Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca se avecina el endurecimiento de la política migratoria en Estados Unidos, un tema que fue su fuerte durante campaña y que desde ahora los estados analizan las promesas del presidente electo sobre las deportaciones masivas de migrantes irregulares.
Ante este panorama, el senador Alex Padilla, hijo de migrantes mexicanos y el primer latino en representar a California en el Senado tras reemplazar a Kamala Harris, quien se había convertido en la vicepresidenta electa en 2020, dejó en claro que el estado no colaborará en las futuras políticas del republicano.
Padilla subrayó que la Constitución de Estados Unidos reserva al Gobierno federal la responsabilidad exclusiva de hacer cumplir las leyes de inmigración.
California no “utilizará recursos estatales y locales para hacer el trabajo del gobierno federal por ellos” dijo Padilla en el programa “Face the Nation” de CBS.
Asimismo, aclaró que “ningún gobierno estatal, ni Texas, ni California, ni ningún estado de la nación tiene autoridad constitucional para imponer una ley federal de inmigración. Esa es la responsabilidad del gobierno federal”.
El senador hizo referencia al alambre de púas que Texas ha venido instalando en la frontera entre Estados Unidos y México, acción avalada por una corte federal el pasado mes de noviembre y que representó una victoria del estado ante las disputas que ha mantenido con la administración de Joe Biden por las políticas de migración.
“Algunos estados como Texas quieren ir más allá y tratar de encontrar una manera de ayudar, pero no tienen obligación de hacerlo”, aseveró.
“Dejen que el gobierno federal haga el trabajo del gobierno federal, pero que los funcionarios estatales y locales hagan el trabajo de los funcionarios estatales y locales. No tiene por qué haber un conflicto, a menos que eso sea lo que Trump quiere”, dijo Padilla.
El senador también destacó la importancia de proteger a las comunidades inmigrantes. “Lo último que queremos es que los inmigrantes que son víctimas de delitos tengan miedo de presentarse y denunciar el delito”, señaló.
Desde la aprobación en 2017 del proyecto de ley 54 del Senado de California, también conocido como la Ley de Valores de California, el estado ha establecido límites sobre la cooperación de las agencias locales con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Este marco legal ha sido fundamental para proteger a las comunidades inmigrantes, especialmente en un estado que alberga a más inmigrantes que cualquier otro en el país. “California es el estado más poblado del país, el estado más diverso del país, hogar de más inmigrantes que cualquier otro estado del país”, detalló el funcionario.
Tensiones previas con la administración Trump
Durante su primer mandato, Trump intentó penalizar a California reduciendo fondos federales para desastres, como los asignados a través de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA). El magnate había sugerido que California no estaba haciendo suficiente para prevenir incendios, e insinuó que los fondos federales deberían ser recortados como consecuencia de su “mala gestión”. Estas acciones fueron vistas como represalias contra un estado que a menudo ha desafiado sus políticas.
Padilla recordó las tensiones pasadas sobre la gestión de incendios forestales y la financiación federal que Trump “trató de ocultar no al gobierno de California sino a las familias de California simplemente porque es un estado que no votó por él en la elección presidencial”.
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“Si el gobierno federal continúa apoyando a California en su liderazgo y en tantas áreas de políticas, hay mucho trabajo bueno por hacer allí. Pero Donald Trump no ha ocultado que la tiene tomada con California”, aseveró.
Por otro lado, el presidente de la Asamblea Estatal de California, Robert Rivas, también se comprometió a “garantizar que la gente se sienta protegida y bienvenida” con relación a las políticas migratorias bajo una nueva administración Trump.
