Un hombre “desesperado por provocar una masacre” condujo una camioneta a toda velocidad contra una multitud que celebraba el Año Nuevo en Nueva Orleans el miércoles, matando a 15 personas e hiriendo a más de 35 antes de ser abatido por la policía.
El incidente ocurrió alrededor de las 3:00 de la tarde (hora local) en el corazón del famoso Barrio Francés de esta ciudad de Estados Unidos, que estaba lleno de gente celebrando la llegada de 2025.
El FBI identificó al atacante como Shamsud Din Jabbar, un exmilitar de 42 residente en Texas. Era agente inmobiliario en Houston y fue especialista informático en el ejército por 10 años. El sospechoso publicó vídeos horas antes del ataque en los que afirmaba actuar “inspirado” en el Estado Islámico, informó el miércoles el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
“El FBI también me ha informado de que apenas unas horas antes del atentado publicó vídeos en las redes sociales en los que indicaba que estaba inspirado por el ISIS”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al usar esa sigla para nombrar al grupo armado Estado Islámico.
“Este hombre, el perpetrador, disparó contra nuestros agentes desde el vehículo cuando lo estrelló. Dos policías fueron tiroteados. Se encuentran estables”, dijo en una rueda de prensa la superintendenta de Policía Anne Kirkpatrick, al asegurar que el atacante “intentó atropellar a la mayor cantidad de personas posible”. “Estaba decidido a provocar la masacre y el daño que causó”, añadió.
El FBI, que asumió el mando operativo de las investigaciones, señaló que el incidente está siendo analizado como un posible acto terrorista y confirmó la muerte del atacante.
“Un hombre se abalanzó con un vehículo sobre la multitud en la calle Bourbon Street de Nueva Orleans, matando a varias personas y dejando heridas a otras decenas más. El sujeto intercambió disparos con la policía y ahora está muerto. El FBI dirige la investigación bajo la hipótesis de un acto terrorista”, señaló en un comunicado esa agencia federal.
El presidente electo Donald Trump, por su parte, relacionó a su vez el incidente con la inmigración irregular.
“Dije que los criminales que están llegando son mucho peores que los que tenemos en el país (...) y terminó siendo cierto”, escribió en redes sociales antes de que se conociera la identidad del atacante.
Agregó igualmente que la tasa de criminalidad del país “está en un nivel nunca visto”, aunque, de acuerdo al FBI, los delitos violentos han disminuido drásticamente.
Entre tanto, el gobernador de Luisiana, Jeff Landry, describió el incidente como un “horrible acto de violencia”.
El ataque de Nueva Orleans se produjo apenas diez días después de otro similar en la ciudad de Magdeburgo, en el este de Alemania, en el que murieron cinco personas y más de 200 resultaron heridas.
Un supuesto artefacto explosivo improvisado fue hallado en el lugar del incidente, informó el FBI.
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“Estamos trabajando para confirmar si se trata de un artefacto viable o no”, dijo la agente especial Alethea Duncan en conferencia de prensa.
En las primeras horas del año, la zona estaba repleta de personas que celebraban en el Barrio Francés, un distrito famoso por sus bares, restaurantes y su historia del jazz.
Según declararon testigos a la cadena CBS, un vehículo a alta velocidad se abalanzó sobre la multitud justo antes de que su conductor saltara al suelo y comenzase a disparar un arma, a la vez que la policía respondía al fuego.
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Una camioneta blanca atravesó una barricada “a gran velocidad”. “Una vez que pasó junto a nosotros, escuchamos disparos y vimos a la policía corriendo en esa dirección”, señaló a CBS Nicole Mowrer.
“Cuando cesaron los disparos, salimos a la calle y nos encontramos con muchas personas que habían sido alcanzadas. (Queríamos) ver qué podíamos hacer para ayudar”, añadió.
Nueva Orleans es uno de los destinos más visitados de Estados Unidos y el incidente se produjo poco antes de que la ciudad albergue un importante partido de fútbol americano, conocido como Sugar Bowl, en el que participan equipos de la Universidad de Georgia y Notre Dame.
Según las autoridades municipales, la vigilancia fue intensa durante el Año Nuevo, ya que la ciudad se preparaba para recibir a multitudes.
El departamento de policía local había anunciado una dotación de personal “al 100 por ciento, con 300 oficiales adicionales”, incluso a caballo y utilizando unidades sin distintivos.
El icónico Barrio Francés publicó ofertas especiales para Año Nuevo, incluidas fiestas LGBTQ y un cabaret de drag cerca de donde tuvo lugar el incidente.