El puente colgante de San Cristóbal, construido en 1939 por el ingeniero Horacio Hoyos Zapata, es uno de los principales accesos y símbolos del corregimiento al occidente de Medellín. Sin embargo, la estructura está gravemente deteriorada: el óxido ha corroído sus cables y la podredumbre afecta sus maderas. Su estado pone en peligro a quienes lo cruzan a diario.
Nury Silva, comerciante de 62 años que lleva 28 viviendo a un costado del puente, en el barrio Playa Rica, habla del deterioro: “Las tablas y maderas se desintegran al tocarlas, los cables están completamente deteriorados y amarillentos, las maderas están rotas, las bases metálicas tienen soldaduras despegadas. Este puente se está cayendo a pedazos”.
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La mujer trabaja en el Kiosko Puente, una tienda ubicada justo al final de las bases de los cables, y se ha convertido en vigía del puente. Desde su local, ha sido testigo del daño de la estructura y de las dos restauraciones que le hicieron en 2009 y 2016. Sin embargo, asegura que el mayor deterioro ha ocurrido desde la última intervención.
Muchos usuarios del puente coinciden con Nury en la urgencia de reparar el puente y temen que pueda ocurrir una tragedia. Así lo dicen mientras muestran los agujeros que hay en el piso del puente, desde donde se ve una quebrada a unos 50 metros de profundidad.
La situación no preocupa solo a los ciudadanos. Desde la Alcaldía de Medellín, consultados para este artículo, manifestaron que en la actual administración encontraron el puente en muy mal estado, sin mantenimiento hace mucho tiempo. Pero también indicaron que en los daños influye el mal uso que la comunidad ha hecho de la estructura, pues por allí pasan en motos, algo que no es apropiado. Ante este panorama, tienen proyectado comenzar en los próximos meses, se espera que en el segundo semestre de este año, las labores de recuperación del emblemático sitio.
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Y es que no se trata solo de una estructura de acceso. El puente colgante de San Cristóbal es una réplica del emblemático y patrimonial Puente Colgante de Occidente, diseñado por el ingeniero José María Villa entre 1887 y 1895 y que conecta los municipios de Olaya y Santa Fe de Antioquia, a ambos lados del río Cauca. Inspirados por su majestuosidad, los habitantes de San Cristóbal inauguraron su propio puente en 1939, sobre la quebrada La Iguaná, a menos de 200 metros del parque del corregimiento.
El puente réplica tiene una longitud de 69 metros y un ancho de 2 metros. Actualmente, está construido con madera Choibá y sostenido por cables de acero galvanizado. Aunque algunos historiadores afirman que fue inaugurado en 1939, la solicitud de su construcción data de 1810, cuando la iglesia de San Cristóbal pidió una estructura que permitiera a los feligreses de La América, Belén y La Loma cruzar la quebrada para asistir a los oficios religiosos. Fueron necesarios 129 años para que la solicitud se hiciera realidad.
Desde su construcción, el puente ha sido un símbolo y un referente para San Cristóbal, una zona conocida como “La Culata” porque la iglesia, en lugar de mirar hacia Medellín, da la espalda a la ciudad y mira hacia Santa Fe de Antioquia, iglesia principal para cuando se construyó la de San Cristóbal.
