En medio de la difícil situación que viven los reclusos en las cárceles de Medellín, como sucede en casi todo el país, la Defensoría del Pueblo estuvo este miércoles 15 de mayo en el complejo carcelario y penitenciario Pedregal, para lanzar un programa de formación, en articulación con el Sena, que buscar aportar a la resocialización de las mujeres internas del lugar.
La iniciativa, que también busca beneficiar a población LGBTIQ+ privada de la libertad, es una estrategia pedagógica que ya se ha lanzado en las cárceles de Jamundí (Valle del Cauca), La Vega (Sincelejo, Sucre) y Las Mercedes (Montería, Córdoba). Su llegada a Medellín fue bien recibida, puesto que el objetivo es que una vez paguen sus condenas, las personas beneficiadas tengan las herramientas necesarias para retomar sus proyectos de vida.
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Esta estrategia llegará a más de 1.130 mujeres y personas con orientación sexual e identidad de género diversas que están en Pedregal e incluye un trabajo mancomunado del Sena y del Inpec, para que puedan acceder a los programas formativos.
“El propósito principal es que puedan aplicar a los beneficios establecidos en la Ley de Utilidad Pública en materia de justicia restaurativa para que adquieran conocimientos en primeros auxilios, manipulación de alimentos, panadería, confección, huerta y manejo de residuos, construcción y restauración, artesanías, redacción y ortografía, entre otros”, explicó el defensor del Pueblo Carlos Camargo.
Esta iniciativa se da luego de un diagnóstico que permitió establecer que en el país es casi inexistente la oportunidad para las mujeres privadas de la libertad de recibir una formación técnica o complementaria. En todo Colombia, son alrededor de 6.600 mujeres privadas de la libertad, lo que representa un 6,5% de la población detenida.