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Cinco fuentes emblemáticas de Medellín están cochinas y sin agua

Desde la Alcaldía dicen que están apagadas por el Fenómeno del Niño, pero su deterioro viene desde hace tiempo.

  • Son al menos cinco fuentes, entre ellas la de Parque Bolívar, las que están apagadas y en mal estado en la ciudad. FOTO: JULIO CÉSAR HERRERA
    Son al menos cinco fuentes, entre ellas la de Parque Bolívar, las que están apagadas y en mal estado en la ciudad. FOTO: JULIO CÉSAR HERRERA
  • Escultura Bachué ubicada en la fuente del teatro Pablo Tobón Uribe en la cuidad de Medellín. Obra del escultor José Horacio Betancur. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
    Escultura Bachué ubicada en la fuente del teatro Pablo Tobón Uribe en la cuidad de Medellín. Obra del escultor José Horacio Betancur. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
10 de junio de 2024
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Hoy Medellín no solo tiene apagadas cinco importantes fuentes ornamentales, sino que están en un evidente deterioro, estas son: Parque Bolívar, Bachué (Pablo Tobón), La 70 con Colombia, Parque de Banderas y la de la Plazuela Nutibara.

Tras un recorrido que dejó en evidencia la mala hora que atraviesan estas fuentes, EL COLOMBIANO le consultó a la Alcaldía quiénes son sus dolientes y por qué están en este estado. Desde la Alcaldía respondieron que EPM es responsable de las fuentes de Parque Bolívar, Bachué (Pablo Tobón), La 70 con Colombia, Parque de Banderas y la 30 (Premium Plaza) y que “en este momento están apagadas por un uso responsable del agua, debido a los efectos del fenómeno de El Niño”.

Pero pese a esa respuesta, es inocultable que el deterioro de varias de estas viene de años atrás, y responde tanto a la falta de gestión de varias administraciones como a la indolencia de la ciudadanía para su mantenimiento y cuidado.

La fuente del Parque de Bolívar, estrenada en los 60 como parte del proceso de transformación de la ciudad a la arquitectura moderna, comparte el deslucido panorama que ofrece hoy el parque. En 2019, como parte de la renovación que recibió la zona y que tuvo una inversión superior a los $11.000 millones, EPM realizó una solución temporal para devolverle parte de la funcionalidad a la fuente, pero el robo de piezas, el deterioro y mal uso han hecho imposible su recuperación.

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Otra fuente que atraviesa malos días es la de la Bachué, frente al Pablo Tobón, y la cual ha sido también objeto de hurto de elementos necesarios para su funcionamiento y hoy expone su sistema de tubos que afean la imponente estatua que acaba de cumplir 70 años desde que fue exhibida desatando una batalla entre moralistas y defensores de la libertad de expresión y el arte.

No es la única obra de arte sobre una fuente en mal estado. La fuente del Cacique Nutibara, en la plazuela del mismo nombre, a unos pocos pasos de Plaza Botero, lleva ya una década de olvido y abandono, tiempo en el que ha sido convertida en letrina, acopio de reciclaje, botadero de basura y escondedero de armas y botines. Precisamente en un sector ávido por elementos positivos que incentiven mejores dinámicas de espacio público, la escultura del maestro Pedro Nel sigue en limbo pues desde 2015 varias entidades se tiran la pelota alegando que la obra no hace parte de su inventario.

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En el sector Estadio también está una tradicional fuente que refrescaba los ratos de ocio y recreación de cientos de familias. Hoy, además del mal aspecto, tiene un letrero que deja claro lo que debería ser obvio: que está prohibido el ingreso y que su agua no es apta para consumo humano.

Escultura Bachué ubicada en la fuente del teatro Pablo Tobón Uribe en la cuidad de Medellín. Obra del escultor José Horacio Betancur. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
Escultura Bachué ubicada en la fuente del teatro Pablo Tobón Uribe en la cuidad de Medellín. Obra del escultor José Horacio Betancur. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero

En cuanto a la fuente de la Plaza de Banderas, una de las más emblemáticas, aunque los habitantes y comerciantes señalan que recibe cierto mantenimiento, su esplendor se esfumó hace años. El que fue el símbolo de la transformación de la Unidad Deportiva como escenario de talla internacional, refleja el deterioro y la falta de atención al igual que lo hacen los maltrechos escenarios que hoy están muy lejos de sus días azules cuando fue transformada la unidad deportiva para los Sudamericanos en 2010.

Se suele pensar que esas bellas fuentes de agua que se encuentran en algunos rincones de las ciudades son meros adornos. Pero, lejos de ser así, hoy cumplen una función de primer orden en el objetivo de tener ciudades más habitables, menos hostiles.

Después de que tuvieran su auge a partir del Renacimiento como un elemento estético en las ciudades europeas, el cambio climático les devolvió su funcionalidad primigenia de abastecer agua y aportar bienestar a las comunidades. Y aunque siguen siendo llamadas fuentes ornamentales, en instancias como ONU Hábitat y otras que debaten sobre el futuro de las ciudades ante la crisis climática, las fuentes ornamentales han sido calificadas como elementos claves en la planificación urbana.

Existen estudios que sustentan que estas ayudan a reducir la temperatura en zonas críticas de las ciudades (como el centro y zonas industriales) y son elementos a partir de los cuales se detonan dinámicas de recuperación del espacio público y nuevos aprovechamientos en beneficio de la ciudadanía.

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