El 23 de septiembre del año pasado, entre las 12 del mediodía y 2 de la tarde, estuvo reservado el Salón Lobby 2 del hotel Dann Carlton. Lo único que se sabía de dicha reserva era el anuncio en una de las pantallas del lugar: “Reunión Alto Comisionado para la Paz”. Había un gran secreto sobre los invitados a hablar con Danilo Rueda, pero seis meses después se sabe que allí estuvo un grupo de abogados que representan a varias bandas delincuenciales de Medellín. Pero hubo alguien más, se trató de Mauricio Alberto González Sepúlveda, alias El Ronco.
En este artículo se revelan fotogramas de un par de videos —los cuales están en poder de EL COLOMBIANO—, en los que se ve al alto Comisionado Danilo Rueda y al capo de la criminalidad en el Valle de Aburrá.
El Ronco llegó a esa reunión representando las intenciones de paz de La Oficina, es decir, de la gran criminalidad de Medellín, el asunto es que su nombre ha cobrado relevancia porque justo la semana pasada se entregó a las autoridades en la estación de Policía de Sabaneta, después de que el Juzgado 2° Penal Especializado de Medellín dictara sentido de fallo condenatorio por el delito de concierto para delinquir en su contra por comandar la banda La Unión.
Es difícil que entre los invitados a la reunión nadie supiera quién era El Ronco, un hombre al que en el bajo mundo de Medellín se le conoce como un invisible, palabra que se usa para describir a quienes pasan de agache ante las autoridades, pero mandan y toman decisiones en la criminalidad de la ciudad.
El Ronco, a quien también se le conoció por los alias de Felipe o Fly, era un viejo conocido del crimen, pues fue paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), por donde pasó con mucho silencio, y luego se mimetizó en la organización criminal que el propio Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Berna, dejó sembrada en el Valle de Aburrá. ¿Sabía el alto Comisionado Danilo Rueda que en su misma mesa estaba un hombre que en 2017 salió en libertad por vencimiento de términos? En ese entonces se le juzgaba por los delitos de concierto para delinquir y secuestro.
En 2016, cuando la Policía lo capturó, según contó el blog de EL COLOMBIANO Revelaciones del Bajo Mundo, El Ronco les dijo a los agentes: “¿Ustedes no me van a dejar tranquilo, o qué?”. Al parecer, las autoridades le han seguido la cola hasta hoy.
Pese a ese prontuario —dicen fuentes cercanas al proceso de paz que el Alto Comisionado entabla con las bandas del Valle de Aburrá—, era el mismo Ronco y su abogado Edison López quienes estaban en continuo contacto con el Gobierno y capos de las cárceles como José Leonardo Muñoz Martínez, alias Douglas.
Fue en esa reunión del 23 de septiembre cuando se le abrió la puerta a la negociación con el Gobierno Nacional. Allí, en el Dann Carlton, no solo estuvieron El Ronco y su abogado Edison López, también aparecieron otro ramillete de profesionales que conocen muy bien cómo se mueven los temas oscuros de la región: Álex Morales, quien representa a la banda Pachelly; Óscar Rincón, abogado de la oficina del Doce de Octubre; Michel Pineda, representante de don Berna; Yani Vallejo Duque, también de la oficina del Doce de Octubre; Sergio Alexánder Madrigal Bedoya, de la oficina del Mesa, y también Luis Eduardo Agudelo Suárez, quien trabaja con Edison López. Dicha reunión fue tan efectiva que el 19 de octubre desde la Oficina del Alto Comisionado se dictó la Resolución 046 para que estos abogados verificaran “la voluntad real de paz y reinserción a la vida civil, así como la voluntad real de sometimiento a la justicia de los grupos armados organizados”.
Desde entonces, la polémica no ha dejado de acompañar el proceso de paz del Gobierno en Medellín, pues según fuentes que conocen bien todos los tejemanejes, no hay una total concertación entre las bandas y la Oficina del Alto Comisionado. Las supuestas 12 bandas que habían confirmado sus intenciones de paz no están tan firmes.
EL COLOMBIANO obtuvo testimonios que aseguran que la mayoría de grupos de Bello están dudando de la ley de sujeción que está tramitando el Gobierno en el Congreso. “Lo que vemos es que quieren beneficiar a unos pocos. Por ejemplo, como es posible que El Ronco se entregue por el delito menor, que es concierto para delinquir, seguramente quieren mostrar voluntad de paz porque en menos de 6 años lo sacan de la cárcel”.
El descontento es general en la ciudad y quienes se mantienen sujetos a la paz son las bandas ligadas a la Oficina, es decir, combos de las comunas 3 y 8 de Medellín, y la comuna 3 de Itagüí.