Las becas de educación superior financiadas con el Presupuesto Participativo nacieron como una iniciativa loable difícil de refutar. Sin embargo, se convirtieron en una manera de engrasar la maquinaria clientelista y este modus operandi tuvo su máxima expresión durante el gobierno de Daniel Quintero.
En una entrevista con el programa web de la Veeduría Ciudadana al Plan Estratégico de la Comuna 6-Doce de Octubre, el entonces edil de esa parte de la ciudad Luis Carlos Piedrahíta habló de cómo entre los líderes comunitarios se reparten esas becas, como si fuera la ganancia de un negocio, para asignarlas en su círculo cercano, y confesó qué él mismo había sido responsable de esa práctica.
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Y sería algo que ocurre en varias partes de la ciudad; en muchas partes se habla incluso de un intercambio por favores sexuales. Para nada se trata de recursos de poca monta, pues solo en la Comuna 6, por año se han asignado alrededor de $6.000 millones para cupos de educación superior.
La otra arista del asunto son los contratos para cargos de gestor educativo, es decir, personas que son contratadas por las IES del Distrito (Colegio Mayor, ITM y Pascua Bravo) para que acompañen a los beneficiarios con el fin de que se mantengan matriculados, que no deserten. Se ganan entre dos y tres millones de pesos y también se trata de cargos que se distribuyen como cuotas, según Piedrahíta.
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“El Colegio Mayor tiene complicidad en permitir que estas situaciones pasen”, acusó el exedil en su entrevista, refiriéndose en particular a su comuna. Y no obstante la gravedad de la acusación y de que incluso el líder que de alguna manera se autoincriminó ha estado esperando a que las autoridades lo llamen para dar ante ellas su versión, hasta ahora esta diligencia no se ha efectuado. Vale la pena señalar que Piedrahíta dirigió en el pasado la Corporación Democracia, en la cual se agremiaron los exparamilitares de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada.
Pero ahí no paran las presuntas irregularidades. Aunque en la respuesta escrita a un cuestionario enviado por EL COLOMBIANO el Colegio Mayor asegura que “el ideal es que un gestor acompañe, máximo, 30 estudiantes, para 2024 en esa institución contrataron 54 para solo 51 alumnos, todo, de nuevo, con plata del PP, de acuerdo con un informe de veeduría que pasará a organismos de control.
Esta es apenas una arista del presunto manejo amañado que tuvieron los recursos del Presupuesto Participativo (PP) en la anterior administración del Distrito de Medellín, en cuyo cuatrienio hubo una bolsa para este rubro cercana al billón y medio de pesos.
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Los órganos de control han comenzado a investigar cómo se fue esta inmensa bolsa que debió tener un impacto enorme para el bienestar de las comunidades, pero que terminó gastándose “a puchitos” con inmensos indicios de desgreño.
También hay evidencias de otros gastos suntuarios, por ejemplo en viajes a otras ciudades y hasta al exterior, cuyos beneficiarios terminaban siendo personas del entorno de los líderes dentro de los Consejos Comunales y Corregimentales de Planeación (CCCP).
Otro buen ejemplo de derroche fueron las 37 chaquetas y 37 morrales de marca prestigiosa que priorizaron y compraron con plata del PP supuestamente para posicionar la imagen del Comité Corregimental de Planeación de San Sebastián de Palmitas. En esa ocasión, cada chaqueta habría salido a 658.000 pesos y cada morral a 860.000 pesos, para un total que superó los 54 millones de pesos.