablábamos de historia muy sabroso, es con Álvaro. Por supuesto, no me ha dado esa posibilidad. Espero que si se me cumple el propósito de ser alcalde, me permita un café para conversar”.