En Medellín está ocurriendo algo que algunos podrían calificar de deplorable: a los rectores de los centros de educación superior que dependen del Distrito les ha tocado ponerse el overol y salir en plan de cabildeo para que el Concejo de Medellín apruebe una transferencia de EPM a la Alcaldía por 78.000 millones de pesos.
Según lo que plantean los tres rectores, el del ITM, el del Pascual Bravo y el del Colegio Mayor, prácticamente estos nuevos recursos son imprescindibles para poder cumplir la misión educativa de cada una de estas entidades en 2023. Es decir, si no se logran aprobar las transferencias algunas de estas universidades tendrían que hacer maromas para poder pagarles a sus docentes.
Habrá quienes pensarán que no tiene nada de malo que los rectores ayuden en la tarea de conseguir la financiación para sus instituciones. Pero lo que deja un mal sabor es que les esté tocando hacerlo porque a la Alcaldía no le alcanzaron los recursos.
La pregunta que ya se han hecho algunos concejales es ¿por qué si este año ha sido el que mayores recursos ha tenido una alcaldía de Medellín en su historia (ya va por los 7,7 billones de pesos) no fue suficiente para garantizar los escasos 78.000 millones de pesos de las instituciones en las que estudian cerca de 40.000 jóvenes?
Y es que las tres universidades, cuando arrancaron el año, tenían su presupuesto bien definido, pero en mayo la Alcaldía les avisó que les iba a congelar, a cada una de ellas, parte del presupuesto.
Al ITM, por ejemplo, que tenía 53.000 millones de pesos, le avisó que le congelaba 23.200 millones de pesos, casi la mitad. Al Pascual Bravo le fue peor, le congelaron el 65% y al Colegio Mayor poco más de la tercera parte.
A ellos se suman el caso de Sapiencia, programa a través del cual la Alcaldía de Medellín paga el programa de matrícula cero a los estudiantes a los que no les llega este beneficio del Gobierno Nacional. A Sapiencia, la Alcaldía le congeló 38.000 millones de pesos.
Como desde mayo entonces los rectores quedaron “colgados de la brocha”, les ha tocado entonces echar mano de otros programas de sus instituciones para poder pagar a los docentes.
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En uno de los casos, por ejemplo, tuvieron que dejar de dar incentivos para la producción académica de los docentes o suspender programas de bienestar y de mantenimiento de sedes para poder cumplir los compromisos contractuales con los maestros.
Por eso, los rectores han decidido salir a tratar de convencer a los actores que deben participar en la aprobación de este acuerdo. Consideran que la situación es “muy sensible” y que necesitan que la sociedad toda apoye este propósito (el acuerdo de las transferencias) que es por el bien de los estudiantes.
La paradoja de gastos
Pero la gran paradoja no es solamente que no haya recursos para las universidades públicas en un año en el que más recursos ha tenido la Alcaldía, sino y sobre todo que esto se da en momentos en que se ha destapado un escándalo por un contrato entre la Alcaldía y la Universidad Nacional por $9.050 millones.
El contrato, si bien está planteado como una consultoría de “gobernanza de las comunicaciones de la Alcaldía”, en la práctica está dedicado al pago de contratistas y amigos de la Alcaldía. Incluso, y eso es lo más escandaloso, entre los archivos entregables se revelaron videos de campañas políticas de candidatos del alcalde Quintero.
El contrato es hoy materia de investigación. Sin embargo, por lo pronto no se compadece que las universidades, y sus rectores, estén teniendo que sacar el sombrero para pedir recursos que tenían pero que se los congelaron. Y por otro lado la Alcaldía esté gastando esos recursos, de probarse, en campañas políticas.
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Si la matrícula cero es una prioridad para el Alcalde como lo ha dicho a los cuatro vientos, ¿porque le congeló (o cortó) el presupuesto?
Cabe anotar que en los últimos días la Alcaldía, a través de EPM, está comprometiendo decenas de miles de millones de pesos para pago de publicidad. No está claro por qué esos recursos no se destinan mejor a la educación.
Todo esto ocurre poco más de dos meses después de que el Concejo de Medellín le negó al alcalde Daniel Quintero, en un acalorado debate, el permiso para transferir $330.000 millones adicionales de EPM.
Luego del fracaso del gobierno distrital en ese propósito la estrategia al parecer es la de fragmentar esas transferencias para que sean aprobadas. En este caso, el argumento de que son recursos que necesitan las universidades y los jóvenes, sin duda será una narrativa difícil de desconocer para los concejales.
Sin duda también responde a una estrategia inteligente para lograr que finalmente se aprueben estos recursos.
Algunos concejales consultados están dispuestos a aprobar el proyecto porque consideran que sería mezquino decir que no a esta necesidad de la educación. Otros concejales se mantienen cautos y advierten que se trata de una estrategia para la Alcaldía liberar recursos en medio de una campaña electoral.
El trámite en el Concejo
Si bien el proyecto de transferencias extraordinarias de EPM para las tres universidades todavía está en fase de estudios y socialización en el Concejo, varios corporados que han visto con ojo crítico los manejos presupuestales de la Alcaldía sienten de entrada que por la coyuntura de la campaña la iniciativa tiene una cargada dosis de política.
El proyecto se discutirá en la comisión segunda, donde cuatro de siete concejales han integrado la coalición de gobierno del alcalde: Jaime Cuartas, Lucas Cañas, Lina García Gañán y Fabio Humberto Rivera. Los otros de la comisión son los concejales del Centro Democrático Claudia Ramírez y Alfredo Ramos, además de la debutante Ismaria Zapata Hoyos, que reemplazó en la curul de Estamos Listas a Dora Saldarriaga.
Como se prevé que pase el primer debate en la comisión, toda quedará para la plenaria, en donde ya la maquinaria que antes le marchaba al alcalde Quintero cada vez está desbaratada y en plena campaña. Por lo pronto, será Lina García Gañán la coordinadora de ponentes del proyecto que tendrá su próxima sesión de estudio el 19 de septiembre.
$78
mil millones pide la Alcaldía de Medellín extraer de EPM para transferir a universidades.