Los visitantes que espera Medellín con ocasión del receso estudiantil de mitad del año le dejarían a la ciudad una derrama económica de casi 63 millones de dólares, según cálculos de la Secretaría de Turismo y Entretenimiento distrital.
La misma dependencia local calcula que a la ciudad y la región llegarán en esta temporada vacacional 263.000 turistas, tanto del resto del país como del extranjero y para recibirlos se están preparando todos los eslabones del sector.
Las perspectivas son especialmente halagadoras para quienes brindan el servicio los alojamientos y hospedaje, que en esta época de receso escolar aspiran a tener una ocupación superior al 76 por ciento, cifra que significa una recuperación del 3,85 por ciento con respecto a la misma temporalidad del año 2023 que comprende parte de los meses de junio y julio.
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“Esta proyección sugiere una tendencia positiva y un renovado interés en Medellín como destino turístico durante las vacaciones de mitad de año. Somos una ciudad de artistas, de naturaleza integrada, donde el deporte, el bienestar, el sano esparcimiento y entretenimiento son reconocidos por el turismo local e internacional”, apuntó el secretario de Turismo y Entretenimiento, José Alejandro González.
Para aprovechar ese potencial turístico, la capital antioqueña está preparando toda una oferta en el campo cultural para que la estadía de los visitantes esté llena de experiencias placenteras y enriquecedoras. En la oferta dentro de esta campo, para junio, están por ejemplo el Festival Internacional de Tango, el Festival Nacional de la Trova, el Festival de la Silleta y el Festival de Circos en su edición número 3.
Luego, en julio, la programación comienza con Expoartesano, sigue con el Festival Internacional de Poesía, empata con el evento Ciudad Altavoz, el Desfile de Silleteritos y la Parada Juvenil de la Lectura. Todo un abrebocas para darle la bienvenida a agosto con la Feria de las Flores que es la fiesta por excelencia para la región y que convoca la presencia de miles de turistas que llegan atraídos por conocer y vivir en vivo y en directo la belleza de la tradición de los cultivadores y los artesanos de las flores.
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Esto se une a atracciones que están disponibles de manera permanente como la Plaza de Botero con la más importante colección al aire libre de esculturas del maestro Fernando Botero, el Pueblito Paisa, el Parque Arví, el Parque Explora, el Parque Norte, el Planetario, la comuna 13, el Jardín Botánico y el Museo de Antioquia.
También están el Museo Casa de la Memoria, el Museo Pedro Nel Gómez, el Museo del Agua, el Aeroparque Juan Pablo II, el Parque de la Conservación y el mural artístico Constelaciones.
Pero lo cierto es que los visitantes también suelen arribar maravillados por las bondades del clima antioqueño, así como por la vibrante vida nocturna que se disfruta en el Valle de Aburrá, la oferta gastronómica tradicional y los espectáculos de alcance internacional.
El boom del turismo de los últimos años ha generado tal movimiento comercial que ese sector actualmente representa el 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la ciudad y no menos importante es la cifra en cuanto a generación de puestos de trabajo, que llegan a 90.000 empleos, entre directos e indirectos.
Desde hace un par de años, cuando superó el umbral del millón de visitantes, al alcanzar la cifra del 1’300.000 personas que llegaron hasta acá para gozarse su ambiente, esta capital le quitó incluso a Cartagena el segundo lugar como destino turístico, siendo solo superada por Bogotá.
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Todo esto ha estado emparejado con el incremento de las rutas de conexión aérea con distintas ciudades, lo cual posiciona de paso al aeropuerto José María Córdova como uno de los terminales con mayor movimiento.
Por supuesto, no todo ha sido positivo, pues también se han generado problemáticas que ha merecido el repudio de las autoridades y de los medellinenses en general. Se trata de la visita de algunos extranjeros que vienen para protagonizar fiestas desenfrenadas con drogas, licor y abuso sexual de menores de edad.
Recientemente, el alcalde Federico Gutiérrez emprendió una campaña para espantar este tipo de turistas advirtiéndoles las consecuencias penales que podrían tener si son descubiertos cometiendo actos ilegales como los antes descritos.
