Los voceros de las estructuras armadas ilegales de Medellín y otros municipios del Valle de Aburrá dieron a conocer, este jueves 23 de noviembre, una carta que enviaron al Gobierno Nacional para referirse al cambio de cabeza en la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
La misiva, firmada en Itagüí, se da un día después de que el presidente Gustavo Petro anunciara que el nuevo alto comisionado para la Paz será Otty Patiño y confirmara la salida de Danilo Rueda de esa dependencia, tras varios meses de encabezar las mesas de negociaciones entre el Gobierno y los grupos armados ilegales bajo el marco de la “paz total”.
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“Lamentamos la salida de Danilo Rueda como alto comisionado para la Paz del Gobierno Nacional, le agradecemos su permanente disposición y acompañamiento, pues esto posibilitó forjar la confianza suficiente como condición para construir los cimientos de la paz urbana, sin la cual no es posible la paz total”, manifestaron los voceros de las estructuras armadas en la carta.
Seguidamente, indicaron que cuentan con protocolos y temas que se desarrollan en espacios sociojurídicos y de diálogo, en el que buscan el acompañamiento de la sociedad para avanzar en el proceso de paz.
“De igual manera, le manifestamos al señor presidente Gustavo Petro Urrego nuestra voluntad indeclinable de continuar el proceso ya iniciado con la mirada puesta en la cristalización de la paz, la convivencia y la reconciliación, para un efectivo mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes” de Medellín y el Valle de Aburrá, señalaron también en la comunicación, en la que, además, le dieron la bienvenida a Patiño.
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La salida de Rueda se dio tras múltiples críticas en contra de su gestión, con lo que algunos calificaron como “desorden”, “improvisación” y hasta “inoperancia”. Rueda salió de su cargo con un corto mensaje en la red social X, en el que el jefe de Estado le agradeció por “su inmenso esfuerzo” y nombró a Otty Patiño, el jefe negociador del Gobierno con el Ejército de Liberación Nacional, ELN.
El remezón no solo les da un giro a todos los diálogos, acercamientos y negociaciones de paz que adelanta el Gobierno con todos los grupos armados del país, sino que es una derrota para Petro, quien había mantenido a Rueda en ese cargo pese a las múltiples críticas, los resultados adversos y el pedido constante del Congreso de solicitar su renuncia.
