El hambre fue la causa del amotinamiento que se presentó en la mañana de este domingo, 12 de mayo, en el interior de la estación de Policía de La Candelaria, en el centro de Medellín.
En esa estación, con capacidad para 80 detenidos, pero que alberga casi 400, los presos generaron la revuelta por la mala atención alimentaria que reciben a diario, situación que no es nueva en los centros penitenciarios del departamento, pues la poca comida, que además es mal preparada y en mal estado, es la queja constante de la población carcelaria.
“Esto sigue siendo una problemática fuerte que genera este tipo de situaciones en estaciones de policía y cárceles de Medellín. Esto no ha podido ser resuelto por la unidad de servicios penitenciarios, ni por el contratista de la alimentación y por ende no deja de ser una problemática muy fuerte que tiene en jaque al sistema penitenciario de Medellín, Antioquia y Colombia en general”, sostuvo Jorge Carmona, defensor de derechos humanos de la población privada de la libertad.
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El motín dejó cuatro detenidos heridos, que fueron trasladados a centros asistenciales de la ciudad. Mientras tanto, en la estación de Policía se encuentran delegados de la Personería de Medellín que acompañan a los uniformados durante las requisas que se están haciendo para verificar si hay armas u otros elementos en poder de los presos.
La ausencia de otras entidades también fue denunciada por el defensor de derechos humanos, “yo me pregunto dónde está la Defensoría del Pueblo, los otros ministerios públicos, la única entidad que ha estado al frente de la situación es la Personería. Esto no funciona así, esto funciona con garantías para la dignidad, la vida y los derechos humanos. No podemos olvidar que también esos 400 detenidos son seres humanos”.
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Carmona recalcó que la situación no es culpa de la Policía, “sino de un contratista de alimentación y de la dirección nacional de la Uspec que no han podido solucionar una crisis tan fuerte con el tema alimentario que es lo básico”.
Una situación similar fue denunciada hace poco más de un mes en la cárcel El Pesebre de Puerto Triunfo, en el Magdalena Medio, en la que sus 1.300 reclusos se quejan por el hacinamiento y la mala calidad de la alimentación.
De hecho, es tal la situación que 80 privados de la libertad han tenido que ser trasladadas de urgencia a Medellín en medio de graves cuadros de desnutrición.
Pero, además, hay un brote de tuberculosis que tiene en delicada situación a más de 50 reclusos, algo que se ha agravado por el hacinamiento que padece el centro penitenciario.