Don Horacio lleva los suficientes años trabajando en el centro de Medellín para haber visto tantas cosas insólitas que allí ocurren. Aún así, el deterioro que hoy se ve en la carrera 42 Córdoba con la calle 50 Colombia le genera tanto temor a este curtido hombre, que asegura no sentirse seguro allí cuando cae la noche.
Y pese a este inseguro panorama, las cerca de 1.800 jovencitas que estudian en el Centro Formativo de Antioquia Cefa, que queda justo en este cruce, tienen que arriesgarse a las problemáticas de esta zona todos los días para poder llegar a clases.
Según detalló la rectora del Cefa, Mónica Londoño Zuluaga, son varias las situaciones graves que aquejan a las estudiantes y a los trabajadores del centro educativo, lo que hace muy difícil poder brindar garantías para una buena educación para las jóvenes.
“La entrada del colegio por Ayacucho es de las más perjudicadas porque entre el Metro y EPM dejaron un lote, al lado de la estación Pabellón del Agua, baldío. Entonces eso se volvió un nido de habitantes de calle. Y la presencia de ellos da pie a la distribución de alucinógenos a todas horas del día. He tenido niñas acosadas sexualmente, pero también he tenido niñas que han sido acosadas por los vendedores de droga para que expendan esas sustancias al interior del colegio”, apuntó.
A esto hay que sumar la falta de iluminación adecuada en la zona que incluso hace que hasta los más bravos como don Horacio se la piensen dos veces antes de atravesar el sector en la noche por el miedo de caer presa de los ladrones que no tienen escrúpulos en “desplumar” a cualquier peatón desprevenido así sea una pequeña estudiante de 12 años.
El desespero de la rectora es evidente pues –según señaló–, desde 2022 que ella viene reportando estas situaciones a las entidades del Distrito, estas se vienen chutando la pelota sin darle ninguna respuesta efectiva.
“Le envié un oficio a la Policía con más de 3.000 firmas pidiendo acompañamiento en los momentos de entrada y salida de las estudiantes, pero allí dijeron que no tenían unidades disponibles a esas horas. Ni Empresas Varias, ni Secretaría de Medio Ambiente ni nadie recoge la montaña de excrementos que ya hay cerca de la entrada principal. El Metro no presta seguridad al lote y encima alegan que no tienen nada que ver con él. Hemos escrito a Secretaría de Inclusión para el tema de habitantes de calle pero solo vienen a ‘espantarlos’, y ellos al rato vuelven”, explicó.
Londoño dijo que el Cefa tiene una capacidad de recibir cerca de 2.000 estudiantes. Pero hoy allí solo estudian 1.800 jovencitas del grado 6° al 11°. Si bien ella admite que no tiene un balance preciso de la deserción escolar, se atreve a asegurar que una buena parte de las alumnas que no volvieron lo habrían hecho a raíz de la inseguridad. El año pasado tres expresamente no volvieron por el duro ambiente alrededor y dos ya lo hicieron este año. Pero el subregistro puede ser mayor.
Problema más grave
Ante lo que calificó como tantos oídos sordos, la rectora admitió que su único consuelo ha sido la comisión accidental de seguimiento a entornos protectores citada por la concejala Claudia Carrasquilla. Según Londoño, gracias a las denuncias de la corporada en redes por fin se selló temporalmente la taberna vecina al colegio que tenía atosigadas a las estudiantes con su ruido infernal en plenas horas de clases.
En diálogo con EL COLOMBIANO Carrasquilla comentó que en su ejercicio de control se ha encontrado que otras instituciones educativas tienen iguales o peores problemas que el Cefa sin que hasta ahora se haya hecho algo por combatirlos.
“Por ejemplo en el Colegio María Auxiliadora de la calle Echeverry en Prado Centro, tenemos las quejas de que las niñas también son acosadas por habitantes de calle para que consuman drogas. Pero también por personas, entre ellos venezolanos, que residen en la zona y que las inducen para reclutarlas en redes de explotación sexual infantil, un asunto muy grave teniendo en cuenta la vulnerabilidad de los niños para caer en estas situaciones”, apuntó la concejala.
Carrasquilla también comentó el caso de la institución educativa del corregimiento de Palmitas, la cual al tener su restaurante escolar por fuera de la institución, los alumnos deben atravesar un largo tramo para poder acceder a sus alimentos.
“Cuando los niños salen, son abordados por miembros del Clan de Occidente, que es el mismo Clan del Golfo, para ofrecerles droga o presionarlos para convertirlos en expendedores dentro del colegio”, explicó Carrasquilla.
Este diario consultó a las entidades de seguridad del Distrito. La Policía Metropolitana comentó que no tenía conocimiento de la solicitud hecha por la rectora del Cefa sobre la petición del acompañamiento policial. Aún así indicaron que sí se puede coordinar dicho acompañamiento de manera temporal así como otras actividades de seguridad al interior del plantel.
Por su parte, la Secretaría de Educación señaló que para la entidad es crucial abordar estos problemas de manera integral y coordinada para mejorar las condiciones de los entornos educativos y asegurar una educación de calidad para los estudiantes, es por ello que, de la mano con la Secretaría de Seguridad y a través del Comité Municipal de Convivencia se vienen planeando intervenciones que permitan disminuir los riesgos a los estudiantes. Estas acciones complementarán las realizadas al interior de los colegios sobre cuidado del cuerpo y la salud mental.
“Es de resaltar que todo hecho que atente contra la integridad de nuestros estudiantes y comunidad educativa debe ser puesto en conocimiento de la Secretaría y denunciado ante las autoridades competentes por el rector. Desde nuestra administración estamos atentos a seguir brindando acompañamiento, asesoría y asistencia técnica a cada comunidad educativa”, apuntó la Secretaría.
Pese a esta respuesta, la concejala le pidió al Distrito que tenga una corresponsabilidad con las quejas presentadas, mientras que la rectora Londoño le pidió a la alcaldía que vuelva sus ojos al Centro para que este punto se vuelva un verdadero entorno protector para sus estudiantes.
“No es justo que teatros, universidades y colegios estemos a merced de esta situación. Sí, la ciudad es muy grande y con situaciones muy complejas. Pero si la zona educativa del centro no recibe atención ¿qué pueden esperar las otras zonas? Necesitamos que el alcalde ya deje de ahondar en lo delos 501 hallazgos y empiece a colaborarnos aquí”, sentenció.