El convenio que la Alcaldía de Medellín firmó con la Universidad Nacional se convirtió en el escampadero de más de un amigo de la Alcaldía. Ya publicamos en EL COLOMBIANO los casos de la estratega electoral Luciana Beccassino y del representante de ESAL cercanas a Daniel Quintero, Juan Camilo Ortega. Pero ahí no para todo.
Entre los subcontratistas que se han ido conociendo, debido a que el volumen de información es mucho, está Nathalia Saldarriaga Ruiz, quien se hizo famosa el año pasado porque se revelaron algunas fotos de ella compartiendo en una fiesta con el alcalde Daniel Quintero.
Sadarriaga Ruiz fue periodista de Teleantioquia y trabajó en la Gobernación, y si bien en Twitter fue bastante entusiasta con la administración de Quintero en los primeros meses del Gobierno, luego de su cuenta se apoderó el silencio y hoy está inactiva.
Pero no ella no es la única novedad. Entre los contratados está Samuel Arturo Romero Sanmiguel, un hombre que ha pasado de agache pero que hace parte del comité de eventos públicos que avala cuáles grandes conciertos se hacen en Medellín y cuáles no, comité que según varios testimonios tendría el hábito de pedir coimas para prestar el estadio Atanasio Girardot. De hecho, así lo reveló un empresario de conciertos a EL COLOMBIANO en la pasada Feria de las Flores.
Este no sería el único contrato de Romero Sanmiguel, pues tendría por otro lado un sueldo de 5 millones de pesos mensuales a través de Telemedellín por medio del cual apoya las comunicaciones de la Alcaldía. En el caso del contrato con la Nacional es para “servicios profesionales, científicos y técnicos”.
Algunos testimonios llegados hace algunos meses a EL COLOMBIANO hablan de que Romero Sanmiguel es un “pura sangre” dentro de Independientes, no en vano fue aspirante al Concejo en 2019 por ese movimiento y en sus redes sociales se le puede ver codeándose y defendiendo a ultranza a la administración. Fuentes cercanas dicen que es un hombre “bien plantado, que maneja un carro costoso y gasta a manos llenas”. Además, haría parte de un círculo tan íntimo en el piso 12 de La Alpujarra, que tiene acceso a espacios donde solo están permitidos los grandes amigos del alcalde.
Y otro nombre que aparece es el de Diana Fonseca, una gran amiga de Diana Osorio, la esposa del alcalde Quintero, tanto así que se la trajo de Bogotá y la puso a manejar con cierto bajo perfil todos los eventos de la ciudad. Fonseca, como Romero, también estaría detrás del comité que controla los megaeventos en Medellín, a través de presuntas irregularidades.
Entre quienes reciben tajada del contrato de la Nacional, también apareció en las últimas horas el nombre de Ferney Agudelo, hoy candidato por los Independientes a la Asamblea de Antioquia.
Todos ellos son personas cercanas al alcalde y a su familia, que estarían sacando provecho de los dineros públicos a través de contratos.
Mientras van apareciendo nuevas denuncias sobre este contrato que firmó la Alcaldía de Medellín con la Universidad Nacional para el manejo de comunicaciones, se ha expresado malestar por parte de estudiantes de este centro de educación superior en Medellín e incluso han anticipado que harían protestas dentro del campus para exigir explicaciones.
Este medio le ha pedido a la Universidad y en particular al vicerrector Juan Camilo Restrepo responder a unas preguntas al respecto pero no ha sido posible obtener respuesta de ellos.
Este caso, que tendría visos de delito, se sigue moviendo entre las autoridades. En la mañana de ayer, la Procuraduría reiteró por medio de un comunicado que abrió indagación previa contra funcionarios por determinar de la Alcaldía de Medellín, “por presuntas irregularidades presentadas en la firma y ejecución de un contrato con la Universidad Nacional, que tenía como objeto apoyar las estrategias de comunicación de la administración”.
El Ministerio Público avanza en una indagación para determinar si como se ha denunciado con esa plata pública se les hicieron, irregularmente, contenidos de propaganda a los candidatos del partido del alcalde Quintero, Independientes. Desde la semana pasada se vio que en las carpetas digitales que eran evidencia del contrato había material electoral de personas como Juan Carlos Upegüi, ese material fue borrado posteriormente.
Ahora, entonces, además, también habría que determinar si con este contrato ser estaría movilizando dinero para mantener los bolsillos llenos de quienes estarían en el centro de los intereses de la llamada primera familia de la ciudad.
El caso está abierto y aún faltan por revisar otros contratos firmados con la Universidad Nacional en 2021 y 2022.
