La Alcaldía de Medellín volcó recientemente todo su aparato propagandístico para promocionar la supuesta reducción en las tarifas de energía que arrancó este mes como un hito.
Aunque la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, ha insistido repetidas veces en que el mecanismo que presentó el gobierno local para reducir el valor que cobra a los usuarios por ese servicio no es más que un diferimiento amparado en la opción tarifaria, que luego será trasladado a los usuarios, el Distrito viene gastando recursos a manos llenas en medios y redes sociales presentando esa reducción como un “congelamiento”.
Gran parte de esas piezas han reutilizado las declaraciones entregadas por el alcalde en una rueda prensa realizada el pasado 23 de mayo, en las que aseguró que EPM pasa por “su mejor momento” y que dependería del gobierno entrante mantener ese “alivio”, incurriendo en múltiples imprecisiones y afirmaciones engañosas.
A continuación, hacemos un repaso por algunas de esos postulados más problemáticos y analizamos si inducen al error a los ciudadanos.
“En teoría, la tarifa de energía no se podía congelar, pero se ha logrado aprovechando un marco regulatorio que nos permite bajar mes a mes”.
ENGAÑOSO: La tarifa nunca se ha bajado. Lo que permite la opción tarifaria es diferir los pagos a los usuarios de forma transitoria y, durante el último cuatrienio, esa puerta se abrió por cuenta de las resoluciones que emitió la Creg por la pandemia, que incluso EPM ya utilizó y le ocasionaron un impacto de $2 billones que se dejaron de cobrar. Como alcalde, Quintero no tiene la potestad para modular las tarifas, ya que la legislación ha dejado ese poder en la CREG. Lo que no se cobre hoy, quedará calculado en un saldo pendiente.
“Ya será una nueva administración la que defina cuál es el marco regulatorio y de precios”.
ENGAÑOSO: El próximo gobierno va a estar supeditado a las mismas reglas de juego que hoy permiten diferir los cobros y que dejan un saldo que necesariamente tiene que ser recuperado. El único camino para que el cobro no recaiga en los usuarios es que el Gobierno Nacional establezca algún mecanismo para que se cubra de otra forma, pero eso no se ha dado.
Esto que está haciendo EPM es importante y asume unos esfuerzos de caja importantes”.
CIERTO: La afectación para EPM es alta. Las proyecciones entregadas por la misma compañía daban cuenta de que el impacto en caja será de entre $130.000 millones y $400.000 millones. Ese faltante se suma a otras movidas que podrían afectar las cuentas de la compañía, como por ejemplo el proyecto para sacarle otros $350.000 millones de transferencias adicionales.
Si somos capaces de romperle la mano a la inflación esto termina en un ejercicio virtuoso”.
CIERTO, PERO... La energía es uno de los servicios que más influye en la inflación. Según ha calculado el Dane en su última actualización del Índice de Precios al Consumidor, el renglón de “Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles” tiene un peso del 33,12% en el comportamiento del IPC. Sin embargo, la discusión es si EPM puede asumir ese costo.
EPM está en su mejor momento, porque se ha administrado bien”.
FALSO: Si bien EPM sigue siendo una empresa con un alto flujo de ingresos, está bajo una gran presión financiera por cuenta de varios negocios problemáticos, como Afinia (a la que le entregó un crédito de $450.000 millones para su plan de inversiones), la compra de la Triple A de Barranquilla, y en el pasado el prepago de la deuda al BID por 450 millones de dólares.
